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News Reports on Transitional Justice in Peru

Junta Médica no encontró evidencia de cáncer en Alberto Fujimori

El programa Cuarto Poder reveló esta noche el informe de la Junta Médica que certifica el real estado de salud del expresidente Alberto Fujimori, recluido en el penal de la Diroes y condenado a 25 años de prisión por violación a los derechos humanos y corrupción.

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INDULTOEl informe de la Junta Médica, que ya ha sido entregado a la Comisión de Gracias Presidenciales, precisa en el diagnóstico que los doctores y especialistas no hallaron evidencia actual de cáncer en la lengua del expresidente Alberto Fujimori.

“Cáncer de lengua oral y displasia recurrente de lengua oral operados, sin evidencia actual de enfermedad”, indica el documento pero también señala “trastorno depresivo recurrente” en el paciente. Punto donde no hay consenso entre los especialistas.

Para los psiquiatras María Leccussan y Ramos, Delforth Manuel Laguerre Gallardo y Andrey Sindeev, el expresidente tiene una depresión severa con riesgo suicida. Mientras, Jesús Calizaya Delgado y Maria Isabel Vásquez consideran que Alberto Fujimori tienen un episodio depresivo moderado.

Cabe resaltar que este último tema es importante para proceder con el indulto humanitario, ya que precisa los casos: para los que padecen enfermedades terminales y para los que padecen enfermedades no terminales graves, que se encuentren en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable y además que las condiciones carcelarias puedan colocar en grave riesgo su vida, su salud e integridad.

El el pasado 22 de febrero, la Junta Médica, en compañía de los médicos tratantes de Fujimori visitó el penal de la Diroes para comprobar el estado de salud del paciente y elaborar, ese mismo día el acta médica, la cual fue entregada al INPE, que lo derivó a la comisión.

Publicado el 24 de marzo de 2013 en La Republica

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Trial Reports

Barbadillo Inn

© La República© La RepúblicaPor Nelson Manrique

Luego de sucesivas marchas y contramarchas Alberto Fujimori firmó el pedido de indulto que se ha elevado al presidente Humala. Inmediatamente su abogado, César Nakazaki, se apresuró a señalar que esto no supone un pedido de perdón, lo cual fue rebatido de forma igualmente rauda por un distinguido grupo de juristas. Obviamente aquí hay algo más que un apasionado debate filológico. Lo que los fujimoristas pretenden es que Fujimori reciba la gracia presidencial sin el reconocimiento de los delitos que ha cometido. En otras palabras, torcer la justicia sacándole la vuelta a una sentencia firme emitida por el Poder Judicial.

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Para Nakazaki, que Fujimori haya firmado lo hace virtualmente merecedor de un indulto automático. Por supuesto, así no son las cosas. En primer lugar, un convicto que purga prisión por crímenes de lesa humanidad, secuestro agravado y corrupción no merece un indulto político. En segundo lugar, según el artículo 31 del Reglamento de la Comisión de Gracias Presidenciales, un indulto humanitario es otorgable a “los que padecen enfermedades no terminales graves, que se encuentren en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable; y además de que las condiciones carcelarias puedan colocar en grave riesgo su vida, salud e integridad”.

Va a ser difícil demostrar que es esa la situación de un reo que dispone de una vivienda de más de una hectárea de extensión (10.050 m2 para ser más exactos, y sugiero a los lectores que comparen con la dimensión de su propia casa). De acuerdo a un informe elaborado por Edmundo Cruz y Elízabeth Prado, durante el gobierno de Alan García, Fujimori eligió dónde sería recluido, basándose en el mejor clima del ex fundo Barbadillo, y diseñó su remodelación. Su celda tiene asignada un área de 800 metros cuadrados, con sala de estudio, dormitorio, comedor y baños, andenes con 5 mil rosales, un policlínico con tres enfermeras, dos médicos y una ambulancia permanente, sala de visitas alfombrada, con aire acondicionado, frío bar, sillón de masajes, televisor, cabina telefónica, celulares, laptops y otros dispositivos de comunicación. Cuando se fueron los cuatro policías con los cuales compartía la reclusión, Fujimori aprovechó para agrandar sus dominios: “ha tomado posesión de toda la infraestructura contigua del Ceinpol. El comedor de policías es ahora salón para artes manuales y sesiones de canto. En la campaña electoral del 2011 esta sala sirvió para las reuniones semanales de los 300 representantes del fujimorismo… el segundo y tercer pisos de este edificio fueron utilizados como almacén de la propaganda política de su hija Keiko”.

Keiko ha alegado que todos los penales tienen esas mismas instalaciones, lo cual es, de entrada alucinante, pero, adicionalmente, olvidó mencionar que, mientras en Lurigancho las instalaciones son compartidas por cerca de 9 mil internos, Fujimori es el único inquilino de todo el penal que ocupa, con guardias que son elegidos por él y con una privacidad que viola todas las leyes penitenciarias: “Es insólito, pero ni siquiera los representantes del Ministerio Público pueden entrar al área privada de 800 metros cuadrados de Fujimori. Para este efecto, este sale a atender a una sala administrativa. Igual si se trata de un juez” (Edmundo Cruz y Elízabeth Prado, “Privilegios de Diroes descalifican indulto a Alberto Fujimori“, La República, 29/10/2012).

