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Tribunal confirma responsabilidad de marinos en el asesinato de evangélicos en Callqui

A poco de cumplirse 30 años del asesinato de seis miembros de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Callqui, en la provincia de Huanta, Ayacucho, la Sala Penal Nacional emitió sentencia en un prolongado juicio seguido contra dos de los involucrados en este caso, el jefe de la patrulla Luis Celis Checa, y el guía civil Jesús Vilca Huincho. En ausencia del primero, debido a que se encuentra prófugo de la justicia, se reservó el fallo, y al segundo se le impuso una condena condicional de 4 años.

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A poco de cumplirse 30 años del asesinato de seis miembros de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Callqui, en la provincia de Huanta, Ayacucho, la Sala Penal Nacional emitió sentencia en un prolongado juicio seguido contra dos de los involucrados en este caso, el jefe de la patrulla Luis Celis Checa, y el guía civil Jesús Vilca Huincho. En ausencia del primero, debido a que se encuentra prófugo de la justicia, se reservó el fallo, y al segundo se le impuso una condena condicional de 4 años.

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Callqui
Callqui
El colegiado integrado por tres jueces de la referida Sala Penal declararon por unanimidad que en Callqui se cometió un grave crimen contra los derechos humanos, y que la responsabilidad de este delito corresponde a integrantes de la Marina de Guerra del Perú acantonados en el Estadio de Huanta, recinto usado como base militar y muy próximo al lugar del crimen.

Milton Campos, abogado de la Asociación Paz y Esperanza y defensor los familiares de las víctimas, saludó que la Sala Penal descartase la tesis sostenida por la defensa de los acusados –y que es hasta hoy la versión oficial de la marina de guerra- según la cual lo ocurrido en Callqui fue un enfrentamiento armado entre militares y senderistas, y que el tiempo para juzgar estos hechos haya prescrito. Señaló, asimismo, que “la decisión del tribunal constituye una reivindicación que celebramos, pues ante la dificultad que implica la probanza de hechos criminales ocurridos hace tantos años, se ha optado por darle mérito a la palabra de las víctimas”.

Amira Quispe, esposa de uno de los mártires del Callqui, expresó por su parte que estaba agradecida a Dios por esta luz de justicia. “Esta es una señal de que Dios está de nuestro lado y que ha escuchado nuestro clamor. Nosotros no buscamos la venganza, solo queremos que se diga la verdad”, añadió.

Al haber sido apelada, la sentencia será elevada a la Corte Suprema para su resolución final, y en los próximos meses se dará inicio a otra audiencia en un juicio seguido ésta vez contra los jefes militares que controlaron la zona durante aquel tiempo. Mientras tanto, se dispuso la captura inmediata del jefe de la Patrulla a fin de que comparezca ante los tribunales peruanos por estos condenables hechos.

Los hechos:

El 1 de agosto de 1984, a las 7.00 p.m. aproximadamente, una patrulla militar irrumpió violentamente en el templo de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Callqui, donde se congregaban aproximadamente 28 personas, entre niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas adultas.

Los militares extrajeron con insultos del templo a seis jóvenes y, mientras obligaban al resto de la congregación a cantar elevando la voz, les asesinaron brutalmente a pocos metros de la iglesia.

Este hecho se da en el marco del conflicto armado interno que afecta la mayor parte del país entre 1980 y el año 2000.

Lo ocurrido en Callqui permitió que los líderes del Concilio Nacional Evangélico del Perú (la principal entidad representativa de la comunidad evangélica), quienes constituyen una comisión especial con el objetivo de atender a las viudas y huérfanos de este caso. Cuando los integrantes de la referida comisión llegan a la zona de los hechos, se dan cuenta que aquello resultaría insuficiente y que sería necesario asumir un compromiso mayor para generar una cruzada de solidaridad y defensa de las víctimas de aquel conflicto armado.

Fuente: Asociación Paz y Esperanza

Publicado el 16 de abril de 2014 por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos