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News Reports on Transitional Justice in Peru

Nombran a fiscal en caso ‘esterilizaciones forzadas’

El Ministerio Público designó al fiscal Marco Guzmán Baca, a cargo de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial, para que se aboque de manera exclusiva en el caso de María Mamérita Mestanza y las esterilizaciones forzadas.

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© Perú 21
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© Perú 21En la resolución N°1676- 2013-MP-FN se dispone esta medida, así como la de encargar a la Oficina de Registros Fiscales a dotar de recursos logísticos y el personal administrativo de apoyo para cumplir con las diligencias en este caso.

Además, la resolución da cuenta de que la investigación de este caso es compleja y voluminosa por la trascendencia de los hechos materia de juicio, la gravedad de los mismos, los numerosos testigos y agraviados.

“Es un voluminoso expediente de 118 tomos. Recién esperamos tomar declaraciones de los agraviados que se encuentran en provincias para la quincena de julio”, dijo.

Por este caso son acusados los ex ministros de Salud fujimoristas Alejandro Aguinaga, Eduardo Yong Motta, Marino Costa Bauer, Jorge Parra Vergara, Ulises Jorge Aguilar y otros.

Publicado en La República el 24 de junio de 2013

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Trial Reports

WOLA envía carta al Congreso en rechazo a las acusaciones de la bancada fujimorista

La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) envió una carta al presidente del Congreso, Víctor Isla, luego de conocerse que la moción de interpelación del Ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Roncagliolo, presentada por la bancada fujimorista el pasado 5 de noviembre, asegura que esta organización ha catalogado a las fuerzas armadas de “genocidas a las Fuerzas del orden”.

A continuación la carta:

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Washington, D.C.

WOLA12 de noviembre de 2012

Sr. Víctor Isla

Presidente del Congreso de la República

Congreso de la República del Perú

Lima, Perú

Estimado Presidente del Congreso Víctor Isla:

Le saludo atentamente y le agradezco la oportunidad de dirigirme a Ud. en esta oportunidad.

He tomado conocimiento de que la moción de interpelación del Ministro de Relaciones Exteriores Rafael Roncagliolo presentada por la bancada Fujimorista el día 5 denoviembre del presente hace mención a personas de nuestra oficina y a la organización que dirijo, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sussiglas en inglés).

Quiero tomar esta oportunidad para esclarecer los puntos que aparecen en el apartado 21de tal moción que se refieren a mis colegas, Coletta Youngers y Jo-Marie Burt, y a sulabor como representantes de WOLA.

1. WOLA es una organización con una larga y respetada trayectoria no sólo en América Latina y Estados Unidos, donde se concentra su labor, sino a nivel internacional. WOLA fue creada en 1974 y desde entonces trabaja para promover los derechos humanos, la democracia y la justicia social por medio del trabajo conjunto con nuestras contrapartes locales en Latinoamérica y el Caribe para influenciar las políticas en los Estados Unidos y el exterior.

2. Con respecto a la moción presentada por la bancada fujimorista, en ningún momento nos hemos referido a las fuerzas armadas peruanas, ni al Presidente de la República Ollanta Humala, en los términos difamatorios que la moción fujimorista alega. En concreto repudiamos rotundamente la acusación difamatoria según la cual hemos catalogado de “genocidas a las Fuerzas del orden e inclusive en contra del propio presidente Ollanta Humala”.

3. Como organización internacionalmente respetada, y como parte de nuestro labor afavor de la democracia y los derechos humanos en el Perú, hemos documentado violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad delEstado, así como hemos documentado atrocidades cometidas por los grupos alzados en armas, incluyendo Sendero Luminoso. Asimismo, hemos realizado investigaciones sobre la impunidad en el Perú, factor que consideramos socava la consolidación plena de la democracia y los derechos humanos.

4. WOLA sigue firme en su compromiso de seguir trabajando a favor de la democracia y los derechos humanos, y en contra de la impunidad, en el Perú y en toda América Latina.

Nos preocupa e incomoda que dicha moción hace referencia a representaciones de nuestra institución de manera difamatoria. Rechazamos categóricamente las alegaciones presentes en la moción, las que interpretamos como señal de una actitud antidemocrática y contraria a los derechos humanos y a la participación de la sociedad civil.

Consideramos importante que esta comunicación sea difundida en el Congreso que usted preside, a fin de que todos su integrantes conozcan nuestra reacción frente a declaraciones que nos aluden y que no son verdad.

Atentamente,

Joy Olson

Directora Ejecutiva de WOLA

Publicado en La Mula el 13 de noviembre de 2012

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News Reports on Transitional Justice in Peru

Bancada fujimorista presentó moción de interpelación al ministro Roncagliolo

El Grupo Parlamentario Fujimorista presentó esta tarde la moción anunciada ayer por la lideresa de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, para interpelar al ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Roncagliolo.

