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News Reports on Transitional Justice in Peru

Peruanos que faltan, por Eduardo Vega

  • A 30 años de la masacre de Putis, Ayacucho.

Mañana se cumplirán 30 años desde el execrable crimen ocurrido en Putis, un alejado pueblo de Ayacucho donde fueron asesinadas más de 120 personas. Lamentablemente, solo se pudieron recuperar 92 cuerpos y apenas 28 de ellos fueron identificados; el resto fue sepultado como NN por la comunidad.

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Ayacucho © El ComercioAyacucho © El ComercioJunto con los justos reclamos por lograr justicia, y por que los responsables sean debidamente identificados y sancionados, los familiares reclaman también encontrar a sus seres queridos. Esta es una demanda exigida desde hace muchos años por miles de peruanos y peruanas que hasta hoy desconocen el paradero de las víctimas de este crimen.

Es importante reconocer los esfuerzos impulsados por los sectores involucrados en recuperar, identificar y restituir los restos de las víctimas, pero la magnitud de la tragedia demuestra que lo hecho hasta hoy resulta insuficiente. Es indispensable, de cara al transcurso del tiempo, dar una respuesta adecuada y cumplir con la deuda moral que tenemos como Estado: entregar los restos de sus familiares.

La desaparición forzada es quizá el más vil de todos los crímenes contra los derechos humanos. Es la destrucción de un proyecto de vida, no solo de la víctima, sino también de quienes la rodean. A la persona desaparecida se le sustrae de toda protección legal, mientras que a sus seres queridos se les impone vivir con dolor, angustia e incertidumbre permanentes, se les niega la justicia en tanto no se conoce su paradero ni a los responsables y se les niega el derecho a darles sepultura conforme a sus costumbres y creencias. Se les niega, a todos, su dignidad.

No se sabe con exactitud el número de personas desaparecidas en el período 1980-2000. El Consejo de Reparaciones ya acreditó a más de 8.000 personas; el Ministerio Público ha señalado alrededor de 15.000. Ese es uno de los problemas del cual se parte: no contar con una cifra real de víctimas. En doce años, el Equipo Forense Especializado del Instituto de Medicina Legal recuperó 2.478 restos mortales y ha entregado cerca de 1.500 cuerpos a sus familiares, lo que demuestra que tendrían que pasar muchas décadas para dar una respuesta a todas estas familias.

Por ello, urge implementar una política integral, articulada, multidisciplinaria y coordinada con diversos sectores, con una mirada mucho más sensible y humana. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos tiene, desde mayo del presente año y producto de reuniones de trabajo, una propuesta consensuada con diversas instituciones del Estado y de la sociedad civil involucradas en este tema.

Se trata de una política de búsqueda, identificación y restitución de restos que no se enmarque exclusivamente en el proceso penal y que atienda las necesidades emocionales, materiales, logísticas y de información de los familiares. Que fortalezca, además, la labor forense y que facilite un trabajo más coordinado que permita afrontar la dimensión y complejidad de la problemática.

Han pasado 30 años: no los hagamos esperar más. Estas familias merecen cerrar este ciclo de dolor e incertidumbre. Estas familias merecen una respuesta ahora.

Publicado en El Comercio, el 12 de diciembre de 2014

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Trial Reports

Caso Chuschi: El juicio por desaparición forzada llega a su etapa final

Por Gloria Cano
Directora Ejecutiva de la Asociación Pro-Derechos Humanos (APRODEH)

Hace 23 años, la noche del 14 de marzo de 1991, una patrulla militar liderada por el oficial del ejército Collins Collantes proveniente de la base militar de Pampa Cangallo llegó a la localidad de Chuschi, Ayacucho. Se dirigieron al puesto policial cuya jefatura estaba encargada al oficial Mariano Juárez Aspiro, a fin de coordinar el apoyo de la policía en la misión encargada por su comando: detener a las autoridades y líderes del pueblo de Chuschi. Para ello entregó una lista de nombres entre las que se incluía al alcalde, el teniente gobernador, y el Juez de Paz, entre otros.

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Familiares de Chuschi en Sala Penal © Rightsperu.net
Familiares de Chuschi en Sala Penal © Rightsperu.net
Familiares de Chuschi en Sala Penal © Rightsperu.netEn esa época, Sendero Luminoso amenazaba y ejecutaba a los pobladores que asumían representación de lo que ellos llamaban “viejo estado”, por eso estos pobladores afrontaban cada día con valentía las funciones de sus cargos.

