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La tenaz lucha del alcalde de Cayara para sobrevivir a la memoria de una masacre

  • Un testimonio revelador es el de David Ccayo, hoy burgomaestre de un pueblo que en 1988 vio morir a 39 comuneros, entre ellos varios miembros de su familia, a manos de militares. 27 años después sigue buscando justicia

Por Ivan Vicente

David Ccayo Ipurre tenía nueve años cuando el 14 de mayo de 1988 un grupo de militares fuertemente armados ingresó a caballo a Cayara, distrito de la provincia Víctor Fajardo (Ayacucho), y mató a los comuneros acusándolos de ser terroristas. Hoy, 27 años después de esta tragedia, y convertido en el alcalde de la Municipalidad Distrital de Cayara, busca justicia para él y para los más de 100 familiares de la Asociación de Víctimas de la Violencia Política.

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© Diario16
© Diario16
© Diario16Ccayo ahora tiene 36 años, ha llegado a Lima haciendo seguimiento a la denuncia de recusación presentada el 5 de marzo por la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) contra la magistrada que verá este caso emblemático contra los derechos humanos cometido durante el primer gobierno aprista, Mirtha Bendezú, porque su participación –afirman– no garantiza imparcialidad y objetividad en el proceso, ya que es cónyuge de Ricardo Chumbes, socio del estudio jurídico del abogado Edmundo Peláez Bardales.

Luego del proceso contra la jueza, en el que se pide su cambio, se procederá al juicio oral, donde se denuncia como responsable de estos actos violentos en Cayara al general José Rolando Valdivia Dueñas, que habría ordenado a un total de 200 soldados capturar a los delincuentes subversivos que participaron del ataque terrorista del 13 de mayo en el distrito de Erusco y que se toma como pretexto para un desplazamiento militar a Cayara.

“Yo soy parte de esta tragedia”, nos dice Ccayo. Ese día (14 de mayo de 1988), temporada de buena cosecha, llegó junto a su abuelo David a la chacra, en un lugar conocido como Acobamba, en la localidad de Qechua, en la zona de Qachuaypampa, donde ocurrieron los hechos.

Antes de iniciar la jornada de trabajo, su abuelo realizó la tradición inca de leer las hojas de coca: “Manan imapas pasacunqachu tranquilullaman kanqa” (no va a pasar nada, todo está tranquilo), dijo, augurando bienestar y buen día.

Luego, como al mediodía, regresaron a Cayara llevando cuatro sacos de maíz. Mientras el pequeño David descarga los sacos en su casa, un militar entra en su patio. No había nadie.

-¿Tu mamá?

-En la chacra.

-¿Tu papá?

-En el cielo (su papá falleció en el 86).

“Yo lo vi tranquilo, le di esas respuestas y se regresó, no dijo nada, tampoco me pareció extraño. Para mí fue normal porque siempre venían a inspeccionar de la base de Huaylla, que está a media hora de Cayara”, agrega el alcalde.

Un día antes de esta tragedia (13 de mayo) –recuerda Ccayo–, un destacamento de Sendero Luminoso emboscó a dos camiones portatropas en Erusco. El ataque dejó 15 heridos y murieron un capitán, un sargento y dos cabos.

Enterado de esto el jefe político militar de Ayacucho, el general José Valdivia, ordenó realizar el Plan Operativo Persecución a un fuerte contingente militar de diez patrullas, con 20 soldados cada una, para encontrar a los terroristas que mataron a sus compañeros y se apropiaron de su armamento.

Los militares llegaron a Cayara a las nueve de la mañana y mataron a una persona en la entrada del pueblo.

Eran las celebraciones por la Virgen de Fátima, los militares adujeron que los pobladores festejaban el ataque terrorista del día anterior. Detuvieron a cinco personas y las metieron dentro de la iglesia. Se escucharon disparos. Días después los cuerpos fueron encontrados en un lugar conocido como Quimsahuayco.

“Mi abuelo se adelantó por la huerta para llegar a Qechua. Bajamos por la ladera y llegamos a Qullpacha y de ahí miramos a la zona de Qechuapata, que está en una parte alta”, explica el alcalde, que de pronto, como una aparición, vio en ese momento llegar a un grupo de jinetes vestidos completamente de negro –los heraldos negros que nos mandan la muerte–, pero eran militares encapuchados y armados.

Los soldados se desplazaban por la pampa. El primer batallón que llegó, juntó a todos en Qachuaypampa. Separaron a las personas mayores, entre ellos a su abuelo David, y a los jóvenes; dejaron a las mujeres y niños juntos.

El que estaba al mando hablaba del ataque terrorista donde murieron soldados. “Y lo decía con furia, rabia y cólera. Decía que su familia había perdido la vida y nos decía que nosotros éramos los terrucos”, cuenta el burgomaestre.

El ruego de las mujeres arrodilladas que pedían que no les hagan nada no fue suficiente. Un segundo batallón que había estado bebiendo alcohol mientras saqueaban el poblado se ensañó con más violencia contra los detenidos, a quienes incluso les colocaron pencas de tuna en la espalda hasta hacerlos sangrar.

De pronto realizaron disparos al aire y botaron a todas las mujeres, niños y jóvenes. Todos empezaron a correr a su suerte, para todos lados, pero con dirección al pueblo. Estaba oscureciendo, eran las cinco o seis de la tarde. Los mataron uno por uno.

“Uno de mis primos estaba regresando con mi tía llevando los documentos de su papá. Toda la gente estaba llorando, gritando, pidiendo auxilio, pero nada”, narra el burgomaestre sobre la matanza que duró cerca de tres horas.

Al día siguiente, por la mañana, aparecieron militares. Los familiares de los asesinados quisieron llegar al lugar de la masacre, pero no los dejaron.

Recién dos días después, el 16 de mayo, pudieron recorrer la zona. El alcalde recuerda que en el camino encontró la correa de su abuelo, la reconoció porque la hebilla tenía la inicial de su apellido; más allá, junto a un molle, su chaleco. Buscaron su cuerpo y no lo encontraron. En una chacra encontraron tres o cuatro fosas, en otra chacra igual. Por la noche se hizo una pequeña misa, se prendieron velas y eso fue todo. Nadie se atrevió a desenterrar los cadáveres.

“Al día siguiente llegó un helicóptero y fuimos donde estaban las fosas y no había nada, ningún cadáver. Los habían desaparecido. Se encontraron las fosas abiertas y no encontramos nada”. Añade: “Días después llegó el presidente Alan García a Cayara. Me acuerdo de que estuvo en el municipio, no recuerdo qué habló”.

