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News Reports on Transitional Justice in Peru

El duelo llega después de tres décadas

  • Entregan 28 restos óseos de víctimas del conflicto armado en Ayacucho

Por Amanda Meza
Fotos: Katherine Valenzuela

Los ataúdes en fila sobre una tarima, blancos, como la inocencia en la que se encontraban cuando fueron asesinados por terroristas o militares, son imágenes que ya comienzan a hacer constantes, pero cuyo dolor no pasa. Cada vez que los restos óseos de las víctimas se entregan a los deudos, es un nuevo dolor que aflora y en el que se juntan sensaciones de vacío, de angustia, preguntas alrededor de su vida pero también de su muerte, una muerte arrebatada.

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  • Entregan 28 restos óseos de víctimas del conflicto armado en Ayacucho

Por Amanda Meza
Fotos: Katherine Valenzuela

Los ataúdes en fila sobre una tarima, blancos, como la inocencia en la que se encontraban cuando fueron asesinados por terroristas o militares, son imágenes que ya comienzan a hacer constantes, pero cuyo dolor no pasa. Cada vez que los restos óseos de las víctimas se entregan a los deudos, es un nuevo dolor que aflora y en el que se juntan sensaciones de vacío, de angustia, preguntas alrededor de su vida pero también de su muerte, una muerte arrebatada.

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Ayer en Ayacucho se restituyeron los restos óseos de 28 víctimas de desaparición forzada de los distritos de Sivia, Huanta, San Miguel, Anco, Chungui y Cangallo,casos registrados hace 25, 28 y 30 años.

La Primera, Segunda y Tercera Fiscalía Supraprovincial de Ayacucho, además de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel(CMAN),brindaron los ataúdes para los inscritos en el Registro Único de Víctimas,también el velatorio y acompañamiento a los respectivos distritos. Porque las familias llevan a sus muertos hasta el lugar donde nacieron. La tierra que los vio nacer y que otros invadieron para traerles muerte.

El Gobierno Regional de Ayacucho concede ataúdes para no inscritos. El Comité Internacional de la Cruz Roja pone los pasajes para los deudos que llegan a la ciudad desde las localidades mencionadas, a varias horas de camino.

Algunas organizaciones de derechos humanos brindan a las familias acompañamiento psicológico. ¿Cómose ha sobrevivido con el ‘no saber’ durante tres décadas? Hay una herida que no cierra y que tenemos que admitir. Hay hermanos peruanos que aún sufren, que aún buscan y esperan. De eso no debemos olvidarnos, hay que aprender a no ser cómplices.

© Katherine Valenzuela  © Katherine Valenzuela

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© Katherine Valenzuela
  © Katherine Valenzuela
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© Katherine Valenzuela
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Publicado en Diario16, el 2 de diciembre de 2014