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Se inicia juicio contra alcalde de San Borja por desaparición de Lucho Manrique Escobar

Después de tres reprogramaciones, mañana se iniciará el juicio oral contra Marco Alvarez Vargas, actual alcalde de San Borja, por la desaparición forzada de Lucho Manrique Escobar. Dicha audiencia se llevara a cabo en la Sala Penal Nacional a las 2:30 p.m.

La desaparición

Imagen CorreoImagen CorreoEl 6 de noviembre de 1989, cuando había toque de queda y los militares tenían el control y la seguridad de la ciudad de Huancavelica, se produjo el secuestro de Lucho Manrique Escobar. Él fue sacado de su domicilio en presencia de su esposa y sus menores hijos.

Los militares lo condujeron a la llamada “Casa Rosada”, que en ese momento estaba al mando del Coronel Marco Álvarez Vargas. Desde entonces, han transcurrido más de 25 años sin que se tenga conocimiento del paradero del agraviado.

Prensa IDL

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Justicia chilena pide al Poder Judicial peruano fijar fecha para interrogatorio a Alberto Fujimori

Alberto Fujimori está condenado a prisión por casos como Barrios Altos, La Cantuta, la entrega de 15 millones de dólares a Vladimiro Montesinos, entre otros; pero aún debe responder por otros temas más, luego que la Corte Suprema de Chile pidiera a su símil peruano que fije fecha y hora para interrogar, vía teleconferencia, al exdictador por dos casos más.

Imagen La MulaImagen La MulaUno de los casos por los que Fujimori deberá responder es por la “masacre de Pativilca”, ocurrida el 29 de enero de 1992, en la que seis habitantes de este distrito de la provincia limeña de Barranca fueron asesinados por integrantes del Grupo Colina, destacamento creado por Fujimori y Montesinos.

El segundo caso es la autorización de Fujimori para entregar 800 mil dólares de los fondos públicos a su amigo Augusto Miyagusuku Miagui, a fin de que compre terrenos agrícolas del proyecto Chavimochic. Miyagusuku huyó hacia Japón el 11 de agosto del 2000, y realizó operaciones sospechosas en el Bank of Tokyo.

La “masacre de Pativilca” está a cargo del Tercer Juzgado Penal Nacional; mientras que el caso Miyagusuku ha pasado a la Cuarta Sala Penal Liquidadora. El Poder Judicial debe coordinar con ambos tribunales acerca del pedido de la justicia chilena.

¿QUÉ TIENE QUE VER EL PODER JUDICIAL CHILENO EN LOS JUICIOS A FUJIMORI?

Luego de su exilio japonés, en noviembre del 2005 Fujimori decide regresar al Perú. Su última escala fue en Santiago de Chile, donde de inmediato fue detenido por la Interpol. Inmediatamente, el gobierno peruano preparó una solicitud de extradición ante la justicia chilena, en la que incluyó 13 de casos de delitos de corrupción y contra la humanidad.

Tras un largo proceso, en septiembre del 2007 la justicia chilena autorizó la extradición de Fujimori al Perú por siete de los 13 casos, por los cuales ha sido juzgado y condenado.

Para que Fujimori pueda ser juzgado por los casos que no fueron aprobados en ese tiempo, la justicia peruana, a través de la cancillería, debe hacer nuevos pedidos ante sus símiles de Chile.

Gracias a esto, la justicia chilena aprobó, hace tres años, el caso de los “diarios chicha”, debido al uso de fondos públicos para financiar diarios cuyo objetivo era desprestigiar a los opositores, en los últimos años de la dictadura.

En cuanto a estos dos nuevos casos, el pasado 28 de diciembre del 2015, la cancillería chilena recibió un nuevo pedido de ampliación de extradición, que tres días después fue atendido por el director de Asuntos Jurídicos de este despacho, Claudio Troncoso, quien remitió el documento a la Corte Suprema de su país, que ahora acaba de pedir a la justicia peruana realizar esta audiencia “virtual” con el fin de definir si aprueba o no estos nuevos pedidos.

La pregunta del millón es si este juicio afectará o no a su heredera, Keiko Fujimori.

(Con información de La República)

Nota originalmente publicada en La Mula el 03 de marzo de 2016, ver aquí.

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Amnistía Internacional pide a candidatos garantizar reparaciones a víctimas de esterilización

La representante de Amnistía Internacional en Perú pidió que se implemente un Plan Nacional de Derechos Humanos para resarcir a las víctimas del periodo de violencia.

aministia intl. reparaciones esterilizacion forzadaLa RepublicaLa organización Amnistía Internacional pidió a los candidatos presidenciales incluir propuestas sobre la búsqueda de desaparecidos durante el periodo de violencia (1980-2000) así como el pago de reparaciones civiles para las víctimas de esterilizaciones forzadas.

La representante de esta organización en el Perú, Marina Navarro, explicó que estos aspectos forman parte de las seis medidas que proponen para implementar un Plan Nacional de Derechos Humanos.

Navarró pidió una política integral de reparaciones para las víctimas y de investigación de la Fiscalía para hacer efectivo el Registro de Víctimas de Esterilizaciones Forzadas (Reviesfo).

En cuanto a las medidas para erradicar la impunidad y resarcir a las víctimas, sostuvo que plantean implementar una ley de búsqueda de personas desaparecidas, dar prioridad a la implementación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y establecer un plan de acción con claras responsabilidades.

“No es posible que en el Perú haya personas que llevan 30 años buscando a sus familiares sin que el Estado haya hecho absolutamente nada para resolverlo. No hay una ley de búsqueda de desaparecidos”, señaló.

Señaló, en otro momento, que la siguiente gestión debe comprometerse a respetar el derechos de los pueblos indígenas a la consulta previa, a fin de que las comunidades puedan ejercer “un consentimiento previo, libre e informado” sobre temas que les afectan.

Por otro lado, declaró que se deben adoptar medidas claras y no discriminatorias que faculten el libre acceso a información sobre salud sexual y reproductiva, así como el acceso a todos los métodos anticonceptivos para toda la población, incluyendo los jóvenes.

Por último, manifestó que el próximo presidente deberá cumplir con todos los compromisos internacionales en materia de derechos humanos. (Con información de Andina)

Publicado por: La Republica

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La hora del juicio final

Solo quedan para el recuerdo unas imágenes macabramente poéticas de las bandadas de piqueros que se posan sobre muros derruidos, o que chillando de manera alaracosa alzan vuelo sobre el mar. Son impresiones que es mejor no desenterrar. Pero los agujeros de bala en los muros son rebeldes y no se han cubierto de musgo marino. Sus contornos evocan las memorias de una masacre desproporcionada de la cual fueron testigos las olas y unos cuantos sobrevivientes.

Resulta irónico que en este momento el ex presidente García esté siendo castigado en las encuestas electorales por el caso de los narcoindultos, cuando ese es tan solo una rayita más al tigre frente al rayón que significó El Frontón en su trayectoria.