Por otro lado, el Comando Político Militar, liderado por el general Hugo Martínez Aloja, les exigía que conformaran con los pobladores comités de autodefensa a fin que recibieran armas y enfrentaran militarmente a Sendero Luminoso. Esto era rechazado por la población, ya que ellos habían elaborado un sistema de seguridad con sus vigías y temían que si conformaban un comité de autodefensa, podría haber un ensañamiento de Sendero hacia la población de Chuschi. Por esta situación había existido serios altercados entre las autoridades y líderes con el jefe del puesto policial, quien incluso llegó a lanzar amenazas contra ellos.

Los integrantes de la patrulla militar simularon un ataque al puesto policial tal como estaba coordinado a fin de hacer creer luego que los pobladores habían desaparecido por acción de Sendero Luminoso. Luego de esta simulación, en la madrugada, un contingente de policías y militares irrumpieron con violencia en los domicilios de Manuel Pacotaype, Martín Cayllahua, Marcelo Cabana, e Isaías Huaman (menor de edad). En algunos casos llegaron preguntando por algún pariente, y al no encontrarlo se llevaron a otro miembro de la familia.

La patrulla militar partió de Chuschi hacia la base de Pampa Cangallo. Las esposas y madres de los detenidos siguieron a la patrulla. Los militares trataban de evitarlas, e incluso las amenazaron para que no los siguieron, pero ellas continuaron a pie cortando camino entre los cerros y pudieron ver como la patrulla ingresaba a sus seres queridos a la base militar.

Desde ese momento no se sabe de su paradero. Las señoras insistieron ver a sus familiares en la base, pero les negaron la información, las insultaron, y las echaron. Lo mismo pasó al fiscal de la zona, que se acercó a fin de investigar la denuncia. Cuando la denuncia es conocida en Lima viajaron desde el parlamento para investigar pero nuevaemente los militares negaron la detención de las autoridades de Chuschi.

El juicio

En el proceso judicial se conoce que las órdenes para la operación de la detención partió del Comando Político Militar, puesto que la relación de personas a detener fue enviada por un radiograma. También se ha llegado a saber que luego del ingreso de las víctimas al cuartel de Pampa Cangallo fueron entregados al jefe del cuartel Mario Caldas Dueñas, y su estado mayor José Humberto Zavaleta Angulo “Trueno” y Néstor Oblitas Carrera “Espartaco”.

Dentro de la base fueron colocados dentro de unos baños, donde se les sometía a interrogatorios y tortura. Un soldado declaró durante la investigación que estaban por días sin comer ni beber, y que él por lástima les alcanzó un pan. El oficial a cargo de los interrogatorios era el jefe de de inteligencia el oficial EP Marco Antonio Aguilar Biaggui. Cuando las denuncias llegaron a los medios de comunicación de Lima y parlamento, se les dio la orden de negar todo. Tan es así que Martínez Aloja presenta a la comitiva parlamentaria al jefe de la base con otro nombre, y ordenan a Guares Aspiro negar todo. Por su parte el jefe departamental de la policía rechaza un informe presentado por Juárez Aspiro señalando que debía negar todos los hechos por escrito y así lo hizo.

Todos estos hechos han sido declarados en el juicio oral que viene llevando a cabo ante la Sala Penal Nacional. Sin embargo, los acusados siguen negando el tener conocimiento de los hechos, pretendiendo que todo el operativo, detención y desaparición de las autoridades y pobladores de Chuschi fue decisión única y exclusivamente de Mario Caldas Dueñas y Marco Aguilar Biagui.

Luego de la diligencia de inspección en la base militar de Pampa Cangallo donde las señoras tuvieron que explicar su trayecto y desde que lugar observaron que ingresaron a las víctimas a la base, quedó claro que sus familiares ingresaron con vida a dicho lugar y desde ahí no se sabe nada de ellos. Al termino de dicha diligencia el jefe de la patrulla el oficial Collantes pidió perdón a las familias por los hechos. Una de las señoras le dijo en Quechua: “Te pedimos, te rogamos, que nos los entregaras. Igual que a Cristo, los hiciste caminar en calzoncillos y sin zapatos. Queremos saber ¿donde están?”

Luego de 23 años las familias exigen justicia, pero no solo sanción penal, que debe llegar por las solidas pruebas actuadas durante el proceso, sin también exigen la entrega de los cuerpos de las víctimas. Un delito tan aberrante como es la desaparición forzada no puede tener si no una sanción ejemplar. Una condena penal que debe ser efectiva, sin posibilidades de beneficios hasta que no cese la negativa de dar el paradero de los desaparecidos.