Después instalaron una base militar en la escuela de Cayara. Las personas que estuvieron presentes en la matanza, como Fernandina Palomino, Justiniano Tinco, Antonio García Tipe y Jovita García Suárez, fueron desapareciendo. Pasaban una lista y se los llevaban. Nunca más se supo de ellos.

LA DENUNCIA Y ALAN GARCÍA

Diez días después de la matanza, las víctimas interponen la denuncia en Ayacucho que pasa a Carlos Escobar, fiscal especial comisionado por el Ministerio Público para casos de Desaparición Forzada de Personas en Zonas de Emergencia, quien en el informe que presentó al fiscal supremo Pedro Méndez el 13 de octubre de 1988, remitida al fiscal de la Nación al día siguiente, consigna 29 muertos y 45 desaparecidos. Aunque se encontraron solo tres cadáveres, hay 40 testigos que afirman haber visto la muerte de esas personas y que las evidencias que estaban enterradas en las fosas fueron retiradas por el Ejército.

Escobar cuenta en una entrevista que tras reunirse con Alan García, este se comprometió a llevar médicos de Lima para realizar las exhumaciones y los peritajes, pero estos llegaron una semana después. Las fosas estaban vacías y las manchas de sangre de la iglesia fueron borradas.

Meses después el fiscal conversó con el coronel Rafael Córdova, segundo de José Valdivia, y le contó que luego de su entrevista con Alan, viajó junto al presidente a Cayara y él ordenó personalmente retirar los cadáveres y borrar los rastros de sangre.

La oficina de Córdova fue cerrada, luego destituido de su cargo y hasta amenazado. Terminó asilándose en Estados Unidos.

“Cuando Alan García asume su segundo gobierno, pensamos que el tema Cayara podría ser retomado, quizás para él hubiera sido uno de los puntos importantes en su agenda, pero lamentablemente no fue así”, expresa el alcalde Ccayo, que muestra una serie de invitaciones que realiza a congresistas, la primera dama y el presidente, a quienes solicita su presencia en la inauguración del Sitio de la Memoria este 14 de mayo.

Con la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en el 2005, se inician las investigaciones en Cayara. Se recogen testimonios de las personas que estuvieron presentes. Pero, a pesar de las evidencias, el fiscal provincial Jesús Granda Olaechea, que fue designado para ampliar las investigaciones de Escobar, extrañamente determinó que la muerte de 18 personas se produjo por enfrentamiento de los subversivos con las fuerzas del orden.

“Tampoco se cometieron delitos por daños, robo, saqueo, contra la libertad individual, incendio, contra la libertad sexual y contra la administración de justicia. Por ello, ordenó archivar provisionalmente la investigación”, indica el informe de la CVR.

En ese mismo año, el 19 de mayo, la fiscal especializada en derechos humanos Cristina Olazábal denunció penalmente ante el Poder Judicial a Alan García por presunta responsabilidad en los delitos de omisión impropia –por no impedir ni denunciar el hecho en su calidad de presidente de la República– y encubrimiento personal, también fue denunciado Valdivia y 123 personas involucradas.

El 1 de julio la jueza Miluska Cano absuelve a García y a otros altos mandos políticos, ministros y efectivos militares implicados.

Sin embargo, ahora se espera el momento del juicio. 27 años después.

“Kuyasqanchikuna Yuyanapaq”

Este 14 de mayo Qachuaypampa será declarado Sitio de la Memoria “Kuyasqanchikuna Yuyanapaq” por la municipalidad distrital de Cayara debido a los hechos ocurridos en 1988. En ese lugar se levantará un mausoleo en memoria de los asesinados y por las muchas víctimas que allí dejó la violencia.

Además, se declarará esta fecha como Día de la Memoria para que sea celebrada cada año y contará con la participación de la comunidad ucayalina.

Previa a esta ceremonia principal, el 12 de mayo, en Lima, se llevará a cabo la misa por las víctimas del caso Cayara, que contará con la participación de la organización de residentes y autoridades. Ese mismo día se hará una caravana que partirá de Lima hacia Huamanga.

El día 13 de mayo, en la plaza de Huamanga, se realizará una vigilia y el mismo día 14 se continuará con la caravana de Huamanga hasta Cayara.

Finalmente, el evento concluirá con la colocación de la primera piedra de lo que será la construcción del mausoleo que tendrá una presentación teatral a cargo del colegio Ricardo Palma.

Ver también:

Publicado en Diario16 el 11 de mayo de 2015

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Marcado por la guerra

  • José Carlos Agüero ha roto un tabú. Fue hijo de senderistas y habla de ello en su libro Los Rendidos. Dice que los familiares de terroristas también ocupan un lugar entre los fantasmas que dejó la guerra interna y que merecen ser escuchados.

Texto: Juana Gallegos
Fotografía: Miguel Gutiérrez

Cuando le dijeron que su madre había muerto sintió alivio. Alcanzó el asiento trasero de un bus, se quitó los lentes de medida y allí, viendo una realidad borrosa, sintió que al fin podía descansar. El cuerpo de su madre, la senderista Silvia Solórzano, había sido encontrado tirado en una playa de Chorrillos con tres balazos en la espalda y un cartel que decía: “Así mueren los traidores”. Era 1992, José Carlos Agüero dejaba de ser un adolescente, tenía 17 años y le remordía la conciencia porque su madre había muerto y él sentía que se quitaba una mochila pesada.

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El autor en primer plano y en el fondo una fotografía de prisioneros senderistas trasladados al penal de El Frontón, donde murió su padre © La República
El autor en primer plano y en el fondo una fotografía de prisioneros senderistas trasladados al penal de El Frontón, donde murió su padre © La República
El autor en primer plano y en el fondo una fotografía de
prisioneros senderistas trasladados al penal de El Frontón,
donde murió su padre
© La República
¿Cómo no sentir culpa por esperar la muerte de quién amas?, pensó, pero no había tiempo para llorar. Lo habían educado sin sentimentalismos.

En ese entonces, el hoy historiador de 40 años no imaginó contar ese episodio de su vida a nadie. La historia de su familia era un tema tabú.

Sus padres habían sido militantes del grupo terrorista Sendero Luminoso y tan sólo mencionarlo lo convertía en un ser infectado, en un terruco más. Por eso, por muchos años, guardó silencio. Hasta hoy.

Agüero ha publicado un libro titulado Los rendidos. Sobre el don de perdonar (IEP, 2015) y es una suma de reflexiones y relatos cortos sobre lo que significó ser el “hijo de sus padres”.

Después de haber trabajado años como activista de derechos humanos y de colaborar con la Comisión de la Verdad, escuchando a las víctimas de la violencia, decidió que era el momento de contar lo que a él le tocó:

-Yo tenía una historia personal que nadie conocía, sólo mis familiares cercanos. Y hay mucha gente, hijos de senderistas, que nunca fueron militantes y que como yo guardan silencio porque entienden que su versión de la historia no será bien recibida.