IdeeleFoto: Gladys AlvaradoPor fortuna quedan rastros en Internet. Imágenes y relatos filmados. Algunos reconstruyen el operativo; otros presentan a personajes que han decidido hablar. Se puede encontrar un video realizado el 2008 que, utilizando solo imágenes de archivo y una voz en off, arma la historia, hora por hora. El tictac de un reloj indica el paso del tiempo.

El año 2009 fue colgado en YouTube un reportaje de César Hildebrandt (hijo) en el que entrevistó al fiscal Ismael Gutiérrez, que estuvo en El Frontón el jueves 18 de junio de 1986. Él velaba por la suerte de los rehenes de la Guardia Republicana y trató de convencer a Agustín Mantilla de que persistiera en el diálogo con los presos amotinados. Gutiérrez afirmó que Mantilla le dijo que “eran órdenes del gobierno”. Unos días después, este fiscal abrió una investigación sobre el caso, pero no pudo concluirla. Ni bien pasaron cuatro meses, el Fiscal de la Nación, César Elejalde, lo trasladó a la Fiscalía Antinarcóticos.

Ese mismo año, también en YouTube, apareció un reportaje rescatado de los archivos de Canal 4, que fue realizado varios años antes por el recordado reportero Bruno de Olazábal. Lo tituló “Pedazos de guerra”, y en él entrevistó a dos sobrevivientes de El Frontón que dieron la cara y contaron su versión como protagonistas de los hechos.

El año 2010 el programa “Día D” de ATV colgó en YouTube el testimonio de un infante de marina en retiro, Carlos Eduardo Castillo, quien, junto con otros 33 marinos, fue denunciado por la fiscalía luego de casi 30 años. El cargo: homicidio con ferocidad. Lo irónico es que se trata del mismo que ocho años antes se había acercado a la Comisión de la Verdad para dar su testimonio. Era un testigo protegido. Uno de tantos involucrados en algún caso sonado que por propia iniciativa decidió contar lo que vivió, a cambio de aliviar su conciencia y de obtener algunos beneficios procesales.

Castillo sostuvo que integró uno de los pelotones que llegaron a la isla. Relató que aproximadamente a las 3 de la tarde del día 19, los presos se rindieron. Justo en ese momento ingresó un nuevo pelotón de comandos que teníala orden de ejecutar a los rendidos. Entre los sobrevivientes reconoció a su amigo de la infancia, Armando Tulich, que avanzaba hacia ellos. Los marinos dispararon contra los rendidos y pudo ver cómo el cuerpo de Tulich se abría. Según contó, entró en shock y escapó.

Además, queda la memoria impresa. La investigación de la comisión congresal, presidida por Rolando Ames, es un buen aporte. Se titula: “Informe al Congreso sobre los sucesos de los penales”. El libro del poeta Juan Cristóbal “¿Todos murieron?” reúne todos los artículos que salieron en las prensa luego de la matanza. Otro documento importante es el capítulo sobre los sucesos de los penales del Informe Final de la Comisión de la Verdad.

I. ¿30 años no es nada?
En junio se cumplen 30 años del operativo y el caso se ha abierto, archivado y reabierto sin concluir jamás. “El proceso” de Kafka es un litigio para un centro de conciliación si se le compara con lo que ha ocurrido en el sistema de justicia. El siguiente es el lamentable recuento de la actuación de jueces, fiscales, juzgados y fiscalías:

La situación legal de los presos el 18 de junio de 1986 era absolutamente irregular. El 95% estaba en calidad de inculpado y solo el 5% ya estaba sentenciado.

El Ministerio Público guardaba los expedientes y no emitía los dictámenes. El Poder Judicial no podía juzgarlos sin una acusación de la fiscalía y la mayoría de los acusados ya tenía cinco años preso.

El 18 de junio, el juzgado del Callao declara fundada la acción de amparo presentada por los presos, quienes sostenían que el gobierno de Alan García preparaba un genocidio en los penales. El juez Ricardo Chumbez tomó una lancha particular y, por su cuenta y riesgo, llegó a El Frontón. Verificó que estaba en un campo de guerra. Se entrevistó con Agustín Mantilla, que había asumido el mando del operativo, desplazando a la Guardia Republicana. Este juez declaró fundado el pedido de hábeas corpus, pero el huracán era imparable.

El mismo 18 de junio, a las 10 y 30 de la mañana, llegaron a la isla el juez de ejecución penal, Juan de Dios Jiménez, y el titular de la Tercera Fiscalía del Callao, Ismael Gutiérrez. A las 3 y 45 de la tarde, ambos se entrevistaron con los presos. Éstos les entregaron un pliego de 25 puntos con sus demandas. A las 4 y 30 de la tarde, el director del penal, Manuel Aquézolo, acompañado del fiscal y del juez, levantaron un acta en la que daban fe de que Aquézolo no había autorizado la presencia de los infantes de marina en el penal.

A las 6 de la tarde, el juez y el fiscal trataron sin éxito de convencer a Mantilla para que vuelva a dialogar con los amotinados y que liberen a los rehenes. Cuatro infantes de marina con el rostro embetunado les apuntaron con sus bayonetas y los obligaron a retirarse. Subieron a un bote y en altamar escucharon dos explosiones seguidas de ráfagas de ametralladoras.

La investigación trunca del fiscal Gutiérrez es destacable porque fue la primera que incluyó a los que todas las pruebas señalan como los autores mediatos: Alan García, Agustín Mantilla y Luis Giampietri.

Se iniciaron cuatro años catatónicos, de parálisis total. Un tiempo en el que las denuncias de derechos humanos no llegaban a la justicia ordinaria sino que eran juzgadas en el fuero militar.

Las investigaciones preliminares del caso empezaron en el año 2000. Ese fue un año de destapes. Comenzó un juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el caso de los hermanos Neira Alegría y el caso Durand Ugarte. La sentencia fue favorable de los demandantes.

En ese momento salió a la luz un secreto militar bien guardado: entre 1986 y 1989, a puerta cerrada y en completo hermetismo, se había llevado a cabo un proceso en el fuero militar. En el veredicto se determinó que el caso de El Frontón se archivaba por falta de pruebas.

Reabre
El fuero común reabrió el caso en el año 2001, después de las dos sentencias de la Corte Interamericana. Soplaban nuevos vientos. Estaba funcionando nuevamente la Fiscalía de Desapariciones Forzadas y Ejecuciones Extrajudiciales. Ese año se ejecutó la sentencia internacional y se acordó que el Ministerio Público inicie una investigación.

Tres años después, en noviembre de 2004, el Ministerio Público formuló una denuncia penal por el delito de homicidio calificado en contra de 11 efectivos de la Marina, en agravio de Nolberto Durand Ugarte, Gabriel Ugarte Rivera y otros.

Archiva
Según las evidencias obtenidas durante la investigación fiscal, tanto García, Giampietri y Agustín Mantilla, fueron los que dieron las órdenes para el debelamiento del motín y del plan de ocultamiento y desaparición de los cuerpos de los presos ejecutados. Pero en el dictamen fiscal se resolvió archivar definitivamente las investigaciones de los altos mandos y del presidente Alan García. ¿Cuál es el motivo de este giro imprevisto? ¿Por qué esta flagrante contradicción entre evidencias y la conclusión final?