Antes de dictaminar sobre el pedido de indulto de Fujimori haría bien el gobierno en abrir el acceso de la prensa a su centro de reclusión y adecuar su régimen penitenciario a lo que dictan las leyes peruanas. Ni que fuera un senador japonés electo para ostentar tales privilegios.

En un programa televisivo se ha denunciado que los regidores Luis Valer Coronado y Cayo Tito Quillas intentaron beneficiar a sus familiares en un concurso público de rutas viales en la Municipalidad de Lima y estafaron a empresarios peruanos con la venta de buses chinos, en complicidad con una supuesta representante de esa nacionalidad llamada nada menos que Susana Cuy. Es necesario que la comuna se pronuncie inmediatamente y, de ser esta acusación verdadera, imponga las más drásticas sanciones. La superioridad moral es una cuestión fundamental en la campaña que se abre contra la revocatoria.

Publicado en La República el 06 de noviembre de 2012

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Trial Reports

Los costos políticos del indulto

Por Steven Levitsky

Si el presidente Humala decide indultar a Alberto Fujimori sin evidencia creíble de un cáncer terminal, será un indulto no consensuado, un acto rechazado por un sector importante de la sociedad. Quizás el caso latinoamericano más parecido es Argentina, donde Jorge Videla y otros generales condenados por violaciones de derechos humanos fueron indultados por Carlos Menem en 1990.

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© La Mula© La MulaEn Argentina, el impacto del indulto fue limitado. Ninguna fuerza política se benefició directamente de ello (no existía un partido pro Videla), y como tema político fue opacado por la crisis hiperinflacionaria que sufría el país. Aunque más de 60% de la población rechazó el indulto, el apoyo público generado por la estabilización económica ayudó a reducir el costo político para Menem.

El impacto del indulto argentino también fue limitado porque las fuerzas pro derechos humanos ya habían ganado la batalla por la memoria colectiva. Gracias, en parte, a la Comisión de los Desaparecidos y los juicios de 1985, se generó un consenso social que los militares habían cometido crímenes atroces y que nunca más debían volver al poder. El consenso de “nunca más” era tan fuerte que los generales indultados nunca fueron liberados en la práctica: no podían salir a la calle sin ser insultados, escupidos o atacados. Sin mucha legitimidad, los indultos de Menem fueron anulados el 2007.

En Perú, las consecuencias de un indulto no consensuado podrían ser mayores. Sin la distracción de una crisis hiperinflacionaria, el indulto se convertiría en el eje del debate político por mucho tiempo. Si Conga marcó el primer año de Humala, un indulto marcaría el segundo.

Para el gobierno, el costo político sería alto. Aunque algunas encuestas muestran que una mayoría apoyaría un indulto, sospecho que hay una asimetría en cuanto a la intensidad de las preferencias. Solo los fujimoristas, un grupo ruidoso pero minoritario, lo apoyarán con intensidad. Para la mayoría de los encuestados que apruebe la medida, no será un tema transcendente. No afectará su voto en el 2016. Los oponentes al indulto responderían con mayor intensidad, con serias consecuencias para Humala. Casi todos votaron por Humala en el 2011. Algunos ya lo abandonaron, pero otros –incluyendo mucha gente del centro y centroizquierda que votó por Humala por ser el mal menor en la segunda vuelta– no han pasado plenamente a la oposición. Estos votantes antifujimoristas no aguantarían el indulto. Jamás volverían a votar por un candidato (o candidata) humalista. Para Humala, entonces, un indulto ganaría el aprecio (aunque no los votos) del fujimorismo, pero sería el tiro de gracia para su alianza con los anti-fujimoristas. Sumando la pérdida del centro antifujimorista con la pérdida de muchos votos radicales en el interior, el humalismo quedaría casi en nada. Cualquier posibilidad electoral que tenía Nadine estaría sepultada.

Pero el humalismo no sería la única fuerza afectada políticamente por el indulto. Aunque generaría mucho entusiasmo en el fujimorismo, la liberación de Fujimori podría debilitar y hasta destruir el movimiento. La lucha en defensa de Fujimori ha sido el principal sostén del fujimorismo. La sensación de persecución política después del 2001 ayudó a unificar y movilizar un movimiento moribundo. Fortaleció la identidad y mística fujimorista, abriendo la posibilidad de su consolidación como partido. La liberación de Fujimori abortaría este proceso. El fujimorismo perdería su principal bandera y razón de ser. Su líder, en vez de ser un “preso político” en camino al martirio, se convertiría en un mero mortal político, envejeciendo.