José Carlos habla mientras toma un jugo de papaya y agrega, medio en broma, que sí, que felizmente aún conserva su trabajo en el Ministerio de Cultura.

Su libro es controversial y ha generado todo tipo de reacciones. Desde felicitaciones por su honestidad hasta insultos que han llegado directamente a la bandeja de su correo electrónico.

-Tal vez tienen razones por sentir miedo. Cualquiera que toca el tema de Sendero de una forma no tradicional les puede generar ansiedad y yo lo comprendo.

Hablar de Sendero Luminoso de forma “no tradicional” significa contar la historia del hijo de una pareja de fanáticos que creció creyendo, como cualquier niño, que lo que les decían sus padres era lo correcto hasta que de grande, ya con capacidad para criticarlos, se terminó desengañando.

EL PERDÓN

Agüero no tiene claro cuándo decidieron sus padres entregar su voluntad al grupo terrorista más letal de América Latina. Sólo recuerda que a los diez años, su casa era muy bulliciosa, siempre estaba llena de los amigos de sus papás, los “tíos” los llamaban él y sus hermanos.

Recuerda, además, que lo que más jalaba su atención eran aquellas plastilinas grandes, forradas con papel marrón, que guardaba su mamá y que le prohibía tocar. La curiosidad se mantuvo hasta que un día uno de sus tíos le enseñó a usarlas como insumo para armar un cartucho de dinamita. “¿Para qué se utilizaron esos cartuchos? No lo sé pero puedo presumir cómo fueron usados” (Los Rendidos, p.87), confiesa Juan Carlos.

Su madre no acabó la carrera de periodismo. Como tenía una especial llegada con la gente, se convirtió en líder barrial de Condevilla, un asentamiento humano de San Martín de Porres donde José Carlos pasó buena parte de su infancia. Tuvieron que mudarse tres veces de esa casa, porque su madre empezaba a ser perseguida por la Policía. Nunca intentó convencerlo de entrar al Partido:

– No me educaron para enrolarme a Sendero. Ella decía que estaban haciendo la guerra para que no la tuviéramos que hacer nosotros.

Su padre, Manuel Agüero, era un ingeniero metalúrgico de la Universidad Nacional de Ingeniería. Un tipo que usaba casacas de cuero y tenía una moto y que primero fue un importante dirigente sindical y que después fue uno de los principales cuadros de Sendero.

Seis años antes de que los militares ejecutaran a su madre, el padre de José Carlos cumplía pena por terrorismo en el penal de El Frontón. Murió ejecutado en aquel operativo que propició el gobierno de Alan García en 1986, en el que murieron 118 reclusos.

– Dudo que mi madre haya disparado alguna vez. Ella cumplía una función de apoyo en el partido, daba comida y cama, atendía a los heridos. Mi padre sí era un militante activo. Recuerdo una conversación. Hubo una persecución en Breña, él y sus compañeros querían secuestrar a alguien y les cayó la Policía. En ese enfrentamiento murió un efectivo. Yo no sé si el disparo lo dio mi padre.

Alguna vez José Carlos pidió perdón en nombre de sus progenitores y lo escribió por e-mail. No recuerda la fecha. Sólo las respuestas. La primera, la de una mujer, fue una respuesta cortés pero cortante: “No corresponde que pidas perdón en su nombre. Cariños”. La segunda fue algo como esto: “Tu padre y tu madre hicieron mucho daño a mi familia. Te pedimos por favor, que no te vuelvas a comunicar”. Sólo escribió dos correos. No volvió a pedir perdón.

“¿Los hijos tienen que cargar con los crímenes de sus padres?”, se pregunta José Carlos en uno de los pasajes del libro. No lo cree pero es inevitable el peso que ha heredado. Se responde:

“No sé cuál fue mi grado de complicidad. Quemé y transporté documentos, ayudé a preparar cartuchos. Todo lo hice porque mis padres me dijeron que era lo correcto pero al mismo tiempo, odiaba esa vida, poco a poco fui observando la miseria de ese partido y sus contradicciones. El horror de la violencia. El miedo. Pero sobre todo el miedo por mi familia porque podían matar a mis padres. (p.87)”

EL ESTIGMA

Frente a José Carlos se exhiben las fotografías de Yuyanapaq, la más grande muestra fotográfica de los años del terror que vivió el país. Él las mira en esta tarde de jueves. Lo confrontan cuerpos mutilados, rostros dolorosos, todo lo que precipitó Sendero.

– De todas las conversaciones que escuché en mi casa recuerdo una realmente infame. (Los senderistas) habían asesinado a María Elena Moyano, les escuché decir que qué bien que esté bien muerta, que era un obstáculo para el partido. Y eso me pareció miserable.

La lideresa vecinal fue asesinada salvajemente. Le dispararon en el pecho y en la cabeza, y luego dinamitaron su cuerpo. Era febrero de 1992. La madre de José Carlos moriría a los pocos meses y en setiembre capturarían a Abimael Guzmán.

Pudo haber sido este, el momento en el que José Carlos se desengañó. ¿Eran unos monstruos los seres a los que amaba? “Mis padres no fueron monstruos, tuvieron sus motivos para luchar, tenían ideales. Pero ¿Qué les dio derecho a mis padres y a sus camaradas de asesinar, disparar, quemar, romper, destruir?” (p.58) se pregunta.

– Creo que el perdón es un ejercicio personal. No es un deber, pero creo que ayuda a tender puentes entre los que piensan diferente.

Dice José Carlos, que también es poeta y escribió alguna vez: “Nadie sabe que es un monstruo hasta que se mira en el espejo”.

Publicado en La República, el 3 de mayo de 2015

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Los enigmas del perdón

El Instituto de Estudios Peruanos (IEP) vuelve a rendir un servicio inestimable a la comprensión de nuestra historia reciente, en su dimensión más trágica. Ha publicado el libro “Los Rendidos: Sobre el don de perdonar”, del historiador José Carlos Agüero.

En la primera página de esta suerte de compilación de fragmentos acerca de su propia experiencia, Agüero nos previene que “Da vueltas sobre diferentes dimensiones relacionadas con mi condición: ser hijo de padres que militaron en el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y que murieron en ese trance, ejecutados extrajudicialmente.”

A diferencia del texto de Lurgio Gavilán, también publicado por el IEP, este es inquietante y perturbador. Mientras Gavilán, como bien nos hace observar Agüero, narra su testimonio desde una voz infantil tranquilizadora, estos relatos autobiográficos nos llevan a lugares oscuros que muchos hubiésemos preferido no frecuentar. Por ejemplo, a conocer más de cerca a esos militantes de Sendero, a los que resulta más cómodo estereotipar como perpetradores de una violencia salvaje. Que sin duda existió, como insiste, una y otra vez, el autor-hijo.