El encargado de la investigación era el fiscal Felipe Villavicencio, que de improviso fue cambiado por Mario Gonzáles. Nada se le puede objetar al trabajo que realizó el sucesor, quien fue muy riguroso en la presentación del caso. Todo lo que se ha descubierto hasta el día de hoy es fruto de esa investigación.

Pero el resultado final de su trabajo generó suspicacias. Era sabido que Gonzáles estaba teledirigido por las altas instancias de la Fiscalía de la Nación, a cargo de Gladys Echaíz. Él mismo sostenía que tenía el encargo político de no involucrar a los principales responsables y de no acusarlos penalmente. Y así lo hizo. Solo denunció a 11 oficiales de la Marina que habían participado en la operación.

Las protestas no se hicieron esperar. El Instituto de Defensa Legal presentó una queja para que se procese penalmente a los que habían dado las órdenes. Este pedido se discutió durante varios años en las instancias correspondientes sin que se obtuviera respuesta.

Reabre
El caso penal se reabrió en enero de 2005. Se les obligó a declarar en calidad de testigos a Alan García, Agustín Mantilla y Luis Giampietri. Las contradicciones brotaron como mala hierba. El expresidente sostuvo que perdió contacto con los operadores la noche del 18 de junio, cuando concluyó la reunión del Consejo de Ministros. Consta en el expediente que el exviceministro del Interior, Agustín Mantilla, declaró que se comunicaba con el presidente García. Y consta en el mismo que el entonces capitán de marina, Luis Giampietri, sostuvo que fue Mantilla quien le ordenó que disparara y que abriera los boquetes en el Pabellón Azul.

Al respecto, el subjefe de estado mayor operativo de la Fuerza Armada, Carlos Mauricio Augurto, afirmó en su declaración que existía una red de teléfonos rojos que comunicaban al comandante general de la Marina con el presidente de la república. También dijo que el presidente presionó para que la operación termine lo más rápidamente posible. (¿Alguna similitud con el Baguazo?)

Archiva
En el año 2007 el fiscal superior Chirinos Manrique, a cargo de la Tercera Fiscalía Penal Nacional, archivó la investigación sobre los autores intelectuales. Solo lograron que se amplíe la denuncia contra otros veinte marinos. Había 33 acusados, pero todos ellos eran operadores materiales, no autores mediatos.

Ideele

“Está comprobado que en el Frontón hubo dos sistemas de comunicación con el exterior, y que ambos tenían como destinatario final al presidente Alan García.”

Reabre
El año 2013 la fiscal Luz Ibáñez formula una nueva acusación sobre el mismo caso.

II. Todos los caminos conducen a García
Una de las principales críticas que se le hizo a la Comisión de la Verdad fue haber sido indulgente con Alan García en el caso El Frontón. El Informe Final es duro respecto a su actuación, pero no le atribuye responsabilidad penal, a diferencia de la posición que adoptó con Alberto Fujimori.

Sin embargo, durante estos treinta años, familiares, políticos y periodistas no dudan de la responsabilidad del expresidente Alan García en la matanza. ¿Existen pruebas que lo vinculan de manera directa?

Carlos Rivera, abogado de los familiares de Nolberto Durand y Gabriel Ugarte, desaparecidos durante la matanza, considera que sí. En junio de 1986 Alan García no solo era el Presidente de la República, sino que dirigió la sesión del Consejo de Ministros del día 18 de junio en su condición de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, a las cuales se les encargó debelar el motín de los penales. Se trata de un hecho crucial porque en ese momento se estableció una cadena de mando, encabezada por el propio García, con el objetivo de desarrollar dicha operación militar.

En la Constitución de 1979, vigente en ese entonces, se establece que el Presidente de la República es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales y que dirige el sistema de Defensa Nacional.

“Esta norma establecía, de manera muy clara, la relación de subordinación constitucional y política de las Fuerzas Armadas para con el presidente. Definitivamente no se trata de una mera formalidad legal, sino de la consagración de un esquema de relación política y jerárquica entre el presidente y los mandos militares, que se podía plasmar en órdenes dadas por el presidente a sus miembros”, señala Carlos Rivera.

Uno de los mayores misterios de la masacre de 1986 es la presencia de Agustín Mantilla. Si el operativo estuvo a cargo de las Fuerzas Armadas, ¿qué hacía ahí un viceministro del interior si el papel de la Guardia Republicana había sido restringido al resguardo del exterior del penal? Las pesquisas apuntan a que era “el hombre del presidente”.

Mantilla era la persona que representaba de manera extraoficial al presidente García en el campo de operaciones. Por esos tiempos se hablaba de él como su “mano derecha”, debido a la cercanía y confianza que le tenía. Incluso llegó a ser su secretario personal. Mantilla se dio el lujo de dar órdenes al jefe de la operación, el capitán Luis Giampietri.

La extraña presencia de Mantilla en el operativo es el tema que más contradicciones ha generado. El ex viceministro declaró que su presencia en la isla se debió a una petición especial del presidente para que acompañe, de manera informal, a la Comisión de Paz.

Sin embargo, García en su declaración ante el Ministerio Público en octubre del 2002, señaló que “jamás comisionó a Mantilla porque de acuerdo a ley no tenía ningún papel que cumplir, pues el Comando Conjunto de la Fuerza Armada era el único encargado”. Y luego añadió: “Imagino que estuvo ahí por su propia voluntad”.

El expresidente dijo y se desdijo. En el año 2005, ante el Juzgado Supranacional de Lima, señaló que no recordaba con precisión si mandó a Mantilla para que acompañe a la Comisión de Paz.
Sin embargo, Mantilla cumplió una función que excedía a la de un simple edecán. Diversos testimonios aseveran que el difunto exministro tenía un poder excepcional: dirigía operativos, desautorizaba al director del penal y daba órdenes al mismo Giampietri, quién, en el año 2002, declaró a la fiscalía que la orden que recibió de sus superiores fue “que apoyara los requerimientos del señor Mantilla”.

También dijo que el ex viceministro solicitó la presencia de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina(FOES), a través de la Comandancia General de la Marina, y fue quien dio la orden de que hicieran los forados en el Pabellón Azul, después que fracasara la mediación de la Comisión de Paz.

Por supuesto, Mantilla negó los testimonios que lo señalaban como protagonista en la operación militar y señaló que solo “departía con los marinos cuando se paralizaban las acciones”.

Sin embargo, los testimonios de los testigos señalan que Agustín Mantilla usaba de manera constante la radio de la Marina para comunicarse con el exterior de la isla. ¿Con quién hablaba? No con su ministro Abel Salinas, titular del Interior, quien declaró que durante la operación no le fue posible comunicarse con su segundo, y que nunca autorizó su presencia en el interior del Penal.