La liberación de Fujimori también pondría en peligro el proceso de renovación iniciado por su hija. Keiko buscaba transformar el movimiento en un partido de verdad, ubicado más en el centro y distanciado de su pasado. La vuelta de Alberto minaría este proceso renovador. Aun si no vuelve a la vida política activa, su presencia reforzaría la línea más ortodoxa y personalista del movimiento. Sin bandera de lucha, y con su líder mítico convertido en carne y hueso, el fujimorismo terminaría como el odriismo, un partido personalista, anclado al pasado, que no dura mucho más que su fundador.

Más importante que los costos políticos son los costos democráticos. A diferencia de Argentina, no existe un consenso en el Perú sobre el pasado. Las fuerzas pro derechos humanos no han ganado la batalla por la memoria colectiva. De hecho, sus esfuerzos han sido fuertemente resistidos. Doce años después de la caída de Fujimori, no existe ningún consenso de “nunca más”. Según Aldo Mariátegui, el indulto se justifica (entre otras razones) porque “si ponemos en la balanza a Fujimori, detectamos que sus activos políticos superan a sus inmensos pasivos políticos” y porque “ya fue suficiente castigo y humillación para un ex presidente haber sido condenado públicamente y haber sufrido ya varios años en cautiverio”. (En otras palabras, haber hecho cosas positivas y ser un ex presidente justifica un trato especial ante la ley). Lejos de “nunca más,” entonces, una parte importante de la sociedad está todavía dispuesta a aceptar un gobierno autoritario, corrupto y violador de derechos humanos si sus activos superan sus pasivos.

Un indulto no consensuado reforzaría este actitud de “puede ser” ante el autoritarismo, debilitando aún más la idea de nunca más. Una democracia se consolida cuando la gran parte de la sociedad rechaza –y castiga– el abuso autoritario, bajo toda circunstancia. Mientras haya gente dispuesta a tolerar y justificar crímenes cometidos por gobiernos cuyos “pasivos superan a sus activos”, la democracia –y el estado de derecho– seguiría siendo débil.

Publicado en La República, el 28 de octubre de 2012

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Trial Reports

Gustavo Gorriti: “La misericordia se puede discutir… la mentira, jamás”

Entrevista a Gustavo Gorriti por Paola Ugaz

  • Desde el Medio Oriente, y ante la posibilidad de que se evalúe un indulto al ex dictador Alberto Fujimori, el periodista relata que tras ser secuestrado el 5 de abril de 1992 ni él ni su familia esperaban que regrese.

– ¿Cómo fue su detención?

Fue realizada con gran movilización de gente armada, con metralletas HK con silenciador y un despliegue tal, que de mi casa a dos manzanas a la redonda estaban llenas de soldados, reos de combate sacados por lo menos en dos portatropas que se presentaron con actitud amenazante y violenta. Luego, fui llevado por ese grupo al sótano del Pentagonito. Para todo propósito práctico, estaba desaparecido: no se registró mi nombre ni nada y nadie sabía dónde estaba.

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– ¿Cómo fueron los días que pasó en el SIE?

Gustavo Gorriti © La RepúblicaGustavo Gorriti © La RepúblicaEn el SIE estuve completamente incomunicado, en el sótano, en un calabozo cerrado con candado y con un centinela armado en la puerta. Las pocas ocasiones en que se me habló, era para pedirme la clave de mi computadora, y también se mencionó el uso de otros métodos –que tiendo a suponer no era el método cartesiano–. No se me negó la comida, pero no ingerí bocado porque me declaré en huelga de hambre. Tampoco se me sometió a violencia física o maltrato.

– ¿Por qué considera que fue liberado?

En las circunstancias en que me encontraba, temía el peor desenlace, y si me liberaron no fue porque ellos quisieron, sino porque el operativo les salió de lo peor, y porque la reacción internacional desde el principio fue abrumadora. El entonces embajador de España en Perú, Nabor García, exigió al gobierno que se conociera mi paradero por instrucciones del entonces Canciller de España ante el ministro de Defensa. García y el embajador estadounidense ejercieron tal presión que mostró al gobierno que habían metido la pata más allá de toda proyección; sobre todo cuando Montesinos se esforzó en procesarme por delito de complicidad con el terrorismo. Si me soltaron los golpistas es porque fueron lo suficientemente estúpidos para hacer un escándalo internacional que les hizo saber que esa patente ilegalidad iba a reventarles en la cara y no había posibilidad de que no se sepa que ellos fueron los autores.

– ¿El congresista Kenji Fujimori ha negado que su secuestro sea del tipo agravado?

Lo que dice el congresista “Puñete” es que no fui al calabozo del SIE, sino que básicamente fui a un spa; algo así como “usted está muy estresado, señor Gorriti, por su trabajo y vamos a ponerlo aquí para que descanse. Comuníquese con su familia, acá esta el teléfono, le mandamos a un abogado, al señor Montesinos si quiere. Acá tenemos un jacuzzi…”. Cuando el mejor amigo de “Puñete” sostiene que yo no estuve secuestrado sino que para todo propósito práctico estuve en un spa, el pobre hombre miente de la A a la Z… si no se pierde en el camino. En una palabra, se trata de estupideces; son, básicamente, babosadas.