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CASO CHUSCHI: Ex militar pide perdón a familiares de desaparecidos

Por Elías Navarro

  • El teniente (r) EP Collins Collantes Guerra rogó a los familiares que le perdonen por la detención y desaparición de campesinos en la base militar de Pampa Cangallo, en la provincia ayacuchana de Cangallo.

Ayacucho

“Les pido perdón por la desaparición de sus familiares. Me ordenaron detener y traer a la base militar y por este hecho fui sentenciado a 14 años y estuve 8 años en la cárcel. Ya estoy pagando mi culpa”, expresó el ex teniente EP Collins Collantes Guerra a los parientes de personas desaparecidas hace más de 20 años en Ayacucho.

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El teniente (r) EP Collins Collantes Guerra rogó a los familiares que le perdonen por la detención y desaparición de campesinos en la base militar de Pampa Cangallo, en la provincia ayacuchana de CangalloEl teniente (r) EP Collins Collantes Guerra rogó a los familiares que le perdonen por la detención y desaparición de campesinos en la base militar de Pampa Cangallo, en la provincia ayacuchana de CangalloEl entonces jefe de la patrulla militar, conocido como teniente “Peco”, se reencontró con los familiares de Manuel Pacotaype Chaupín (alcalde de Chuschi), Marcelo Cabana Tucno (teniente gobernador), Martín Cayllahua Galindo y el menor Isaías Huamán Vilca, detenidos arbitrariamente en Chuschi y luego desaparecidos en la base militar de Pampa Cangallo (Ayacucho) en marzo de 1991.

El encuentro se produjo en el mismo destacamento militar, hasta donde llegaron los jueces de la Sala Penal Nacional para inspeccionar el lugar que funcionó como un centro de detención clandestina y tortura de personas, bajo la acusación de pertenecer a Sendero Luminoso.

Francisca Tucno Chipana, esposa del alcalde desaparecido; Teofila Rocha Pacotaype, esposa del teniente gobernador; María Magdalena Vilca de Huamán e Irene Huamaní de Cayllahua le suplicaron, llorando, a Collins Collantes que señale dónde están enterrados los cuerpos de sus familiares.

“Por favor, dinos dónde están enterrados. Queremos ver su cuerpo, aunque sea sus huesos, para poder rezar una oración, llorar y darle una cristiana sepultura. Eso nos podrá aliviar de tanto dolor y sufrimiento que padecemos”, le dijo Francisca Tucno.

El ex oficial del Ejército derramó algunas lágrimas y aseguró que si supiera señalaría el lugar, pero se ratificó en que solo trajo a los detenidos y entregó al jefe de la base militar y tres días después fue cambiado a otro destacamento.

“Yo entregué a los detenidos y se los llevaron al baño (calabozo). El jefe de la base y los otros ex oficiales sí saben dónde están los cuerpos. Ellos deben decir la verdad. Quiero decirles que a mí también me duele el sufrimiento de ustedes”, señaló Collante.

El militar recordó el llanto de los familiares pidiendo que liberen a los detenidos, pero que no podía compadecerse porque cumplía órdenes.

Luego de este contacto Collins Collantes les tomó de la mano a los familiares y derramó lágrimas pidiendo nuevamente perdón por lo sucedido.

“Desde que me abrieron proceso en varias ocasiones intenté acercarme a ustedes. Mi conciencia me remordía todo este tiempo, pero ahora siento una tranquilidad en mi corazón”, les dijo el ex oficial.

LOS HECHOS

En contacto con La República, Collins Collantes narró que le dieron una lista de diez personas, entre ellos de dos autoridades para ingresar a Chuschi, detenerlos y conducir a la base militar de Pampa Cangallo.

“El jefe de la base militar de Pampa Cangallo, comandante EP Mario Alberto Caldas Dueñas, me dio esa orden y por eso fui a pie, con mi patrulla de 25 soldados, a verificar una incursión senderista producida el día anterior”, señaló.

Al día siguiente (15 de marzo), “Peco” llevó a los cuatro detenidos con un vehículo hasta el paraje de Huaccanccasa donde descansaron un rato en las faldas del cerro, a unos 5 km del pueblo de Pampa Cangallo.

“Los familiares se habían adelantado y nos estaban esperando. Luego llevamos a los detenidos a la base. Las cuatro mujeres (familiares) nos seguían suplicándonos que los libere. Faltando un kilómetro para llegar, impedimos que nos sigan. Ellas nos vieron ingresar al destacamento militar”, dijo.

Collantes indicó que su tarea terminó cuando entregó a los detenidos en la base militar y fueron confinados en un baño que funcionaba como calabozo.