El capitán FAP, Rubén de la Torre Cavero, señaló que Mantilla se comunicaba con el exterior a través de la estación de radio instalada en el helicóptero de la Fuerza Área. Alan García corroboró ese dato, al declarar que la comunicación se hacía “de manera borrosa e intermitente a través de una radio de un helicóptero”. Pero, para variar, se contradice, pues anteriormente había negado toda relación con Mantilla durante los sucesos.

Está comprobado que en el Frontón hubo dos sistemas de comunicación con el exterior, y que ambos tenían como destinatario final al presidente Alan García. El primero era “operación-Comando Conjunto- Palacio”, y el segundo era “operación-Palacio”.

Carlos Mauricio declaró ante la fiscalía que existía una red de teléfonos rojos: “Las comunicaciones se efectuaron por escalones los días 18 y 19 de junio de 1986. Los oficiales que tenían a cargo las operaciones en los establecimientos penales se comunicaban solo con sus jefes de la zona de seguridad. El Comando Conjunto se comunicaba con todos los jefes de la zona y con Palacio de Gobierno. Estas comunicaciones fueron fluidas durante los dos días”.

Para el abogado del IDL, Carlos Rivera, las cosas están claras: “Constituye un hecho irrefutable la existencia de comunicaciones permanentes e ininterrumpidas durante los días 18 y 19 de junio de 1986, que salían del lugar de las operaciones y llegaban al Presidente de la República”.

¿Cuál era el tenor de las comunicaciones con García? Los generales Guillermo Monzón (EP), Abram Caballerino (FAP) y el Vicealmirante Víctor Nicolini (AP), manifestaron ante el Congreso que el presidente García llamaba de manera reiterada para presionar y que se diera inicio a las acciones.

Pero no fueron los únicos que han atestiguado sobre las presiones de García. Desde el otro lado de la línea, Nicanor Gonzales, el exdueño de América Televisión, pudo escuchar una reveladora conversación la noche del 18 de junio, según relata Mario Miglio en su libro “Mi paso por el periodismo”. Según esa versión, González escuchó que García presionaba por teléfono para que se diera una solución rápida. En el mismo libro cuenta que el 18 recibió una llamada de Manuel Ulloa Elías, quien le comentó que el ministro Luis González Posada le había informado sobre las intenciones del gobierno de liquidar a los presos.

Cesar Rodríguez Rabanal, un reconocido psicoanalista que en ese momento era el presidente de la Comisión de Paz, declaró a la revista “Oiga” que le constaba que Alan García había autorizado la represión.

La Comisión de Paz fue la encargada de interceder entre los presos y las autoridades, pero sin éxito. Cuando se formó, a solo dos meses de iniciado el gobierno de García, su misión fue asesorar al presidente en la compresión del fenómeno subversivo a fin de usar otras estrategias que acabaran con la guerra sucia. Un año después de asumir el mando García no parecía tan interesado en cambiar de método. Todo lo contrario.

Las innumerables contradicciones han hecho que García se pierda en su laberinto. También se contradijo cuando aseguró que no pudo enterarse de lo que sucedía en la islael 19 de junio, entre las 10 y las 6 de la tarde. Según el expresidente, cuando lo supo intentó comunicarse de manera insistente con el presidente del Comando Conjunto, general Guillermo Monzón Arrunátegui, pero que éste no estaba en Lima y que recién en la noche le entregó un informe.

Esta versión no se sostiene. Si bien Monzón estuvo el 18 en el Cusco, regresó ese mismo día y reanudó sus funciones.

Las versiones de Mantilla y García también son distintas en el punto del informe. Luego de cumplir con su escabrosa jornada en la isla, Mantilla declaró que regresó a su casa y a las siete de la noche fue donde el Presidente por iniciativa propia, para informarle lo que había pasado. Pero cuando a García le preguntaron si es que le pidió a Mantilla algún informe, respondió que no. Uno de los dos ha mentido.

Las decisiones que adoptó Alan García contra el alzamiento de los presos senderistas no necesariamente fueron producto de un febril análisis atizado por las circunstancias. Hay algunos hechos que demostrarían que la idea ya le venía dando vueltas a la cabeza.

Los altos mandos de las Fuerzas Armadas sostenían, desde hacía algunos meses, que los atentados se dirigían desde las cárceles. El 13 de junio de 1986 García, preocupado por la Cumbre de la Internacional Socialista que se iba a celebrar en Lima, convocó de manera inesperada a una reunión a la que asistieron las máximas autoridades de la Policía, el Comando Conjunto y los servicios de Inteligencia. Según el general Máximo Martínez Lira, director de la Guardia Republica, Alan García sostuvo ahí que no quería más senderistas en las cárceles.

Tres días más tarde, el presidente organizó un desayuno de trabajo en Palacio de Gobierno. Estuvo presente Augusto Zimmerman Zavala, director del semanario “Kausachum”, quien luego declaró que García les dijo que no podían permitir que Sendero siga planificando crímenes desde la cárcel. Según el mismo periodista, García preguntó a continuación: “¿Qué pasaría si nos tiramos a todos los senderistas?” Y él mismo se respondió: “Nada. Absolutamente nada”.

Y nada le pasó, a pesar de que durante los días siguientes tomó decisiones tan graves como la de enterrar clandestinamente a los ejecutados que se rindieron al final del operativo.

El 19 de junio en la noche se realizó otra sesión del Consejo de Ministros, cuando ya los hechos estaban consumados. Ahí le entregaron al presidente el informe oficial de las acciones militares y sus resultados. Para ese entonces ya se sabía de la muerte de los presos en el Frontón y Lurigancho. La respuesta del presidente fue una felicitación a las Fuerzas Armadas por su eficiencia.

En esa misma reunión, García dispuso el entierro ilegal de los asesinados y la prohibición del ingreso de jueces civiles al demolido penal. El presidente del Comando Conjunto, Guillermo Monzón Arrunátegui, declaró que el presidente dispuso que, de ser posible ese mismo día, durante el toque de queda, se entierre a los fallecidos en los diferentes cementerios de la capital, previa identificación y autopsia. Los plazos de la orden no daban tiempo de convocar a los familiares para que identifiquen los cuerpos.

“Cuando fue llamado como testigo yo le pregunté a García por los entierros clandestinos de los cuerpos en media docena de cementerios. Él me respondió que lo hizo por un asunto de seguridad y tranquilidad”, relata Carlos Rivera.

Tuvieron que pasar dos días para que el presidente reconozca que hubo excesos mediante el comunicado oficial del 21 de junio de 1986. Para ese entonces, ya la prensa estaba publicando las denuncias sobre las ejecuciones extrajudiciales.

¿Fueron decisiones individuales de dos capitanes, tal como sostiene el expresidente? Para los familiares de los presos es imposible que Alan García no haya tenido participación en acciones tan importantes, y que los capitanes de navío Luis Giampietri y Juan Carlos Vega Llona hayan actuado por su propia cuenta y riesgo.

Al igual que en el caso de Fujimori, la decisión del jefe supremo de las Fuerzas Armadas no fue sancionar a los malos oficiales (lo cual hubiera sido lógico si es que de verdad hubieran actuado a espaldas del presidente), sino que los premió.