– El abogado César Nakazaki dice que no fue un secuestro sino una detención ilegal, ¿usted qué opina?

Por supuesto que fue una detención ilegal, como lo es un secuestro, con un grupo militar con ropa de civil que está armado, con el ‘escuadrón pollada’ que tiene una potencia de fuego suficiente para tomar un nido de ametralladoras. Hacer ese despliegue de llevarme a un sitio oculto, sin declaración alguna, que no se informe mi paradero… El hecho de que no hubo tortura, que no la hubo, es lo único que ellos indican, pero de que hubo secuestro, lo hubo sin duda; que hubo secuestro con el propósito de detenerme y desaparecerme, y en la medida de lo posible de provocar una lucha en mi casa que les diera la excusa de disparar, no tengo duda alguna.

– Usted sostuvo una entrevista con el entonces jefe del Ejército, Nicolás de Bari Hermoza, ya en la cárcel, quien le dijo que tanto Fujimori como Montesinos conocieron los detalles previos a su detención. ¿Cómo fue ese encuentro?

Cuando entrevisté años después en el Penal de San Jorge a Nicolás Hermoza, con grabación de por medio, le pregunté cómo había firmado una orden de detención tan irregular; y él me dijo que recibió la orden de Fujimori y Montesinos, y que al pedirles la orden firmada, Fujimori no quiso hacerlo y Vladimiro le pidió a Hermoza que firme y así lo hizo.

– ¿Qué opina del pedido de indulto de los Fujimori para su padre Alberto?

Pienso que si buscan ahora que lo indulten indicando que se trata de un anciano, que tiene enfermedades irreversibles y que es por una cuestión de humanidad, es una cosa; si buscan el indulto sobre la base de mentir, como lo hicieron sistemáticamente en su gobierno, es otra cosa. La misericordia se puede discutir y considerar y ponderar; la mentira, jamás.

 

Publicado en La República, Martes, 02 de octubre de 2012

 

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El exdictador Fujimori tira de sensiblería para movilizar a favor de su indulto

Por Jacqueline Fowks

En los dos últimos años de Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) fue notorio el uso de operaciones psicológicas y la compra de medios de comunicación para justificar el régimen autoritario y facilitar la tercera reelección del presidente. Esa habilidad publicitaria ha reaparecido estos días en las acciones de sus seguidores, encabezados por su familia, para movilizar la opinión favorable al indulto de su líder por razones humanitarias.

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Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por homicidio calificado y lesiones graves, considerados crímenes de lesa humanidad por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta cometidas en 1992 por el grupo paramilitar Colina; y por secuestro agravado de un empresario y un periodista. Además, tiene otras condenas por los delitos de usurpación de funciones, corrupción de funcionarios, peculado (apropiación de bienes públicos), violación del secreto de las comunicaciones, entre otros.

El expresidente Fujimori huyó de Perú en 2000 aprovechando una cumbre internacional. Vivió como un fugitivo hasta 2007, cuando fue detenido en Chile. Desde entonces, está en prisión en Perú.

Carlos Raffo, ex congresista y expublicista del político, confirmó en Twitter que la pintura era “un original” de Fujimori

Este jueves, el noticiario 24 Horas mostró un autorretrato del reo con una inscripción escrita a mano: “Perdón por lo que no llegué a hacer y por lo que no pude evitar. Oct 2012”. Minutos más tarde, Carlos Raffo, ex congresista y expublicista del político, confirmó en Twitter que la pintura era “un original” de Fujimori.

Ésta es la segunda imagen en menos de una semana que intenta reforzar la opinión a favor del indulto del expresidente. La primera circuló en las redes sociales el sábado: una foto de Fujimori despeinado, con una mano sobre el abdomen, vestido con una camiseta blanca de manga corta y mostrando expresión de desgana, postrado en una cama de sábanas blancas.

Ante las críticas que generó la pintura en las redes sociales, el publicista Raffo dijo que se rompió un mito: “Ya pidió perdón”. La noche del jueves, la ex candidata presidencial Keiko Fujimori concedió una entrevista en televisión y afirmó que su padre “profundizará” para explicar a qué se refería la frase, pero alude “a los muchos errores que se cometieron durante su Gobierno”.

El mensaje añadido al autorretrato se explica porque una de las condiciones, sugeridas por organizaciones de derechos humanos y políticos, para un posible indulto es que el preso pidiera perdón por sus delitos. Sin embargo, el hijo menor, el parlamentario Kenji Fujimori, respondió hace un par de semanas que no lo haría porque todos ellos –incluido su padre– creen en su inocencia.