Porque lo que menos pretende es exculparlos. Su alegato va en contra de las miradas de superioridad moral y las visiones monolíticas, que nos impiden acercarnos a la comprensión de por qué pasó lo que pasó. Solo que no lo hace desde el escritorio del académico, ni tampoco nos ofrece tan solo un testimonio autobiográfico. Sus armas son la sinceridad y la empatía, la compasión y, la más poderosa de todas, el perdón: “Y más que un don, quizá deba ser entendido como una pérdida dolorosa, un difícil desprendimiento que es a su vez, un completarse en los demás. Pero no encuentro las palabras para decir esto”. Su padre fue ejecutado en la debelación del motín del Frontón, cuando Alan García era Presidente: “Prefiero perdonarlo también(…) Pero siento que también fue superado por sus miedos y limitaciones, que esa guerra fue demasiado para él, que perdió el alma en ese trance. Y cuando un hombre pierde su alma, todos de algún modo la perdemos con él.”

Por supuesto, Agüero pidió perdón a quienes pudieron verse afectados por la militancia de sus padres y las atrocidades cometidas por Sendero. Sin éxito. Los hijos, aprendió, heredan la culpa de sus padres. Ante esa evidencia maciza, opta por rendirse para poder reinventarse.

Rubén Merino, autor de un agudo colofón, señala enfáticamente que sería un error entender estos textos como una elaboración del trauma. A mí esa tácita prohibición me hace mirar en la dirección contraria a la que me señalan. No se puede reducir un libro, tan rico en cuestionamientos a verdades preconcebidas en los discursos académicos, a su dimensión psicológica. Pero sería un gran desperdicio no darse cuenta del valor extraordinario de este trabajo para comprender la complejidad del trauma generacional. Así como toda psicología individual es social, tal como lo explicó Freud en su Psicología de las Masas, la experiencia política no existe al margen de la subjetividad.

Publicado en La República el 4 de mayo de 2015

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Publicarán documental sobre caso El Santa

  • El próximo 2 de mayo, se cumplen 23 años del atentado del Santa (Áncash).

Por Jorge Paucar Albino

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En noviembre del 2011, después de 19 años de lucha por la justicia y la memoria, los cuerpos de los 9 campesinos asesinados por el Grupo Colina fueron entregados a sus familiares.

© Musuk Nolte y Antonio Escalante© Musuk Nolte y Antonio Escalante

Carlos Alberto Barrientos Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez, Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos, Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More fueron víctimas de múltiples violaciones a sus derechos fundamentales. Los exintegrantes del Grupo Colina ya fueron sentenciados a penas de entre 11 y 25 años de cárcel.

En el 2011, sus restos fueron encontrados en la Huaca Corral, que ahora es propiedad del Proyecto Especial Chavimochic. Los familiares de las víctimas solicitaron a esta empresa que cediera un espacio (Área de Reserva Santuario Coscobamba) y la compañía respondió afirmativamente.

© Musuk Nolte y Antonio Escalante
© Musuk Nolte y Antonio Escalante
© Musuk Nolte y Antonio Escalante

Para conmemorar este atentado, la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos del Santa realizará diversas actividades.

El sábado 2 de mayo, a las diez de la mañana, se llevará a cabo una romería en la zona del Santuario Huaca Corral.

© Musuk Nolte y Antonio Escalante

También se publicará el documental “Voces del desierto: Memorias del Caso Santa”, que da cuenta del crimen y de la lucha de los familiares de las víctimas que ahora esperan tener en el Santuario Huaca Corral un espacio para recordar a sus seres queridos.

A continuación, compartimos un adelanto de este documental, producido por la Coordinadora Contra la Impunidad (CCI), realizado por Raúl Cartajena.

>> VER VÍDEO

Publicado por La Mula el 30 de abril de 2015

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Ayacucho: Construirán sitio de la memoria en Cayara

El lugar denominado Qachuaypampa, ubicado en el distrito de Cayara (Víctor Fajardo), será declarado Sitio de la Memoria “Kuyasqanquikuna Yuyanapaq” por la municipalidad distrital. En ese espacio, donde el 14 de mayo de 1988 miembros del Ejército ejecutaron a 30 pobladores de la localidad, se tiene planificado construir un mausoleo, en memoria de los caídos en dicha matanza y de las cientos de otras víctimas que dejó la violencia política en esta zona.

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Plaza de cayara © NoticiasSER.pePlaza de cayara
© NoticiasSER.pe
Ernesto Ambia, responsable de APRODEH en Ayacucho, dijo que la iniciativa surgió de los afectados de Cayara, a lo que se sumó la voluntad política del alcalde de ese distrito, David Ccayo, quien reconoce la necesidad de concretar acciones de reparación simbólica. “La actual autoridad edil es también una víctima de la masacre de Cayara y esta sensibilizada. Debemos apoyarlos porque actualmente se demanda que las municipalidades distritales y provinciales emprendan acciones como esta, ya que las reparaciones simbólicas están en el plan integral de reparaciones”

El acalde de Cayara, David Ccayo, manifestó que ha venido trabajando la idea de la declaración del Sitio de la Memoria en Qachuaypampa desde que inició su gestión, porque este 14 de mayo se cumplen 27 años de la masacre que puso fin a la vida de muchos hijos del distrito. “Este trabajo se viene coordinado con las víctimas de la violencia que azotó a nuestra tierra, dejándola empobrecida y desolada. También hemos tenido el acompañamiento de ANFASEP”, refirió el burgomaestre.

Por otro lado, la autoridad edil de Cayara informó que los especialistas del municipio están elaborando un perfil técnico para poder destinar presupuesto y construir el mausoleo de este Sitio de la Memoria. Asimismo, recalcó que los familiares de quienes fueron asesinados y asesinadas: “Queremos tener un espacio donde poder reunirnos, porque muchos de nuestros hermanos y hermanas han migrado, y cuando vuelven a su tierra, no tenemos un lugar dónde recordar a nuestras víctimas”.

Para Ernesto Ambia es importante apoyar éste tipo de iniciativas, porque ellas ofrecen un reconocimiento a las víctimas y sirven para que las nuevas generaciones no olviden que en su localidad los derechos humanos fueron violados.

Felimón Salvatierra, presidente del Coordinadora Regional de Afectados por la Violencia Política de Ayacucho, también reconoció la iniciativa de la municipalidad de Cayara. “Entre sus recomendaciones, la Comisión de la Verdad y Reconciliación estipula la construcción de espacios de memoria, estas reparaciones simbólicas, así que esperemos que otras instancias estatales también la promuevan, porque a veces son estas mismas instancias las que ponen trabas a las iniciativas”, comentó.

