A través de su abogado, el ex jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE) Enrique Nadal Paiva negó haber tenido conocimiento y participación en la detención y muerte de civiles en los calabozos de los sótanos del Cuartel General del Ejército, en 1993.
Jorge Petrozzi, defensa de Nadal Paiva, presentó su alegato final ante los jueces de la 2ª Sala Penal Liquidadora de Lima, que lo juzga por la desaparición de Martín Javier Roca Casas, Kenneth Anzualdo Castro y el ex catedrático Justiniano Najarro Rúa.
Señaló que Nadal, pese a ser el jefe de la DINTE, para ingresar a los calabozos del Pentagonito tenía que solicitar permiso al coronel Miguel Rojas García, entonces jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, contrainteligencia, (SIE-2).
Aseguró que su defendido solo ingresó a los calabozos una vez, por espacio de 10 minutos, porque necesitaba pasar por ese lugar para llegar a una oficina.
La Fiscalía acusa a Nadal Paiva, el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, Nicolás Hermoza Ríos y Enrique Oliveros Pérez de ser responsables de la detención e incineración de civiles en los sótanos del Cuartel General del Ejército.
La Fiscalía sustenta su acusación en los registros de ingreso a los calabozos y el hallazgo, en el 2004, de un dedo calcinado en los hornos del Pentagonito. La defensa de Nadal cuestionó que el resto humano no haya sido encontrado en una inspección realizada el 2002. La Fiscalía considera que, dada la extrema seguridad existente en dicha sede militar, es imposible que una tercera persona “sembrara” esa prueba el 2004, como pretender sugerir la defensa de los militares.
Nota originalmente publicada en La República el 09 de enero de 2016. Ver aquí.