Hace una semana, los hijos de Fujimori solicitaron al presidente Ollanta Humala el indulto humanitario por motivos médicos, dado que en los últimos años ha tenido cinco cirugías para extirpar lesiones de tipo cancerígeno en la boca.

El congresista Luis Ibérico –de la Alianza para el Gran Cambio, de centro-derecha– comentó en el noticiario 24 Horas que la difusión de la pintura forma parte de la campaña del fujimorismo para sensibilizar a los peruanos favor del indulto.

Carlos Raffo, quien se define como un consultor en comunicación no convencional, estuvo a cargo de los exitosos mítines de la campaña por la reelección de Fujimori en el año 2000, en los que participaban las estrellas de ese momento de música tecnocumbia.

El clima de confrontación pública sobre el indulto fue sazonado ayer con un comentario de Kenji Fujimori, para quien el estilo de pintura de su padre se parece al de Van Gogh. Mientras que en algunos comentarios de las redes sociales hubo quienes compararon el autorretrato de Fujimori con los cuadros que los presos por terrorismo enviaban de regalo al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, cuando estaba libre.

Una encuesta revela que el 76% opina que Fujimori no debe volver a la vida política

Alberto Fujimori se ha retratado copiando una foto tomada en su primer Gobierno (1990-1995), con el poncho y sombrero de estilo campesino que usaba al recorrer el país, cuando la mayoría conocía principalmente los logros de su gestión.

De acuerdo a encuestas de octubre de Ipsos Apoyo y Datum -hechas con población nacional urbana- están favor del indulto el 62% y el 59% de consultados, respectivamente. Cuando se menciona la posibilidad de un arresto domiciliario como alternativa a la prisión, la cifra es de 43% a favor de la gracia presidencial. Según Datum, el 76% opina que Fujimori no debe volver a la vida política.

La difusión de la fotografía de Fujimori en cama ha dado pie a los caricaturistas políticos de los diarios La República, Gestión y El Comercio, Carlos Tovar, Andrés Edery y Mario Molina, respectivamente, para recrear la imagen en sus viñetas de esta semana. Además, entre el sábado y lunes, tuiteros se tomaron fotos imitando la posición de Fujimori y escribían mensajes pidiendo indulto para sí mismos. Otros tuitearon imágenes de celebridades o mascotas, en posiciones parecidas, con el hashtag #fujimoring, para mostrar su rechazo al uso propagandístico de la foto.

 

Publicado en El País el 19 de octubre de 2012

 

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Santiago Canton: Sería una parodia de la justicia si indulto a Fujimori responde a negociaciones políticas

  • “El ex secretario ejecutivo de la CIDH dijo que no se puede dejar de lado el derecho de las víctimas de derechos humanos, pese al derecho que le compete al expresidente Alberto Fujimori de solicitar su libertad a través de un indulto.”

Si se responde solo a negociaciones políticas o si no existe una determinación clara e independiente por parte de un equipo de médicos y sin la participación de la sociedad civil en el pedido de indulto a Alberto Fujimori se estaría cumpliendo una parodia de la justicia, afirmó Santiago Canton, ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

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© La Mula© La MulaFue al ser consultado sobre cuáles serían las consecuencias en un eventual caso que se registren irregularidades en el proceso de indulto a Alberto Fujimori, quien fue condenado a 25 años de pena privativa de la libertad por cometer graves delitos contra los Derechos Humanos.

“[¿El ámbito de la jurisprudencia qué abarca?] Si nos referimos específicamente al tema del tiempo de la condena que una persona debe estar detenida, no hay estándares muy precisos y cantidades precisas que uno pueda citar. Lo que sí está claro es que no se puede hacer de la condena [de Fujimori] una parodia de la justicia”, expresó al programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

“Es decir si no se cumple con los estándares que existen, si no se cumple con la ley peruana que establece claramente cuáles son los motivos [para un indulto] o se responde solo a presiones políticas, negociaciones políticas; si no existe una determinación claramente independiente por parte de un equipo de médicos, si no se le da una participación a la sociedad civil en todo ese proceso [del indulto a Fujimori] se puede estar cumpliendo una parodia de la justicia, que sería grave para el Estado de Derecho por la implicancia que tiene, esto para Perú y para la región. Y sería muy grave para las víctimas que ven en la condena una forma de reparación”, refirió.

No se puede dejar de lado el derecho de las víctimas

Señaló, en ese sentido, que no se puede dejar de lado el derecho de las víctimas de derechos humanos, pese al derecho que le compete al expresidente Alberto Fujimori de solicitar su libertad a través de un indulto.

“[¿Cuáles son las preocupaciones frente al tema del indulto?] Es un caso muy complejo y sensible para todos los peruanos y peruanas. Hay que poner sobre la balanza varios aspectos. Uno es el derecho que le compete al señor Fujimori para tener su libertad en caso se cumpla con la ley y se den los requisitos relacionados con aspectos de sus salud. Y el otro, que no se puede dejar de lado el derecho que le compete a todas las víctimas de las violaciones de los derechos humanos y de los cuales se ha identificado a Fujimori como responsable por el cual está cumpliendo una condena”, opinó.