Publicado por Noticias Ser, el 29 de abril de 2015

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Ayacucho: Museo de la Memoria expone réplicas de los años de la violencia

La Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos, Desaparecidos del Perú (Anfasep), conserva réplicas idénticas de las acciones de Sendero Luminoso y de las Fuerzas Armadas, ocurridas durante los años de la violencia que dejó aproximadamente 70 mil entre muertos y desaparecidos, según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

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Las réplicas son conservadas en el museo de la Memoria de Anfasep en la ciudad de Ayacucho. Isabel Cletona, guía de dicha exposición, señala que las armas, personas y otros artículos sólo plasman la realidad de los hechos que ocurrieron que dejó madres viudas, huérfanos y familias desamparadas. Entre las réplicas se encuentra una sala de tortura, que es un pequeño espacio donde se realizaban los interrogatorios a los detenidos.

En otro espacio, se encuentra el de color verde que representa a los militares y los de color rojo a senderistas. En el espacio de los militares aparecen varios cuadros de réplicas en cerámica vejámenes que cometían los militares con las mujeres, asesinatos, calabozo con detenidos donde el militar armado vigila, otro cuadro muestra asesinato de un campesino desde un helicóptero.

“En los últimos días algunos congresistas se pronunciaron sin conocer la realidad sobre una réplica que tenemos en el museo donde un militar detiene a un poblador y su esposa e hijo tratan de impedir que se lo lleven, pero ellos los congresistas interpretan otra cosa” agrega Isabel Cletona.

Cabe indicar que el Museo de la Memoria se construyó en el 2005, con apoyo de la embajada Alemania, Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, DED, GTZ y el Ministerio de la Mujer Desarrollo Social, hace 10 años.

Por su parte, Adelina García actual presidente de Anfasep, señaló que harán a invitación de los congresistas que cuestionan sobre las réplicas existentes para que puedan visitar el museo. “Nosotros continuaremos con nuestras muestras que solo representan los hechos que ocurrieron los años de la violencia”, dijo.

>> VER VIDEO …

Publicado por RPP Noticias el 7 de abril de 2015

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El asesinato de Pedro Huilca o por qué debemos recordar a este hombre al menos con un monumento

Contexto del huaqueo: Entre los años 1991 y 1992, Alberto Fujimori había emitido una serie de leyes y decretos legislativos que modificaban drásticamente las condiciones laborales en el país. Pedro Huilca, entonces secretario general de la CGTP, se manifestó abiertamente contra estas normas que, entre otras cosas, creaban las services. Por ello, había promovido y participado en diversas marchas contra el fujimorismo. Esto lo había convertido en un enemigo notorio del régimen. Aún así, Huilca tampoco era del agrado de Sendero Luminoso, ya que gracias a su capacidad dialogadora, el dirigente sindical podía coordinar conversaciones con gremios empresariales como la Confiep y participar de la CADE. Por lo que también fue declarado enemigo del senderismo. Esta es la historia de un hombre que buscaba justicia para los trabajadores y que en su camino encontró la muerte en la puerta de su casa, frente a sus hijos. Esta es la historia de un hombre que hace dos años había alcanzado reconocimiento público gracias a un busto, pero que ahora lo ha perdido.
[Del Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Lima, 2003] Las letras y títulos en negrita son culpa del huaqueador.

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LA HISTORIA DE PEDRO HUILCA

Busto de Pedro Huilca que acaba de ser retirado por el alcalde Castañeda debido a las obras de su by-pass.Busto de Pedro Huilca que acaba de ser retirado por el
alcalde Castañeda debido a las obras de
su by-pass.
Pedro Huilca Tecse nació en Cusco, el 4 de diciembre de 1949. Apenas egresado del colegio, debió afrontar la responsabilidad de contribuir en el sostenimiento de su modesto hogar y empezó a trabajar como obrero de construcción civil.

Desde 1981 ocupó diversos cargos dirigenciales en la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), hasta que en su décimo Congreso Nacional, realizado en marzo de 1992, fue elegido Secretario General de dicha agrupación.

Uno de sus rasgos distintivos fue su gran apertura al diálogo. Esta conducta le permitió mantener un diálogo fluido con los directivos de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), de la Confederación de Instituciones de la Empresa Privada (CONFIEP) y con diversas autoridades gubernamentales. Esta disposición no fue bien vista por Sendero Luminoso, que debido a ello calificó al dirigente como “revisionista”.

EL ASESINATO DE PEDRO HUILCA

El 18 de diciembre de 1992, Pedro Huilca Tecse se levantó muy temprano y tras desayunar con su familia salió a la cochera en busca del auto que le había asignado la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP).

Regresó a su casa para recoger a su hija, Flor de María Huilca Gutiérrez y al hijo de su pareja, Julio César Flores Escobar, y juntos salieron de la vivienda sin ningún mal presagio. Los tres se dirigieron al vehículo, y ni bien entraron en él, se escucharon los disparos que acabaron con la vida del dirigente sindical:

“(…) salimos y yo me senté al lado derecho de mi papá, y en ese momento(…) escuché sonidos como cohetecillos, yo pensé que eran cohetecillos porque era diciembre (…) cuando levanté la mirada vi gente rodeando el carro hacia el lado en que estaba sentado mi papá, todos varones”.

Martha Flores Gutiérrez, pareja de Huilca Tecse, presenció el crimen desde la puerta de su casa, pues había salido a despedirlo:

(…) Cuando estaba en la puerta de la casa, esperando que mi esposo encienda el vehículo, veo a un hombre, de tamaño mediano, con camisa celeste y un chaleco oscuro y se acerca y saca un arma que parecía ser una metralleta de mediano tamaño, como la que usan los soldados, y le disparó (…) el sujeto que le disparó huyó rápidamente. Luego aparecieron entre 08 y 10 hombres con armas y dispararon en la puerta de mi casa.

Pedro Huilca era visto como un potencial líder políticoPedro Huilca era visto como un potencial líder políticoMientras tanto, la hija del secretario general de la CGTP salió del vehículo e intentó en vano pedir ayuda. Al tratar de regresar a su vivienda se cruzó con una mujer que tenía una pistola apuntando al vehículo en el que estaba su padre.

Me bajé del carro y quise entrar a mi casa, y al llegar al jardín estaba parada una mujer con el arma en la mano, era joven de unos 30 años, de tez cobriza, delgada, era una pistola y estaba rodeada de varios hombres (…) corrí a mi casa y sentí que empezaron a disparar a la puerta que estaba abierta y hacia las ventanas. Yo estaba con mis hermanos y marqué el 105 pero no me contestaban. Antes de entrar vi que en jardín junto a esa mujer había varias personas paradas.

