Por Giovanna Castañeda
La abogada nacida en España, llegó al Perú en 1967, año en el que fue a Trujillo a trabajar en la Escuela de Servicios Sociales, con la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC) y en un colegio donde enseñaba religión.
En 1977 llegó a Lima a trabajar en la Comisión Episcopal de Acción Social, donde ayudó a los miles de despedidos tras el paro nacional del 19 julio del mismo año.
Luego trabajó un tiempo en El Agustino, hasta que en 1987 fue la primera secretaria ejecutiva de la CNDDHH.
Además, de forma voluntaria, siguió trabajando para reparar las secuelas de la violencia política en el país. También estuvo como voluntaria en el equipo jurídico de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y formó parte del Consejo de Reparaciones.
Ella fue una de las víctimas de la Guerra Civil Española, la que dejó más de un millón de muertos, entre ellos, Joaquín Coll, padre de Pilar.
En marzo del 2008, Pilar recibió la medalla Defensoría del Pueblo en mérito a su destacada labor en la defensa y promoción de los derechos humanos.
A Coll se le recordará por un invalorable valor social y al apoyo social y humanitario que desplegó en favor de las internas e internos de distintos penales, portando un mensaje de esperanza a quienes sufren la indeferencia y reclusión penal.
Aquí un extracto de su discurso durante la premiación:
Quiero compartir con ustedes, es la convicción de que vale la pena involucrarse en la causa de los derechos humanos que es la causa de la dignidad de las personas y el camino para lograr una democracia consistente. Es una opción ética en la que por principio deberíamos comprometernos todos, no es tarea de especialistas, todos, absolutamente todos, estamos llamados a ser defensores de nuestros derechos y de los derechos de los demás. Si bien es cierto que la situación ha mejorado en el Perú respecto a las últimas décadas del siglo pasado, queda mucho camino por recorrer para que el acceso a la totalidad de los derechos humanos, no solo los civiles y políticos en los que aún arrastramos serios problemas sino también de los derechos económicos, sociales y culturales, estén al alcance de todos pero especialmente de las grandes mayorías hoy todavía en buena parte excluidas.
Publicado en La Mula el 15 de setiembre de 2012