“Nosotros que tratamos derechos humanos sabemos la importancia que tiene por los aspectos relacionados con las reparaciones a las víctimas y la condena está muy relacionada con la reparación para las víctimas. Las sociedades que han pasado por situaciones graves como en Perú y varios países de la región este aspecto de la reparación es fundamental para toda la sociedad no solamente para las víctimas”, agregó.

Fortalecimiento del Estado de Derecho

Santiago Canton dijo que el caso Alberto Fujimori no solo tiene una implicancia nacional sino que es todo un referente para América Latina en materia del fortalecimiento del Estado de Derecho.

“Acá estamos hablando de un caso que ha sido un ejemplo a nivel internacional en cuanto al fortalecimiento del Estado de Derecho, ese aspecto tampoco se puede dejar de lado, por eso cuando se tome esa decisión hay que poner todo en la balanza y asegurarse en primer lugar que se dan los requisitos que se tienen que dar en una ley peruana, que en este caso según la información que tenemos no se dan, que un análisis que hicimos en el Centro Robert F. Kennedy y por eso mandamos una carta al presidente [Humala].

“Que un ex presidente sea extraditado, enjuiciado, con todas las garantías, condenado por violaciones a los derechos humanos y otros aspectos más, ha sido un precedente único para nuestra región y el mundo. Ese aspecto tampoco no se puede dejar de lado y si no se cumple con los requisitos que se deben cumplir para un indulto se estará dando un paso muy grave para el fortalecimiento del Estado de Derecho”, indicó.

Publicado en Ideeleradio, el 12 de octubre de 2012

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Los hijos del expresidente Fujimori piden el indulto para su padre

Por Jacqueline Fowks

Los cuatro hijos del preso expresidente de Perú, Alberto Fujimori, entregaron este miércoles una petición de indulto humanitario en una ventanilla del ministerio de Justicia en Lima. Keiko Fujimori indicó que han incluido el historial médico de su padre y que esperan que la solicitud “se resuelva con criterio humano”. La ex candidata presidencial reconoció la semana pasada que el político no tiene “cáncer terminal”.

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© El País© El PaísLa solicitud será evaluada por la Comisión de Gracias Presidenciales, formada por cinco miembros, cuatro representantes del Ministerio de Justicia y uno del despacho presidencial. Antes de emitir una valoración, pueden hacer consultas con expertos o solicitar mayor documentación a los solicitantes y luego presentarán su informe a la ministra de Justicia, Eda Rivas. Ella lo firmará, haciéndose responsable política de dicho parecer, y lo trasladará luego al presidente Humala para que tome su decisión: él puede o no seguir la recomendación de la junta evaluadora.

De acuerdo al reglamento de la Comisión, corresponde un indulto y el derecho de gracia por razones humanitarias solo en los casos de enfermedades terminales, o cuando las enfermedades no terminales graves se encuentren en una etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable, y además, cuando las condiciones carcelarias pongan en grave riesgo la vida, la salud, y la integridad de la persona.

La decisión última sobre la petición corresponde al presidente Humala

Fujimori gobernó Perú de 1990 a 2000 y abandonó ese año la presidencia enviando un fax desde la cumbre de Apec (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, en sus siglas inglesas) que se celebraba en Brunei, pese a que había iniciado su tercer mandato tras ganar en un proceso electoral plagado de indicios de fraude. Desde septiembre de 2000 se hicieron públicos videos que evidenciaban la corrupción de su gestión, en co-gobierno con el entonces asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, hoy también preso.

En 2009, el ingeniero Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por autoría mediata en crímenes de lesa humanidad, entre ellos homicidio calificado (por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta en 1992) y secuestro agravado de un empresario y un periodista, también en 1992.

Justamente, una norma aprobada durante el Gobierno de Alejandro Toledo, en 2006, con votos fujimoristas, prohíbe el indulto a reos que hayan cometido secuestro agravado.

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, una red que agrupa a decenas de organismos humanitarios en el país, se ha pronunciado en contra de la gracia presidencial, pues lo considera un premio a la impunidad. Ellos lideraron el viernes pasado una marcha en el centro de Lima y convocaron a cerca de mil personas, que recordaron la corrupción de dicho Gobierno y las víctimas del grupo paramilitar Colina; frente al Palacio de Justicia formaron la frase No al indulto, con pequeñas velas de color verde y rosa. Los familiares de los muertos y desaparecidos en La Cantuta y Barrios Altos también han rechazado la petición de los fujimoristas.

El exmandatario está en prisión desde que en 2007 fue extraditado de Chile y cumple su condena en una casa de 190 metros cuadrados, a los que se suman un área de jardín y huerto, todo ello en el denominado Fundo Barbadillo, un complejo de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional. No tiene restricciones en número ni en tiempo de visitas, tanto así que en la campaña electoral presidencial del año pasado, ese fue uno de los centros electorales de su hija Keiko.