Todo sucedió muy rápido, los atacantes huyeron con rumbo desconocido. Recién entonces, Flor de María Huilca y Martha Flores, pudieron acercarse al vehículo, constataron que tanto Pedro Huilca Tecse y Julio Cesar Escobar habían sido alcanzados por las balas. Con la ayuda de un vecino, Flor de María logró trasladar a su padre, herido de muerte, al Hospital Cayetano Heredia, donde llegó cadáver.

LOS RESPONSABLES

Luego del asesinato de Pedro Huilca, se han planteado dos hipótesis respecto a la autoría de tan condenable hecho. De un lado, se atribuye la autoría a Sendero Luminoso; y, de otro al grupo Colina.

En su edición N° 625, correspondiente a diciembre 1992 – enero 1993, el vocero senderista El Diario, reconoció de inmediato la acción como obra del grupo subversivo. En su portada, señala:

“Duro Golpe a la Reacción: Huilca!”, y en el interior del Diario, en la página cuyo título lleva ¡Contundente golpe al revisionismo y la reacción!, en su sétimo párrafo desarrolla: La ejecución del vendeobreros Huilca –realizado por un contingente del Ejercito Popular de Liberación del Partido Comunista del Perú, que jefatura el querido y respetado Presidente Gonzalo– cumplió las exigencias y demandas de la clase obrera, en especial de las bases de Construcción Civil, quienes han sufrido en carne propia las traiciones de este verdugo revisionista”.

Sin embargo, Abimael Guzmán niega la autoría del asesinato

El 30 de abril del 2003, integrantes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación entrevistaron al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reynoso en el Centro de Reclusión de la Base Naval del Callao, donde cumple condena. Este negó haber recibido información de miembros de su agrupación que hayan asesinado al dirigente sindical:

NM: (…) Después de la muerte de Pedro Huilca, en El Diario esto fue celebrado, así que quedaba la duda y quería plantearle si ustedes tuvieron que ver con la muerte de Pedro Huilca o no tiene nada que ver con ustedes.

AG: En lo absoluto, no tenemos nada que ver con Huilca… (…) Quiero ser lo más claro posible, hay algunas cosas en las que sí he participado y decidido, específicamente, sí las hay. (…) porque eso queda. Pero no hay, supongamos, en esta situación como el caso de Huilca (…) Bien, en la casi totalidad de los hechos por tanto a nosotros se nos informaba con informes regulares que tenían que ser presentados en tiempos posteriores, nos informaba. Y allí se nos ha dicho, tal o cual acciones porque estaban en el informe… Ahora, más allá no podríamos garantizar (…).

Todo indica al Grupo Colina

Huilca se dirige a los trabajadores. Foto: LaMula.peHuilca se dirige a los trabajadores.
Foto: LaMula.pe
Martha Flores Gutiérrez, pareja del desaparecido líder sindical, inmediatamente luego del asesinato declaró a la prensa que el gobierno del entonces Presidente Alberto Fujimori Fujimori, tendría responsabilidad en el asesinato. El 19 de diciembre de 1992 denunció:

“No es Sendero ni el MRTA, esa no es la mano que ha matado a Pedro Huilca, es el gobierno hambreador de Fujimori que ha mandado a sus sicarios a quitarle la vida a mi esposo”, (…) Y ha sido Fujimori -agrega porque siempre pensó que Pedro era amigo de Alan García y pactó con Belaunde, cuando lo que él quería es la mejora de los obreros de construcción civil”.

Ex agente de inteligencia Mesmer Carles Talledo responsabiliza al Grupo Colina

En abril de 1997, el General EP (r) Rodolfo Robles Espinoza, hizo pública una carta en la que el ex agente de inteligencia Mesmer Carles Talledo acusaba al Grupo Colina de haber asesinado al dirigente sindical. El documento titulado “Declaratoria Abierta” fechado el 22 de abril de 1994, fue escrito en el Penal de Yanamayo (Puno) por Mesmer Talledo, quien actuó como enlace entre el Grupo Colina y los agentes infiltrados en Sendero Luminoso.

Estas afirmaciones fueron confirmadas a través de un video grabado en el Penal de Yanamayo el 23 de noviembre de 1997, por el congresista Jorge del Castillo Gálvez, a raíz de lo cual el parlamentario logró que se forme una subcomisión investigadora en el Congreso.

Seis días después, el Presidente de la República concedió el indulto especial para inocentes acusados de terrorismo y traición a la patria, a Mesmer Carles Talledo. Luego el 5 de enero de 1998, aseguró ante el Ministerio Público que él no había escrito las cartas denunciando al Grupo Colina por el asesinato de Pedro Huilca Tecse, negando incluso haber recibido la visita de Del Castillo, a pesar del video que lo prueba.

Ex agente de inteligencia Clemente Alayo Calderón responsabiliza al Grupo Colina

El 20 de noviembre del 2000, el mencionado ex agente dio a conocer su versión mediante una carta dirigida al “Pueblo Peruano, Congreso de la República, Presidente Paniagua, Comandante General del Ejercito y Presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armas”, que se hizo pública a través de los medios de comunicación:

“(…) el asesinato al Dirigente Sindical Pedro Huilca Tecse fue ordenado por Alberto Fujimori,(…) y los ejecutores de dicho asesinato al líder sindical fueron el Mayor EP. Luis Santiago Rivas, el Agente de Inteligencia Pedro Pretell Damaso y Mariela Barreto. Estos últimos asesinados por el Grupo Colina”.

Huilca junto a un mural de la Federación de trabajadoresHuilca junto a un mural de la
Federación de trabajadores
Alayo Calderón ratificó, en julio del 2001, sus declaraciones ante el Juez que ve el caso Barrios Altos, en el sentido que en setiembre u octubre de 1992, Santiago Martín Rivas le entregó mil dólares indicándole que debía participar en la ejecución del dirigente sindical.

(…) me dijo SMR (Santiago Martín Rivas) que me iba a poner en otro Plan y me dice que me presente en la Plaza Castilla a una determinada hora de la noche y que iba a recibir otra orden. Acudo al lugar y me hacen abordar una camioneta naranja y encuentro un chofer militar más antiguo que yo que ha trabajado en inteligencia, estaba además una mujer y SMR.

(…) me manifiesta que lo que yo iba a realizar era aniquilar a un dirigente que estaba alineado con SL y que iba a ser en SMP, le pregunté el nombre y me dijo que era Pedro Huilca Tecse, que ya había un equipo haciendo el seguimiento y que yo iba aniquilarlo, recibí 1,000 dólares de adelanto quedando en reunirnos en otra fecha que no se llegó a realiza (…).