Agustín Mantilla, quien había sido el secretario personal de Alan García antes que éste llegue a la presidencia en 1985, fue nombrado ministro de la Presidencia en marzo de 1989, y ministro del Interior en mayo de ese mismo año. El año 2006 Alan García incluyó al almirante Luis Giampietri en su plancha presidencial. El 28 julio de ese año juró como vicepresidente del Perú.

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“Hubo un documento que señalaba la responsabilidad penal del exmandatario, pero se trataba de un informe preliminar aprobado por un grupo de trabajo y que debía ser corroborado por algunos de los comisionados la CVR.”

III. La hora final
Será cuestión de días (¿meses?) para que la fiscal Luz Ibáñez presente la acusación de 500 páginas sobre el caso principal, que le ha llevado tres años redactar. Según Carlos Rivera, del IDL, el relato de los hechos, la determinación de responsabilidades y la calificación del crimen como de lesa humanidad están bien hechos.

La teoría de la autoría mediata es la que se tiene que aplicar en esta etapa. Pero la fiscal Luz Ibáñez no puede incluir a ninguno de los tres responsables porque ninguno ha sido procesado, y solo han participado en el juicio en calidad de testigos.

En esta acusación escrita ella está amarrada de manos. Rivera sostiene que Ibáñez tiene la convicción de que García, Mantilla y Giampietrison autores mediatos, pero lo único que ha podido hacer es incorporar un párrafo en el que menciona a los autores mediatos sin mencionar sus nombres.

Ese párrafo clave ya provocó una sentencia del Tribunal Constitucional sobre la matanza en El Frontón, dictada por el magistrado Carlos Mesía y otros de tendencia aprista. Han puesto el parche. Según Carlos Rivera, se trata de un mamarracho jurídico que dice que El Frontón no es un crimen de lesa humanidad sino un delito común, y emite reglas de prescripción que no existen en la ley peruana. Esta resolución encubridora señala que el crimen va a prescribir cuando termine el juicio oral.

La sentencia pende como una espada de Damocles sobre la justicia. Los defensores de García y compañía se pueden basar en ella para fundamentar que no pueden ser procesados.

La fiscal tiene la esperanza de que en el juicio oral ocurra lo que tendría que ocurrir: que los acusados declaren que hubo órdenes del presidente García, de su viceministro, de los altos oficiales de la Marina. Solo así podría variar la condición de estos “testigos” y que se conviertan en inculpados. Para ello el tribunal tendría que concluir que en el juicio oral se acreditó la autoría mediata. Para ello dicho tribunal debería ser políticamente impoluto. Para ello dicho tribunal debería tener una fortaleza a prueba de apristas.

Si ello ocurre, entonces por cuarta vez se deberá abrir una nueva investigación e iniciar un nuevo juicio. Desgraciadamente varios de los implicados han muerto y en el infierno no hay tribunales.

La CVR y la responsabilidad penal de García
El Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) generó disconformidad en un sector de la ciudadanía. Se le cuestionó el hecho de que no le atribuyera responsabilidad penal al expresidente Alan García por el caso El Frontón.

Mientras realizábamos este reportaje nos llegó la siguiente información: un excomisionado aseguraba haber dado su conformidad a un documento oficial en el que se imputaba responsabilidad penal al presidente García. ¿Existió ese documento? Y, de ser así, ¿qué pasó con él?

Cuando le comentamos esta versión al excomisionado Carlos Tapia, nos confirmó que El Frontón fue un tema polémico al interior de la CVR. Algunos fundamentaron la no implicancia penal de García, argumentando que no le encontraron responsabilidad directa, pues durante su mandato existió un contrapeso de poderes, a diferencia de lo que sucedió en el gobierno de Alberto Fujimori, que concentró el poder y responsabilidad en el Ejecutivo luego del autogolpe.

Tapia prefiere no dar muchos detalles. Considera que no es pertinente ahondar en este tema. Dice que todos estuvieron de acuerdo con las conclusiones, salvo el general Luis Arias Graziani, y que en una reunión final acordaron respaldar el informe. Sin embargo, Tapia habla de un grupo de “sorprendidos”. Manifiesta: “El 28 de agosto del 2003 llevamos el texto final para presentárselo al presidente Toledo. Los que estábamos en la camioneta buscamos las páginas sobre el informe de El Frontón y solo se mencionaba la responsabilidad política de García”.

A diferencia de Tapia, el jurista Enrique Bernales, que también integró la CVR, asegura que el tema de la responsabilidad penal de García nunca se tocó en el pleno de la Comisión. “El caso de Fujimori es distinto porque había evidencias que estaban en las denuncias, pero una CVR no puede pasar por encima de la presunción de inocencia”, precisa.

Según lo que hemos averiguado, hubo un documento que señalaba la responsabilidad penal del exmandatario, pero se trataba de un informe preliminar aprobado por un grupo de trabajo y que debía ser corroborado por algunos de los comisionados, al igual que los 43 casos que presentó la CVR al Poder Judicial. Los comisionados que examinaron el informe consideraron que le faltaba solidez jurídica.

Lo contradictorio es que el insumo principal de la CVR fue el “Informe al Congreso sobre los sucesos de los penales”, elaborado en 1986 tras la matanza y que sí encontró indicios de responsabilidad penal en el expresidente. En el documento se considera que las órdenes que impartió García expusieron a la muerte a presos y militares. La comisión, presidida por el senador Rolando Ames, señaló que hubo una desproporción entre el riesgo que el motín implicaba y los plazos de represión que se establecieron.

En la reconstrucción que hizo la Comisión Ames quedó claro que el presidente mantuvo un seguimiento directo del debelamiento del motín. Lograron contar con el testimonio de los jefes de las tres fuerzas militares quienes aseguraron que el Presidente los llamaba constantemente para incitar a que terminen rápidamente las acciones.

Cuando se elaboró el informe no se podía acusar al presidente porque tenía inmunidad. En el periodo siguiente, el congresista de Izquierda Socialista, Francisco Guerra García, intentó que el Congreso denuncie penalmente a Alan García, pero esta acción fue bloqueada por la alianza del Apra con el fujimorismo, en los primeros años de la década de los 90.

¿Por qué la CVR no le atribuyó responsabilidad penal a Alan García por el caso El Fronton? Por el momento sus exmiembros se muestran herméticos y prefieren no hablar del tema. Si bien el Informe Final nunca tuvo carácter vinculante (ni podía tenerlo), sí posee un gran peso político, tal como quedó demostrado durante las pesquisas en el juicio a Fujimori, un tema en el que la CVR sí fue contundente.

Publicado por:  Revista Ideele

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Suprema de Chile evalúa volver a ampliar extradición de Fujimori

Por matanza de Pativilca y donaciones. Fiscal de Chile ya se pronunció a favor. Se espera que en los próximos días se realice una audiencia, a fin de que el juez instructor Ricardo Blanco tome una decisión.