“ESPARTACO” Y “TRUENO” DEBEN DECIR LA VERDAD

Collins Collantes se ratificó señalando que los agentes de inteligencia elaboraban la lista para realizar las intervenciones y detenciones de personas que tenían algún vínculo con los senderistas.

“La lista venía del cuartel Los Cabitos. Ese día me ordenaron ir a Chuschi y detener y traer a las cuatro personas”, recordó Collantes, quien afirmó que entregó a los detenidos a los oficiales de Estado Mayor de Pampa Cangallo.

“El jefe de inteligencia Néstor Raúl Oblitas Carrera, conocido como el famoso ‘Espartaco’, y el oficial de operaciones José Humberto Zavaleta Angulo, conocido como ‘Trueno’, deben decir la verdad y no tapar el sol con un dedo. Ellos sacaban del baño a los detenidos para interrogarlos. Ellos deben decir dónde están enterrados sus cadáveres”,afirmó el ex teniente “Peco”.

Publicado en La República el 21 de abril de 2013

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CASO CHUSCHI: Ex teniente reconstruye detención y desaparición de cuatro personas

  • En marzo del 91, el alcalde y teniente gobernador y otras dos personas en el distrito de Chuschi fueron conducidos a base militar de Pampa Cangallo. Se culpa a siete oficiales.

Por Elías Navarro

Los jueces Marco Cerna Bazán, Armando Salvador Neyra y Miluzca Cano López inspeccionaron la base militar de Pampa Cangallo, donde el 14 de marzo de 1991 estaban detenidos el alcalde de Chuschi Manuel Pacotaype Chaupín, el teniente gobernador Marcelo Cabana Tucno, el comunero Martín Cayllahua Galindo y el menor Isaías Huamán Vilca, y desde esa fecha no se supo más de ellos.

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ChuschiChuschiEl jefe de la patrulla militar que arrestó a las víctimas, Collins Collantes Guerra, testigo de este hecho, señaló el calabozo –que funcionó en el baño–, donde precisamente se retenía a las cuatro personas, sometidas a brutales interrogatorios.

Collantes fue sentenciado a 14 años y luego de purgar 7 años y medio salió con beneficio de libertad condicional y ahora colabora con la justicia como testigo. Él también reconstruyó con detalles la forma y circunstancias como se detuvo y se llevó a las víctimas a la base militar de Pampa Cangallo. Dijo que con una lista de diez personas llegó a Chuschi y con apoyo de efectivos de la comisaría detuvo a las cuatro personas. Luego los llevó con vehículo hasta el paraje de Huaccanccasa, y desde esa zona caminaron a pie unos cinco kilómetros hasta llegar al destacamento militar de Pampa Cangallo.

Los detenidos caminaban con las manos atadas hacia atrás por la pendiente y sorteando arbustos. Los familiares los seguían en su recorrido suplicándole a Collantes que los libere. Faltando un kilómetro para llegar, haciendo disparos impidieron que los sigan.

Por otra ruta, los familiares llegaron a la puerta de la base militar y preguntaron durante días por ellos. Los soldados les dijeron que se vayan y los familiares denunciaron en la Fiscalía Mixta de Cangallo.

“Era una orden legal para detener a los sospechosos. Cumplí con mi tarea de traer a los detenidos el 15 de marzo y los entregué al jefe de la base. Tres días después fui cambiado a la base Militar de Cangallo. Los oficiales del estado mayor de Pampa Cangallo son responsables de la desaparición de estas personas. Ellos deben decir dónde están enterrados los cuerpos”, dijo Collantes.

Los magistrados de la Sala Penal Nacional recogieron además las versiones de seis testigos en Ayacucho. El ex fiscal de la provincia de Cangallo Guillermo García Zamora dijo que el 15 de marzo de 1991 recibió una denuncia de dos personas que señalaban que sus familiares habían sido secuestrados de sus domicilios en Chuschi, llevados primero a la Comisaría de Chuschi y luego a la base militar de Pampa Cangallo. El ex fiscal testificó que a partir de ese entonces no había condiciones para seguir investigando, pues se sentía presionado por los militares y no recibía apoyo del Ministerio Público. Pidió que lo roten a otro distrito judicial, y como no recibió respuesta, tres meses después, en junio de 1991, renunció al cargo.

Francisca Tucno Chipana, esposa del desaparecido alcalde Manuel Pacotaype Chaupín, contó que a la medianoche del 14 de marzo de 1991, un grupo de militares y policías ingresaron a su casa y sacaron a su esposo para llevarlo a la Comisaría de Chuschi. “Cuando dormíamos, dos policías ingresaron a mi casa, mientras que en el patio había militares. A mi esposo lo sacaron a golpes y se lo llevaron a la comisaría; yo los seguí hasta la esquina, pero me atajaron haciendo disparos al aire”, relató al Tribunal.