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Ministro Roncagliolo © La RepúblicaMinistro Roncagliolo © La RepúblicaEl pedido es para el Canciller de la República informe a la representación nacional públicamente sobre la política exterior del Estado en relación con las actividades de movimientos terroristas pro senderistas en México, Chile y en particular en la Argentina, “donde el ahora ex embajador Nicolás Lynch se reunió en la sede diplomática con activistas el 17 de enero de 2012”, dice el texto.

Como es sabido, el día de ayer, en entrevista televisiva, la lideresa de Fuerza 2011 informó que hoy se estaría presentando la moción respectiva por un hecho que calificó de “falta gravísima, un agravio a la memoria de los peruanos, una falta de respeto a las viudas y huérfanos víctimas del terrorismo”, expresó.

MOCIÓN DE ORDEN DEL DIA

Los congresistas de la República que suscriben, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 68º y 88º del Reglamento del Congreso de la República, proponemos a la Representación Nacional la siguiente Moción de Orden del Día:

CONSIDERANDO:

Que, los medios de comunicación han dado a conocer que el movimiento pro terrorista MOVADEF desarrolla actividades en Argentina, México y Chile para promover la amnistía del cabecilla terrorista Abimael Guzmán Reynoso y para exigir su inscripción como partido político;

Que, esas actividades se vienen manifestando a través de visitas a nuestras sedes diplomáticas en el extranjero para procurar reuniones con nuestros embajadores y funcionarios diplomáticos;

Que, es alarmante que ciertos embajadores y funcionarios diplomáticos hayan atendido ese pedido, como ocurriera el pasado 17 de enero de 2012 en la sede diplomática de Buenos Aires, Argentina, donde el ahora ex embajador Nicolás Lynch recibiera representantes del referido movimiento pro terrorista;

Que, el Estado no puede permitir acto de reconocimiento alguno de movimientos terroristas, ni dar lugar a acercamientos o reuniones con quienes los promueven, ni dar paso a nuevas estrategias del terrorismo dentro o fuera del país;

Que, algunos miembros del MOVADEF han sido indemnizados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos luego de haber sido juzgados por delitos de terrorismo, incluso un medio de comunicación difundió que dos de los miembros del Movadef argentina habían sido indemnizados por dicha Corte. Gracias a esto, están libres para promover la apología del terrorismo;

Que, el terrorismo le costó al país la vida de aproximadamente 25 mil inocentes y causó pérdidas materiales por más de 20 mil millones de dólares, por lo que ahora, luego de haberse logrado la pacificación nacional y de haberle devuelto a la ciudadanía la seguridad y tranquilidad personal, no podemos permitir su resurgimiento ni dar paso a nuevas estrategias de incursión terrorista, ni a nivel nacional ni a nivel internacional;

Que, es del mayor interés nacional conocer la política exterior del Estado en la lucha antiterrorista a nivel internacional y el rol que a este respecto toca desempeñar a nuestros funcionarios diplomáticos, así como las acciones que se adoptará en lo sucesivo para combatir las acciones terroristas en el extranjero;

Que, de acuerdo a los considerandos previos, los congresistas de la República que suscriben proponen la siguiente

MOCIÓN DE ORDEN DEL DÍA

Interpelar al ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Roncagliolo Orbegoso, para que informe públicamente a la representación nacional sobre la política exterior del Estado peruano en relación con las actividades que vienen realizando movimientos terroristas y pro senderistas, como el Movadef en el extranjero, como lo ocurridos en México, Chile y en particular en Argentina, donde inclusive el ahora ex embajador Nicolás Lynch Gamero se reunió en nuestra sede diplomática de Buenos Aires con activistas del Movadef el día 17 de enero de 2012.

Lima, 05 de noviembre de 2012

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Trial Reports

Los costos políticos del indulto

Por Steven Levitsky

Si el presidente Humala decide indultar a Alberto Fujimori sin evidencia creíble de un cáncer terminal, será un indulto no consensuado, un acto rechazado por un sector importante de la sociedad. Quizás el caso latinoamericano más parecido es Argentina, donde Jorge Videla y otros generales condenados por violaciones de derechos humanos fueron indultados por Carlos Menem en 1990.

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© La Mula© La MulaEn Argentina, el impacto del indulto fue limitado. Ninguna fuerza política se benefició directamente de ello (no existía un partido pro Videla), y como tema político fue opacado por la crisis hiperinflacionaria que sufría el país. Aunque más de 60% de la población rechazó el indulto, el apoyo público generado por la estabilización económica ayudó a reducir el costo político para Menem.