La RepublicaLa RepublicaEl fiscal suplente de la Corte Suprema de Chile, Jorge Sáez, recomendó dar trámite y aprobar dos nuevos pedidos de ampliación de la extradición de Alberto Fujimori, que planteó la justicia peruana en diciembre último, informó ayer el diario La Tercera, de Santiago de Chile.

Los pedidos de ampliación de extradición, uno por la matanza de Pativilca y otro por apropiación de fondos públicos, son evaluados en forma reservada por el ministro instructor de la Corte Suprema de Chile, don Ricardo Blanco Herrera.

Es posible que el magistrado chileno convoque una audiencia para evaluar los pedidos de extradición, diligencia en la que podría intervenir Fujimori, vía teleconferencia.

“Si bien no hay una fecha de audiencia fijada para la realización de la diligencia, se solicita que las gestiones para llevarla a cabo se realicen con celeridad, en el menor tiempo posible, atendida la naturaleza del procedimiento que se trata”, indicó La Tercera.

La matanza de Pativilca

De acuerdo con la solicitud de ampliación de extradición enviada por el Perú, se requiere la repatriación de Fujimori para ser juzgado como autor mediato del secuestro y asesinato de seis pobladores de los anexos Pampa San José y Caraqueño, en Pativilca, que ejecutó el 29 de enero de 1992 el destacamento de operaciones especiales conocido como “Grupo Colina”.

Esta matanza fue revelada por el agente de inteligencia Jorge Ortiz Mantas en el desarrollo del juicio por las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, el 27 de febrero del 2007. Al ser interrogado por los jueces, Ortiz recordó haber participado en “operaciones especiales”, que incluían acciones de vigilancia, secuestro y aniquilamiento.

Cuando los jueces le pidieron precisar a qué acciones se refería, mencionó el asesinato del evangelista Santiago Gómez Palomino, de seis miembros de la familia Ventocilla en Huacho y “de 4 o 5 personas a cinco minutos de Paramonga”.

Este último dato era desconocido hasta ese momento. Aprodeh y la fiscalía determinaron posteriormente, y otros colaboradores eficaces lo confirmaron luego, que se trata del asesinato de los pobladores de Pativilca perpetrado el 29 de enero de 1992.

Las víctimas, el profesor Ernesto Arias Velásquez, el estudiante John Calderón Ríos, el chofer Pedro Agüero Rivera y los campesinos César Rodríguez Esquivel, Toribio Aponte Ortiz y Felandro Castillo Manrique, fueron sacadas violentamente de sus casas, entre las 2:30 y las 4:00 de la madrugada, por gente encapuchada de porte y con armas militares.

A todos ellos los sacaron de sus casas, los golpearon, los metieron en una camioneta y se los llevaron sin que nadie pudiera evitarlo. Los familiares acudieron a la policía, que negó haber realizado un operativo antiterrorista, hasta que los encontraron muertos cerca de las 6:30 de la tarde.

José Luis Agüero, hermano de una de las víctimas, ha relatado que encontró los cuerpos en un cañaveral cerca de la carretera de ingreso a Pativilca. De acuerdo con los colaboradores y los agentes del grupo Colina, primero torturaron a las víctimas con quemaduras de soplete en diferentes partes del cuerpo –incluido el ano–, los patearon hasta el cansancio y, al final, los eliminaron con balazos en la cabeza.

Donaciones

En el segundo caso, se pide la extradición de Alberto Fujimori por integrar una asociación ilícita que se habría apropiado ilícitamente de las donaciones provenientes del Japón.

Los nuevos juicios no incrementarían su condena

De acuerdo con el tratado de extradición Perú-Chile, al haberse producido la detención de Alberto Fujimori en Chile se requiere que la justicia de ese país autorice juzgarlo por los diversos delitos que se le imputan.

La ampliación de extradición subraya que Fujimori promovió una “política de terror y de represión clandestina mediante la cual se llevaron a cabo procedimientos paralelos e ilegales (…) para enfrentar a quienes se consideraba vinculados a las organizaciones terroristas o eran sospechosos de ser militantes de ‘Sendero Luminoso’ y el MRTA”.

De aprobarse la extradición y al no ser acumulativas las penas en el Perú, Fujimori solo cumplirá la condena de 25 años de prisión.

Claves

De acuerdo con el tratado de extradición Perú-Chile, al haberse producido la detención de Alberto Fujimori en Chile se requiere que la justicia de ese país autorice juzgarlo por los diversos delitos que se le imputan.

La ampliación de extradición subraya que Fujimori promovió una “política de terror y de represión clandestina mediante la cual se llevaron a cabo procedimientos paralelos e ilegales (…) para enfrentar a quienes se consideraba vinculados a las organizaciones terroristas o eran sospechosos de ser militantes de ‘Sendero Luminoso’ y el MRTA”.

De aprobarse la extradición y al no ser acumulativas las penas en el Perú, Fujimori solo cumplirá la condena de 25 años de prisión.

Publicado por: La Republica

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SANCIÓN DISCIPLINARIA A URRESTI QUEDÓ PENDIENTE DE RESOLVER POR LA SALA PENAL NACIONAL

Fiscal del Caso Bustíos presentó queja por participación del acusado Daniel Urresti por su participación en un programa de espectáculos. Vocales resolverán solicitud en la siguiente sesión del 3 de marzo a las 9 a.m. // Culminó participación de testigo “experto”, quien no tenía conocimientos sobre zonas de emergencia.

COMISEDHEl Colegiado B de la Sala Penal Nacional dejó al voto la sanción disciplinaria que solicitó el fiscal superior Luis Landa Burgos contra el Gral. (r) Daniel Urresti Elera, acusado por el asesinato del periodista Hugo Bustíos.

El representante del Ministerio Público presentó esta queja por la participación de Urresti Elera en el programa de espectáculos “El Valor de la Verdad”, donde el acusado realizó declaraciones que, para el fiscal, violaron las reglas de conducta de la Sala Penal Nacional fijadas en octubre del año pasado. Estas normas del Colegiado B expresaban que Urresti no debía manifestarse en contra de los testigos ni hacer declaraciones que afecten el proceso. Por ello, solicitó a los vocales que, de acuerdo a su criterio, determinen las medidas de restricción que estimen convenientes contra el acusado. A este pedido se adhirió el Dr. Hernán Barrenechea, abogado de la Comisión de Derechos Humanos – COMISEDH (institución a cargo de la defensa de la familia Bustíos) sustentando que estas advertencias al acusado ya han sido reiterativas.

Finalmente, el fiscal Landa entregó los videos de la participación del acusado en dicho programa, así como la transcripción de los mismos, para que sean valorados por los vocales. El Colegiado señaló que en la próxima audiencia se pronunciará al respecto.

CULMINÓ DECLARACIÓN DE TESTIGO “EXPERTO”

Tras la presentación de esta queja por el fiscal superior, continuó el interrogatorio al Cnel. Walter Bracamonte Merino, testigo “experto” ofrecido por la defensa del acusado Urresti. A las preguntas del representante del Ministerio Público, Bracamonte manifestó que no tenía conocimiento sobre la labor de oficiales de Inteligencia en zonas de emergencia, concluyendo así su declaración.