El político ha padecido lesiones de tipo canceroso en la boca, y ha sido operado seis veces por ese motivo. Uno de los líderes de la bancada parlamentaria fujimorista, y exministro de Salud durante su Gobierno, Alberto Aguinaga, es su médico de cabecera. Fujimori, además, es atendido en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas y en una clínica privada de alto estándar en Lima cada vez que lo requiere.

La semana pasada, la encuestadora CPI indicó que un 70% de limeños estaría a favor de que Humala conceda el indulto humanitario al expresidente Fujimori. Sin embargo, el director de la encuestadora GFJ Conecta, Hernán Chaparro indicó a EL PAÍS que “la capital siempre ha sido fujimorista y no es una cifra representativa del resto del país, y éste es un tema de interés nacional”.

Publicado en El País, 11 de octubre de 2012

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“No nos ha pedido perdón y quieren indultar a Fujimori”

A 21 años de la muerte de la periodista Melissa Alfaro por el estallido de un “sobre-bomba” en las oficinas del semanario Cambio, sus hermanos Iris y Alain se pronunciaron contra el indulto al exdictador Alberto Fujimori.

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Melissa AlfaroMelissa Alfaro“Las portadas que salen sobre el indulto nos recuerdan la basura que fue el periodismo durante la dictadura de Fujimori. No puede haber reconciliación si no han pedido perdón”, indicó Iris.

Un día como hoy, el 10 de octubre de 1991, a Ruth Melissa Alfaro Méndez de 23 años le estalló en el rostro un explosivo escondido en un sobre. Aquel jueves de octubre la joven reportera había estado cubriendo información en el Congreso y sus colegas la invitaron a almorzar, pero ella respondió: “Yo me voy a comer mis frejolitos a Cambio”.

La bomba estaba compuesta de 200 gramos de anfo-gelatina, material de uso exclusivamente militar. El paquete estaba destinado al director del periódico, Ricardo Letts, pero Melissa como jefa de Informaciones tomó la correspondencia.

“Mi madre fue la única persona que vio a mi hermana en el escenario de su muerte. Melissa estaba destrozada de la cintura para arriba. Esa bomba no solo le estalló a ella, nos despedazó a todos”, declaró Alain.

Agregó que las investigaciones sindican al agente del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), el capitán EP (r) Víctor Penas Sandoval, como el autor directo del envío de cinco “sobres-bomba” en 1991.

Publicado en Diario La Primera, el 10 de octubre de 2012

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Caso Fujimori: Marcha contra el indulto

¡Basta ya de impunidad, Fujimori nunca más! Fue el grito al unísono que entonaron miles de peruanos que se congregaron inicialmente en el Campo de Marte para decirle no al indulto a favor del expresidente reo Alberto Fujimori.

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NO AL INDULTONO AL INDULTODesde las seis de la tarde, mujeres y varones, estudiantes universitarios e institutos superiores, profesionales y personas de todos los estratos sociales marcharon a paso firme, superando el cansancio con arengas, movilizándose con un objetivo claro, no dejar que el presidente Ollanta Humala le entregue esta gracia al excandidato al parlamento japonés.

¡La sangre derramada jamás será olvidada!, frase dura pero amarga en los labios de Félix, hermano de Octavio Huamanyauri Nolasco, una de las víctimas de La Cantuta. “Él era mi único hermano y ahora lo perdí. Este indulto sería indigno e irrespetuoso a las lágrimas de todas las familias que perdieron a sus seres queridos”, manifestó, mientras sus ojos parecían recordar aquellos días en el que el terror llegó a su vida. “Todo lo que le está pasando a Fujimori ahora lo está pagando porque su conciencia no lo deja tranquilo. Él no tuvo piedad con el dolor de muchas madres, padres, hijos e hijas”, exclamó Rosa Rojas, mientras los ojos de las personas contemplaban con pena ajena las dos fotos que colgaban a la altura de su pecho: su esposo, Manuel Ríos Pérez, y su pequeño Javier Ríos Rojas fueron asesinados en Barrios Altos.

Eran casi las siete y media. La multitud hizo alto en el Paseo de los Héroes Navales para recordar a las víctimas del llamado “terrorismo de Estado”; casi de inmediato un centenar de velas se encendieron para formar una palabra, un anhelo de justicia: “No al indulto”.

Carmen Oyague también llevó una fotografía. Su sobrina Dora Oyague Fierro también fue presa de la insania del grupo Colina y con mucho dolor en su mirada, esta mujer de cabellos canos le contó a diario16 que solo pudo encontrar el cráneo de su pequeña. No obstante, su semblante cambió cuando vio a los estudiantes que la rodearon. “Con los jóvenes estoy muy contenta, pero con este tema del indulto estoy indignada. Sin embargo, el apoyo de estos chicos me da fuerzas. He perdido a mi sobrina pero hoy he ganado a varios ‘hijos'”.