El impacto del indulto argentino también fue limitado porque las fuerzas pro derechos humanos ya habían ganado la batalla por la memoria colectiva. Gracias, en parte, a la Comisión de los Desaparecidos y los juicios de 1985, se generó un consenso social que los militares habían cometido crímenes atroces y que nunca más debían volver al poder. El consenso de “nunca más” era tan fuerte que los generales indultados nunca fueron liberados en la práctica: no podían salir a la calle sin ser insultados, escupidos o atacados. Sin mucha legitimidad, los indultos de Menem fueron anulados el 2007.

En Perú, las consecuencias de un indulto no consensuado podrían ser mayores. Sin la distracción de una crisis hiperinflacionaria, el indulto se convertiría en el eje del debate político por mucho tiempo. Si Conga marcó el primer año de Humala, un indulto marcaría el segundo.

Para el gobierno, el costo político sería alto. Aunque algunas encuestas muestran que una mayoría apoyaría un indulto, sospecho que hay una asimetría en cuanto a la intensidad de las preferencias. Solo los fujimoristas, un grupo ruidoso pero minoritario, lo apoyarán con intensidad. Para la mayoría de los encuestados que apruebe la medida, no será un tema transcendente. No afectará su voto en el 2016. Los oponentes al indulto responderían con mayor intensidad, con serias consecuencias para Humala. Casi todos votaron por Humala en el 2011. Algunos ya lo abandonaron, pero otros –incluyendo mucha gente del centro y centroizquierda que votó por Humala por ser el mal menor en la segunda vuelta– no han pasado plenamente a la oposición. Estos votantes antifujimoristas no aguantarían el indulto. Jamás volverían a votar por un candidato (o candidata) humalista. Para Humala, entonces, un indulto ganaría el aprecio (aunque no los votos) del fujimorismo, pero sería el tiro de gracia para su alianza con los anti-fujimoristas. Sumando la pérdida del centro antifujimorista con la pérdida de muchos votos radicales en el interior, el humalismo quedaría casi en nada. Cualquier posibilidad electoral que tenía Nadine estaría sepultada.

Pero el humalismo no sería la única fuerza afectada políticamente por el indulto. Aunque generaría mucho entusiasmo en el fujimorismo, la liberación de Fujimori podría debilitar y hasta destruir el movimiento. La lucha en defensa de Fujimori ha sido el principal sostén del fujimorismo. La sensación de persecución política después del 2001 ayudó a unificar y movilizar un movimiento moribundo. Fortaleció la identidad y mística fujimorista, abriendo la posibilidad de su consolidación como partido. La liberación de Fujimori abortaría este proceso. El fujimorismo perdería su principal bandera y razón de ser. Su líder, en vez de ser un “preso político” en camino al martirio, se convertiría en un mero mortal político, envejeciendo.

La liberación de Fujimori también pondría en peligro el proceso de renovación iniciado por su hija. Keiko buscaba transformar el movimiento en un partido de verdad, ubicado más en el centro y distanciado de su pasado. La vuelta de Alberto minaría este proceso renovador. Aun si no vuelve a la vida política activa, su presencia reforzaría la línea más ortodoxa y personalista del movimiento. Sin bandera de lucha, y con su líder mítico convertido en carne y hueso, el fujimorismo terminaría como el odriismo, un partido personalista, anclado al pasado, que no dura mucho más que su fundador.

Más importante que los costos políticos son los costos democráticos. A diferencia de Argentina, no existe un consenso en el Perú sobre el pasado. Las fuerzas pro derechos humanos no han ganado la batalla por la memoria colectiva. De hecho, sus esfuerzos han sido fuertemente resistidos. Doce años después de la caída de Fujimori, no existe ningún consenso de “nunca más”. Según Aldo Mariátegui, el indulto se justifica (entre otras razones) porque “si ponemos en la balanza a Fujimori, detectamos que sus activos políticos superan a sus inmensos pasivos políticos” y porque “ya fue suficiente castigo y humillación para un ex presidente haber sido condenado públicamente y haber sufrido ya varios años en cautiverio”. (En otras palabras, haber hecho cosas positivas y ser un ex presidente justifica un trato especial ante la ley). Lejos de “nunca más,” entonces, una parte importante de la sociedad está todavía dispuesta a aceptar un gobierno autoritario, corrupto y violador de derechos humanos si sus activos superan sus pasivos.

Un indulto no consensuado reforzaría este actitud de “puede ser” ante el autoritarismo, debilitando aún más la idea de nunca más. Una democracia se consolida cuando la gran parte de la sociedad rechaza –y castiga– el abuso autoritario, bajo toda circunstancia. Mientras haya gente dispuesta a tolerar y justificar crímenes cometidos por gobiernos cuyos “pasivos superan a sus activos”, la democracia –y el estado de derecho– seguiría siendo débil.

Publicado en La República, el 28 de octubre de 2012