PRÓXIMA AUDIENCIA

La siguiente sesión del Caso Bustíos ha sido fijada para el jueves 3 de marzo a las 9 a.m. en la Sala Penal Nacional (Av. Uruguay 145, Cercado de Lima).

Lima, 16 de febrero del 2016
Publicado por: Comisión de Derechos Humanos-COMISEDH

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La investigación por esterilizaciones forzadas en Perú se prolonga

El resultado del proceso en contra de Alberto Fujimori se debía entregar este miércoles pero lo han prorrogado 150 días.

ONG DEMUSONG DEMUS. El Ministerio Público tenía que entregar este miércoles la investigación que se realiza al expresidente Alberto Fujimori y sus exministros de Salud en relación con las esterilizaciones forzadas realizadas a mujeres indígenas durante ese Gobierno. La fiscal a cargo de la investigación ha pedido cinco meses más para formalizar su denuncia. Las víctimas y los parientes de las fallecidas realizaron un plantón y han interpuesto una queja contra la fiscal, ya que es la tercera prórroga que pide, pese a que la entidad investiga el caso hace 14 años y el expediente contiene 150 tomos de testimonios y pruebas.

En enero de 2014, el fiscal Marco Guzmán Baca archivó la investigación por delitos de lesa humanidad al exmandatario, entre 1990 y 2000, y a sus exministros de Salud Eduardo Yong, Marino Costa y Antonio Aguinaga. Ante una queja presentada por las víctimas, el caso fue reabierto en mayo de 2015, a cargo de la fiscal Marcelita Gutiérrez, quien pidió 150 días para nuevas diligencias.

“Han pasado 19 años de la muerte de mi hermana y es indignante que aún no encuentran responsables. En la última campaña electoral el presidente [Ollanta Humala] dijo que se iba a hacer justicia”, comentó a EL PAÍS Alfonso Ramos, hermano de Celia Ramos, esterilizada contra su voluntad en el departamento de Piura.

La Defensoría del Pueblo contabilizó a 2.074 mujeres esterilizadas sin consentimiento informado, basándose en denuncias hechas ante el Ministerio Público; al menos 18 de ellas fallecieron por complicaciones durante o derivadas de la cirugía. En el mandato de Fujimori se realizaron alrededor de 300.000 esterilizaciones.

“Lo antes posible”

La abogada Jessenia Casani es la defensora de las víctimas de esterilización forzada. Destacó que la candidata presidencial Keiko Fujimori, hija del expresidente, no reconoce que se trata de delitos de lesa humanidad, sino de actos aislados cometidos por algunos médicos. Fujimori encabeza las encuestas de intención de voto con un 30%, de cara a las presidenciales del 10 de abril.

El 4 de febrero, 23 miembros del Parlamento Europeo enviaron una carta a Humala en la que le solicitan “hacer todo lo posible para avanzar lo antes posible hacia la debida judicialización de todos los casos”.

En la resolución del 5 de febrero que dispone la ampliación por 150 días de la investigación preliminar, la fiscal Aguirre refiere que en nueve meses ha recabado 1.626 declaraciones indagatorias de presuntas agraviadas en los departamentos de Huánuco, Huancavelica, Moquegua, Cusco, Piura, Tumbes y Lima, y que a fin de mes recogerá otras 316 en la Ciudad de Iquitos.

Publicado por: El País

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“Vamos a buscar, a cada uno de los 15 mil desaparecidos”

Verónika Mendoza llegó a Ayacucho donde anunció que en su gobierno se efectuarán las acciones necesarias para la búsqueda de las más de 15 mil personas desaparecidas durante el conflicto armado interno que azotó al país entre 1980 y 2000.

Vero.pevero.peLa candidata del Frente Amplio se reunió con las madres de la Asociación de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos (Anfasep).

“No estarán más solas. Los vamos a buscar, a cada uno de los más de 15 mil desaparecidos”, prometió Verónika Mendoza quien se dirigió a La Hoyada donde sostuvo que garantizará la construcción del Santuario de la Memoria. Como se recuerda en la zona funcionaba el cuartel ‘’Los Cabitos’’, principal centro de detenciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales.

‘’Gracias a las mamás de la Asociación de familiares de secuestrados, detenidos y desaparecidos (ANFASEP) por su valentía y perseverancia para encontrar justicia, reparaciones y los cuerpos de sus familiares para sanar la herida aún abierta’’, sostuvo en emotivo mensaje.

‘’¡Cómo es posible que el Estado peruano no esté buscando a nuestros desaparecidos! Implementaremos una política de búsqueda de desaparecidos con  presupuesto y cronograma. Esas 15 mil personas nos hacen falta’’, señaló la candidata del Frente Amplio.

Verónika Mendoza también anunció el fortalecimiento de la política de reparaciones integrales para las víctimas del conflicto armado interno con más presupuesto y facilidad de acceso a programas de salud, educación, entre otros.

Asimismo, apoyo legal para mujeres víctimas de la violencia sexual en ese periodo, pues existen más de 4000 casos registrados y ninguna sentencia.

En ese sentido, Verónika Mendoza hizo un llamado a los demás candidatos a la Presidencia para que firmen un ‘Compromiso por la Memoria’, con el objetivo de que no queden impunes los casos de violaciones a derechos humanos que se cometieron durante la época de violencia interna y se restituya a los deudos los restos de sus familiares desaparecidos.

Publicado por: vero.pe

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Poder Judicial rechaza hábeas corpus de Alberto Fujimori que buscaba anular su condena

El Colegiado B de la Cuarta Sala Penal para Reos en Cárcel de Lima declaró improcedente el recurso que alegaba una vulneración al proceso por parte del entonces presidente del tribunal César San Martín.

El Comerciofoto El ComercioEl Poder Judicial rechazó en segunda instancia el hábeas corpus presentado por el ex presidente y reo Alberto Fujimori para anular su condena a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.

El Colegiado B de la Cuarta Sala Penal para Reos en Cárcel de Lima ratificó el fallo del 43 Juzgado Penal de Lima, que declaró improcedente en primera instancia el hábeas corpus presentado por Fujimori, en el que alegaba una presunta vulneración al principio de imparcialidad y el debido proceso por parte del entonces presidente del tribunal César San Martín.

El colegiado coincidió con el juzgado en que los argumentos de la defensa de Fujimori son intranscendentes y que no se ha desacreditado el principio acusatorio en la extradición del exmandatario.

Alberto Fujimori, padre de la actual candidata a la presidencia, Keiko Fujimori, se presentó el pasado 22 de enero en una audiencia pública ante el colegiado B de la Cuarta Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior, a la que solicitó la anulación de la sentencia y un nuevo juicio.

En esa oportunidad, Fujimori afirmó que el juez César San Martín, quien presidió el tribunal que lo sentenció en 2009, violó el principio de imparcialidad al permitir “la influencia de un tercero” en su decisión, en referencia a las consultas que hizo a otros colegas por correo electrónico.

En septiembre pasado, la jueza María Niño Palomino, titular del 43 juzgado penal de Lima, declaró infundado, en primera instancia, el pedido de hábeas corpus.