El 10 de julio del 2003 Alayo Calderón reafirma sus denuncias ante la Subcomisión investigadora de la denuncia constitucional N° 3 contra el ex presidente Alberto Fujimori por el asesinato de Pedro Huilca.

El agente de inteligencia responsabilizó al entonces presidente Alberto Fujimori Fujimori de haber ordenado el crimen:

…Huilca Tecse debe ser reivindicado y el culpable es Fujimori, por versión del mismo Martín Rivas. Porque yo le digo: … ¿Cómo vamos a matar a un hombre público? Van a decir que ha sido el Servicio de Inteligencia o ha sido que el gobierno lo mató… ‘A mí no me interesan tus apreciaciones. Yo estoy cumpliendo órdenes directas de Fujimori”, así dijo él…

Testimonio reservado de un ex agente de inteligencia que integró del Grupo Colina también confirma esta versión

El 6 de febrero del 2001, un ex agente de inteligencia se presentó ante un representante del Ministerio Público, y declaró que Mesmer Talledo le había referido que el Grupo Colina fue el autor del asesinato del líder sindical, por orden del entonces jefe del Servicio de Inteligencia, Julio Salazar Monroe, y el propio presidente Fujimori:

“(…) El que ordena la muerte en el año 1992 de HUILCA TECSE (…) el General Julio Salazar Monroe, Jefe del SIN, ello lo sé porque en vista que no podía ingresar a las instalaciones militares, el hombre de enlace era Mesmer Carles Talledo, siendo este quien me dijo que los operativos de Inteligencia eran de conocimiento del Presidente Fujimori, y que este ordenaba el pago por los trabajos que realizamos(…)”.

En base a estas declaraciones en su dictamen final la Subcomisión investigadora de la denuncia Constitucional Nro. 130 y otras contra el ex Presidente Alberto Fujimori por violaciones a los derechos humanos, recomendó que se investigue dicha denuncia a profundidad, la que se formó en el 2003.

Publicado en Copypasteilustrado.utero.pe, el 1º de abril de 2015

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¡ Accomarca vive !

  • Una escenificación para la memoria y la justicia

Por Karen Bernedo

Durante los meses de febrero y marzo miles de migrantes ayacuchanos en Lima celebran sus carnavales participando en concursos que convocan a comparsas de todas las provincias y comunidades. En estas tradicionales celebraciones se combinan la danza, la música y la escenificación para recrear costumbres y hechos significativos para cada comunidad.

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I

La comparsa del distrito de Accomarca participa todos los años en varios de estos concursos. Los ensayos empiezan desde el mes de enero y reunen a gran parte de los migrantes accomarquinos en Lima. En el carnaval participan ancianos, adultos, niños y en su gran mayoría gente joven. Se trata de hijas e hijos de accomarquinos nacidos en Lima que han heredado la pasión por la danza y la música tradicional.

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II

Accomarca, sin embargo, es una comunidad ayacuchana marcada por una gran tragedia. Hace 30 años, a pocos días de iniciado el primer gobierno de Alan García, una patrulla militar incursionó en la comunidad y asesinó a 69 comuneros entre los cuales había hombres y mujeres desarmados, ancianos, niñas y niños. A pesar de que han transcurrido 30 años desde que ocurrió la matanza, el juicio a quienes la perpetraron recién se inició en el año 2010 y hasta la fecha no se dicta una sentencia.

El carnaval es el terreno en el que diferentes generaciones vuelcan sus memorias y sus demandas. Por ello, la Asociación Hijos de Accomarca escenifica la masacre ocurrida en su comunidad como parte de la presentación de su comparsa. El carnaval, en palabras de los propios accomarquinos, es juego y protesta a la vez.

La escenificación de la masacre se torna en un espacio en el que familiares de víctimas y testigos de la matanza, así como los jóvenes nacidos en Lima, unen sus voces para gritar “¡Justicia para Accomarca!” , grito que les da fuerzas para levantarse a seguir luchando y seguir bailando.

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Tuvimos el privilegio de acompañarlos durante este verano en los muchos ensayos y presentaciones de la comparsa. Aquí compartimos el video que grabamos el domingo 15 de marzo en el concurso Quena de Oro en la Plaza de Acho.

También le puede interesar las notas de Rights Peru sobre el juicio por la masacre de Accomarca:

Publicado en La Mula, el 30 de marzo de 2015

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La lucha de los familiares del caso El Santa

  • Ceden terreno a la Comisión Multisectorial de Alto Nivel para la construcción de un santuario de la memoria, pero no hay fondos para materializar obra.

Los familiares de las víctimas del caso ‘El Santa’ se encuentran a la espera de que el Estado los apoye en la construcción de un ‘Santuario de la memoria’ en el distrito de Guadalupito, en La Libertad.

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© EXITOSA Diario
© EXITOSA Diario
© EXITOSA DiarioLos deudos buscan revivir la memoria colectiva y honrar a los caídos durante el conflicto armado interno, pero no cuentan con el presupuesto para iniciar las gestiones pertinentes, pese a que una empresa privada les ha cedido un terreno en la zona donde fueron encontrados sus familiares.

“La construcción de un santuario es trascendental dado que nos compaginamos con toda la problemática de violencia que vivió nuestro país”, sostiene Luis Noriega Ríos, representante de la asociación de familiares del ‘El Santa’, en diálogo con Exitosa.

PASO A PASO

El 2 de mayo de 1992, nueve campesinos de la provincia de El Santa fueron detenidos, asesinados y desaparecidos por un destacamento del Grupo Colina. El 4 de agosto de 2011, fueron encontrados Huaca Corral, distrito de Guadalupito.

Es así que el 28 de octubre del mismo año, a partir del hallazgo y las exhumaciones, la Sala Penal Nacional Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Lima fijó la entrega de los restos mortales a sus deudos.

Los restos de Jesús Noriega Ríos, Denis Castillo Chávez, Federico Coquis Vásquez, Gilmar León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzales, Carlos y Roberto Barrientos Velásquez, Jorge Luis y Carlos Tarazona More, fueron entregados a sus familiares el 11 de noviembre en la sede de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Virú. Luego de ello, empezarían una nueva lucha.

Tras el hallazgo de los restos, los familiares de la asociación de víctimas del caso ‘El Santa’ movieron cielo y tierra para que este terreno les sea cedido para construir un santuario.

Ellos presentaron su solicitud a quienes están a cargo de la zona, Proyecto Especial Chavimochic, pero fue rechazada.

Los familiares han gestionado cerca de cuatro años ante el Proyecto Especial Chavimochic que se les conceda la zona de dos hectáreas donde hallaron a sus familiares.