¡NO A LA IMPUNIDAD!

La marcha contra el indulto a Fujimori congregó a todas las clases sociales, especialmente a jóvenes limeños. Además, hubo un alto para recordar a los asesinados en La Cantuta y Barrios Altos. La indignación se sentía en cada arenga de los presentes.

Publicado en Diario 16, 6 de octubre de 2012

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Ollanta Humala carga con el peso de indultar o no a Fujimori

Por Jacqueline Fowks

El debate político a favor y en contra del indulto humanitario del expresidente peruano Alberto Fujimori se encarniza con el paso de los días. Los líderes fujimoristas anunciaron que este viernes pedirían formalmente la liberación de su líder, aunque finalmente el hecho no se produjo. “Los que no lo quieren, lo odian; y los que lo quieren, lo aman”, dice en una entrevista televisiva Alejandro Aguinaga, congresista y médico de cabecera del exmandatario condenado en 2009 por crímenes de lesa humanidad, sobre su paciente y exjefe.

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© El País© El PaísHace ocho días, los cuatro hijos del expresidente Fujimori se reunieron en Lima e informaron de que su padre había decidido, después de meses de mostrarse en contra de esa posibilidad, que pediría dicha gracia. La reapertura de este debate comenzó en realidad el 20 de septiembre, cuando el congresista e hijo menor de Fujimori, Kenyi, mostró a los medios una foto del detalle de una lesión en la lengua de su padre, aseguró que la reclusión minaba su salud y que era justo un indulto.

El expresidente fue trasladado del local donde está preso a una clínica, para que evaluaran si requería una sexta cirugía en la lengua, esta vez a causa de un granuloma hemorrágico. Los médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas han explicado reiteradas veces que el paciente Fujimori no tiene cáncer terminal y que cada vez que ha sufrido una lesión cancerosa en la boca, se la han extirpado.

Cuando los medios le preguntaron al presidente Ollanta Humala sobre ese posible indulto, respondió que no podía referirse a algo que no se le había solicitado.

Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de prisión en mayo de 2009 por autoría mediata en homicidio calificado de 15 personas de Barrios Altos —zona residencial del centro de Lima— y la desaparición forzada de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad de La Cantuta; además, por secuestro agravado de un empresario y un periodista.

“Hasta hace poco, la familia Fujimori había dicho que no pedirían el indulto, sino que buscarían liberar al exmandatario por canales legales, pues no aceptan la culpabilidad del expresidente sobre todo en los crímenes de lesa humanidad”, explica a EL PAÍS Jo-Marie Burt, politóloga estadounidense que ha seguido e investigado los juicios posteriores a la extradición de Fujimori.

Burt es también asesora principal de Washington Office for Latin America (WOLA), institución que el miércoles entregó una carta a Ollanta Humala planteando que otorgar el indulto sin cumplir con los estándares del derecho interno e internacional, representaría un paso hacia la impunidad y la erosión del estado de derecho en Perú.

“La decisión de la Corte Suprema de Perú de acatar la resolución de la Corte Interamericana de DDHH que anulaba la sentencia Villa Stein en el caso Barrios Altos parece haber cerrado la vía legal en ese sentido. La familia Fujimori evalúa y decide que políticamente les es favorable lanzar la petición del indulto”, agrega Burt. El fallo Villa Stein —que toma el nombre del magistrado que lo dictó— de julio último sostiene que los crímenes del grupo Colina —fuerza paramilitar creada durante el Gobierno de Fujimori— no eran de lesa humanidad.

Organizaciones de derechos humanos, líderes de opinión y el partido Perú Posible —del expresidente Alejandro Toledo— sostienen que la junta médica que evalúe al presidente debe ser independiente, que Fujimori debe pagar la reparación civil de 27 millones de soles al Estado, y que debe pedir perdón por los delitos cometidos; sin embargo, Kenyi Fujimori ya anticipó que no habrá pago ni petición de disculpas.

La patata caliente del indulto incomoda al presidente Humala, pues cuando le interrogan sobre su decisión, esquiva la cuestión aduciendo que no está en agenda. “Si insisten los llevo a la punta del cerro”, respondió el jueves. El primer ministro, Juan Jiménez, también se ha quejado a los medios ante esa pregunta porque “hay muchos otros problemas” en el país.

Mientras tanto, la bancada parlamentaria fujimorista que ha sido amigable con el oficialismo en quince meses de Gobierno de Humala, ahora recoge firmas para un pedido de interpelación al ministro de Defensa, debido a la muerte no explicada de una niña durante una operación contrasubversiva en la sierra central el 8 de septiembre. Los congresistas escucharon las explicaciones insuficientes y contradictorias del titular de Defensa a mediados del pasado mes, pero no lo interpelaron aquella vez. Ahora, es una herramienta con la que empiezan a presionar a Humala, para mostrar cómo es el fujimorismo cuando quiere jugar a ser oposición.

Publicado en El País, el 05 de octubre de 2012