Niño remarcó que ni Fujimori ni su abogado cuestionaron durante el desarrollo del juicio oral de 2009 ninguno de los puntos que ahora alegan en su recurso.

La magistrada también recordó que Fujimori fue condenado por los delitos de asesinato, lesiones graves y secuestro agravado, que están contemplados en el Código Penal y que son coincidentes con los que la Justicia chilena autorizó su extradición en 2007.

Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a cargo del grupo militar encubierto Colina, y por el secuestro agravado de un periodista y un empresario en 1992.

En 2013, el presidente peruano, Ollanta Humala, rechazó otorgar a Fujimori el indulto humanitario pedido por sus hijos.

Publicado por: La Mula

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En Perú, una campaña presidencial y un juicio por asesinato van de la mano

En los 80, Hugo Bustíos trabajaba como fotoperiodista en Ayacucho, una provincia peruana que entonces se regía por ley marcial. En esa época el ejército libraba una campaña brutal de contrainsurgencia para abatir a Sendero Luminoso. El trabajo de Bustíos como reportero lo convirtió en un testigo incómodo de las atrocidades cometidas por ambos bandos, y recibió numerosas amenazas de muerte.

New York TimesNew York Times. Ayacucho en 2012. En 1988 Bustíos fue emboscado a plena luz del día por una patrulla militar. Lo mataron a tiros y su cuerpo fue destruido con una granada para intimidar a los demás.

Más de 50 periodistas han sido asesinados en Perú desde que el país recuperó la democracia en 1980; muy pocos casos han sido llevados ante la justicia. Sin embargo, el asesinato de Hugo Bustíos no fue olvidado. El caso fue tomado primero por el Comité para la Protección de los Periodistas de Nueva York y posteriormente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Los avances en la investigación estaban paralizados pero, finalmente, más de un cuarto de siglo después de su muerte, se está llevando a cabo un juicio. Y eso no es lo más extraordinario: el acusado en el juicio podría ser el próximo presidente de Perú.

El General Daniel Urresti, conocido en la época del asesinato de Bustíos con el pseudónimo de Capitán Arturo, fue jefe de inteligencia en la base del ejército en Huanta, Ayacucho. Urresti fue acusado el año pasado de haber ordenado el asesinato del periodista. De ser declarado culpable, enfrenta una sentencia de 25 años en prisión.

Al mismo tiempo, el General Urresti ha sido elegido para ser el candidato presidencial del partido gobernante del país, el Partido Nacionalista del Perú, en las elecciones generales programadas para el 10 de abril.

Por si eso no fuera lo suficientemente extraño, la compañera de fórmula del General Urresti es Susana Villarán, una reconocida activista de derechos humanos. Entre 2002 y 2005, fue integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la misma organización que ayudó a llevar el caso de Urresti ante la justicia.

Estos compañeros tan dispares son menos extraordinarios de lo que se podría pensar: los partidos son débiles en Perú y los políticos no reparan en cambiar de bando. Pero incluso para estándares peruanos, la candidatura de Villarán es descaradamente oportunista. La viuda de Bustíos, Margarita Patiño, ha acusado a Villarán de una traición que “insulta, veja e indigna a los familiares de víctimas de graves violaciones a los derechos humanos”.

Conocí bien a Hugo Bustíos. Trabajamos juntos a mediados de los 80 en Huanta.

Poco después de que mi colega fuera asesinado, me nombraron directora ejecutiva del Comité para la Protección de los Periodistas en Nueva York, y en 1990, junto con Human Rights Watch y el Center for Justice and International Law, hicimos que el caso de Bustíos fuera remitido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En 1997 la comisión exigió al gobierno peruano dar inicio a una investigación imparcial para que los responsables fueran sometidos a juicio.

el gobierno del Presidente Alberto Fujimori había promulgado una ley de amnistía que le otorgaba inmunidad al personal militar implicado en abusos de derechos humanos durante el estado de emergencia. No fue sino hasta 2001, cuando se nombró una comisión de la verdad, que el gobierno peruano por fin aceptó investigar 165 casos, incluyendo el asesinato de Bustíos. En 2007 un tribunal sentenció a dos funcionarios por el delito, pero en 2009 uno de los dos sentenciados implicó al General Urresti en el asesinato.

El General Urresti niega la acusación e insiste que el caso tiene motivos políticos, ya que intenta bloquear sus ambiciones presidenciales. Por su parte, Villarán declaró que, a pesar de haber tenido dudas en el pasado, está convencida de la inocencia de su compañero de fórmula.

La primera vez que vi al general en persona fue en diciembre pasado, cuando testifiqué en su juicio, pero ha sido una figura controvertida en Perú desde hace algún tiempo. En 2014 fue nombrado ministro del interior por el Presidente Ollanta Humala —quien fue oficial del ejército durante la “guerra sucia”— a pesar de que Urresti ya tenía una investigación abierta por el asesinato de Bustíos. Solo duró ocho meses en ese puesto, ya que tras recibir críticas por brutalidad policial durante las protestas del año pasado fue obligado a renunciar. Sin embargo, el estilo combativo del General Urresti en sus apariciones televisivas lo han convertido en una figura popular.

Por una coincidencia perversa, se espera que el tribunal dicte sentencia en el caso Urresti al mismo tiempo que los peruanos voten en la primera vuelta en abril. Y es así como los electores tienen no solo un candidato presidencial que alterna apariciones en televisión con comparecencias ante los tribunales, sino además están expuestos a la posibilidad de que un presidente electo gobierne desde prisión.

No tiene muchas probabilidades de ganar, pero ese podría no ser el principal objetivo de su candidatura. Al ungir al General Urresti como su sucesor político, Humala pareció exculpar a un presunto responsable sujeto a una grave acusación. Los jueces de Perú no son conocidos por su independencia ni integridad; el respaldo presidencial puede sin duda ser visto como un intento de interferir en el curso de la justicia, y en efecto podría comprometer la imparcialidad del juicio.

El esfuerzo por instalar a un aliado tan polémico en la presidencia puede ser un quid pro quo del presidente saliente. La primera dama, Nadine Heredia, está sometida a una investigación por presunto lavado de fondos de campaña y transferir millones de dólares a cuentas bancarias secretas en el extranjero (EL presidente tiene inmunidad que solo puede ser levantada por voto mayoritario en el Congreso una vez que deje el cargo). Humala dejará la presidencia con índices de aprobación terriblemente bajos; su patrocinio a la candidatura de Urresti podría ser visto como un último intento desesperado por apuntalar su situación política.

No hace falta decir que aquellos que aspiran a un cargo público deberían estar libres de toda sospecha de conductas delictivas. Evidentemente este no es el caso de Urresti. Su candidatura socava la ya frágil democracia peruana.

Y lo que resulta peor: la candidatura del General Urresti interfiere groseramente con la administración de justicia. Esto subvierte la larga batalla del Perú por confrontar su oscuro pasado de crímenes contra la humanidad.

Publicado por: The New York Times