En julio de 2014, la Comisión Multisectorial de Alto Nivel (CMAN) se sumó a este pedido y reforzó las bases de la iniciativa planteada por la asociación de familiares. En ese momento, la empresa decide enviar a sus representantes a inspeccionar la zona y verificar el estado del área. Los familiares habían hecho un pequeño cerco delimitando el área y, además, habían hecho un pequeño sembrado para preservar la tierra.

Este diario pudo conocer que uno de los principales problemas era que Chavimochic desconocía qué otros ejemplos se podían tomar para hacer esta cesión en uso. La CMAN, en ese sentido, fue un gran apoyo, porque acompañó a los deudos en dos ocasiones para conversar con los representantes de la empresa.

Luego de meses de trámites, Chavimochic les informa a los familiares que las gestiones habían sido positivas. La empresa decidió independizar el área y, mediante una resolución oficial se destinó una hectárea para una licitación pública que tenga como objetivo la construcción de un santuario.

EL PROBLEMA

¿Cómo empezar a construir el santuario? Lo correcto sería, según Katherine Valenzuela, representante de la CMAN, que la Municipalidad de Guadalupito realice la correspondiente solicitud a Chavimochic para hacer la implementación del lugar de la memoria.

Valenzuela dijo a Exitosa que la CMAN no cuentacon dinero para aportareconómicamente a la construcciónde un santuario,ya que su función solo conciernea las reparacionesindividuales y colectivas alas víctimas del conflictoarmado, así como orientacióny apoyo.

La CMAN asegura que si la comuna de Guadalupito no cuenta con el presupuesto suficiente, se acompañará a los deudos a realizar las gestiones para pedir apoyo a las empresas privadas.

Publicado por EXITOSA Diario

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Presidente de Alemania se reunió en Ayacucho con familiares de desaparecidos

Ayacucho, mar. 22. El presidente de Alemania, Joachim Gauck, se reunió hoy en la región Ayacucho con miembros de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (Anfasep).

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© ANDINA
© ANDINA
© ANDINALa reunión se realizó en el marco de la visita oficial que el presidente alemán realiza al Perú con la finalidad de fortalecer las relaciones bilaterales.

Según informó la Deutsche Welle, durante su visita Gauck se reunió con los representantes de esta asociación, de quienes escuchó sus demandas por conocer la verdad de lo ocurrido en el Perú durante la guerra contra el terrorismo, y por obtener justicia.

El presidente Gauck, añade la información, quedó profundamente impresionado por la lucha de las mujeres que forman parte de la Anfasep.

En el marco de sus actividades oficiales, el alto dignatario alemán visitó ayer en Lima el Lugar de la Memoria, recinto que impulsa la toma de conciencia en el Perú sobre la guerra contra la subversión, con la finalidad de tener presente el pasado y evitar cometer los mismos errores en el futuro.

“Algún día este casa (El lugar de la Memoria) será un lugar de enseñanza, de civilización en el sentido más amplio, un lugar de enseñanza para una política que no debe conocer solo la perspectiva de los gobernantes, sino que también debe integrar de forma constante la perspectivas de los reprimidos o víctimas de la sociedad”, dijo en su discurso en el Lugar de la Memoria.

La memoria es un tema de preocupación constante para Gauck, como lo demuestra el discurso pronunciado ante el Parlamento de su país con motivo del 70 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, en el cual advirtió la necesidad de no poner punto final nunca a la historia nazi de Alemania, a la cual calificó como el capítulo más oscuro de la historia peruana.

“No hay identidad alemana alguna sin Auschwitz”, afirmó en esa oportunidad.

Se informó que Gauck visitará mañana la ciudad del Cusco y también Machu Picchu.

(FIN) CCR

Publicado por ANDINA – Agencia Peruana de Noticias, el 22 de marzo de 2015

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La Cautiva es investigada por la Dircote por “apología al terrorismo”

  • En el documento, se acusa a los productores de la obra teatral de ser “proterroristas” y muestra como “pruebas” los cánticos y vivas que recitan los actores, sin tomar en cuenta el contexto.

Durante el 2014 el teatro La Plaza de Larcomar recibió a cientos de personas que acudieron a ver la que sería, a decir de muchos críticos de teatro, la obra más importante del año: “La Cautiva”. Sin embargo, la aclamación que esta recibió no significó nada para la Policía, el Ministerio del Interior y la Procuraduría Antiterrorismo que actualmente la investigan por supuestamente incurrir en el delito de “apología al terrorismo”.

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La obra denuncia los crímenes perpetrados por miembros de las Fuerzas Armadas así como el dolor que produjo aquella época de violencia. (Foto: Difusión)La obra denuncia los crímenes perpetrados por miembros
de las Fuerzas Armadas así como el dolor que produjo
aquella época de violencia. (Foto: Difusión)
De acuerdo con una investigación realizada por el programa Panorama, un alto oficial inició una investigación sobre la obra, llena de simbolismos y metáforas.

“Se advierte la descripción de la violación sistemática de derechos humanos por las fuerzas del orden y dar a conocer los objetivos de la organización terrorista Sendero Luminoso”, se deja leer en el documento secreto al que tuvo acceso el conocido noticiero local.

El documento acusa a la obra de “apología al terrorismo resaltando sus fines, efectuando cánticos y vivas al partido de Sendero”. Asimismo, dicho documento acusó a los productores de “proterroristas” pese a que la obra se enfocaba en mostrar y denunciar la violencia de aquella época.

Incluso dicho oficial habría conversado con uno de los actores de ‘La Cautiva’, Carlos Victoria, haciendose pasar por un espectador más. Las palabras del actor de que “las FFAA debían asumir sus culpas y aceptar su responsabilidad” fueron tomadas por el oficial encubierto como una prueba del carácter “prosenderista” de la obra.

Al respecto, el escritor de la obra, Luis Alberto León, pidió que se analice la obra en su contexto.

“Si tienen que investigar, que investiguen. Sólo les pido que hagan un análisis del texto. Es una obra dramática, es ficción y debe verse en ese contexto”, dijo León.

Por otra parte, fuentes del Mininter confirmaron que esta se encuentra en “proceso de investigación”. Además el procurador antiterrorismo, Julio Galindo, también confirmó que su despacho esta investigando el caso y que dicha investigación tiene carácter “reservado”.

La puesta en escena escrita por Alberto León y dirigida por la aclamada directora Chela De Ferrari, cuenta la historia de una morgue ayacuchana a donde llega el cadaver de Maria Josefa, una joven de 14 años, hija de senderistas, asesinada por miembros de las fuerzas armadas. Una vez adentro ella interactúa con el joven auxiliar quien debe preparar su cadaver para que sea ultrajado por una tropa.

La obra cuenta la tragedia de la época del terror en el Perú desde la mirada de quienes se encontraban en el fuego cruzado entre Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas.

Publicado por La República, el 12 de enero de 2015