Igualmente, la campesina Teófila Rocha Pacotaype dijo que su esposo, Marcelo Cabana Tucno, era teniente gobernador de Chuschi. “A las 11 y 30 llegaron dos policías a mi casa. Un policía preguntó diciendo quién es Marcelino Rocha, quien es mi padre, y mi esposo le respondió yo soy Marcelo Cabana. Cojudo, tú eres terruco, diciendo lo cogió de la nuca y lo sacó de mi casa”.

FISCAL PIDE 25 AÑOS DE CÁRCEL

En su acusación, la fiscalía pidió 25 años de cárcel para el general EP (r) Hugo Martínez Aloja y el coronel EP (r) Bernhard Christian Eduard Braun Luy, los ex oficiales del Ejército Sigefredo Celso Miranda Vásquez y Carlos Alberto Del Busto Hervias. Pidió igual pena contra los oficiales del Estado Mayor de Pampa Cangallo José Humberto Zavaleta Angulo “Trueno”, Néstor Raúl Oblitas Carrera “Espartaco”.

El jefe de la base militar de Pampa Cangallo, comandante EP Mario Alberto Caldas Dueñas, y el jefe de inteligencia EP Marco Antonio Aguilar Biaggui están prófugos de la justicia. Ya fueron condenados, además de Collins Collantes, los policías Luis Mariano Juárez Aspiro (7 años) y Domingo Morales Ampudia (5 años).

Publicado en La República el 21 de abril de 2013

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Hoy se inician audiencias por el caso Chuschi en Ayacucho

Del 16 al 18 de abril, la Sala Penal Nacional se traslada a la ciudad de Huamanga, Ayacucho para escuchar los testimonios de los familiares de Manuel Pacotaype Chaupín, Martín Cayllahua Galindo, Marcelo Cabana Tucno y al menor, Isaías Huamán Vilca, quienes fueron atados y trasladados al Cuartel Militar de Pampa Cangallo y hasta la fecha no se conoce su paradero.

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Las audiencias se realizarán los días 16 y 17 en la sala de audiencias de la Corte Superior de Ayacucho. El 18 se realizará la inspección en Pampa Cangallo.

Los testimonios estarán a cargo de las esposas y la mamá de los desaparecidos, así como de 3 testigos.

Junto a ellos, estará la doctora Gloria Cano, Directora de la Asociación Pro derechos Humanos – Aprodeh y abogada de las víctimas.

Familiares de ChuschiFamiliares de Chuschi

Publicado en la CNDDHH el 16 de abril de 2013

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Trial Reports

Jo-Marie Burt: Indulto a Fujimori dejaría un legado al Gobierno del que no podrá recuperarse

Ideeleradio.- Espero que el gobierno de Ollanta Humala se dé cuenta de que un eventual indulto a Alberto Fujimori sería un legado del cual nunca podrá recuperarse porque no están dadas las condiciones morales ni legales para que se le otorgue esa gracia presidencial, sostuvo la politóloga Jo-Marie Burt.

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Jo-Marie Burt © ideeleradioJo-Marie Burt © ideeleradio“Hace un mes, yo pensaba que le iban a dar, ahora tengo dudas y espero que el gobierno de Ollanta Humala se dé cuenta de que sería un legado del cual nunca más podría recuperarse su gobierno porque no están dadas las condiciones morales ni legales para que indulten a Fujimori”, manifestó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

“[…] Esa es mi opinión, y creo que es compartida por muchas personas, hemos escuchado los comentarios de [el escritor Mario] Vargas Llosa al respecto, y creo que no se lo van a dar, creo que sería un error muy grande”, anotó.

Muchísimos retrocesos en judicialización de casos

Al ser consultada por el proceso de judicialización casos de violación de derechos humanos ocurridos en el Perú de, indicó que esto tiene que ser puesto en perspectiva, pues se han notado muchísimos retrocesos.

“Ha habido avances muy importantes como el juicio y condena a Fujimori, ha habido otras condenas muy importantes como la desaparición de Ernesto Castillo Páez, un estudiante de La Católica, periodista Hugo Bustíos, las autoridades municipales de Chuschi. Hay casos importantes que están en juicio como el caso Accomarca, como el caso del cuartel militar Los Cabitos, pero sí hemos notado muchísimos retrocesos en el proceso de diversa índole”, refirió.

Todavía hay un margen para poder impulsar el proceso

Comentó que todavía hay margen para que la sociedad pueda impulsar el proceso de judicialización de los casos denunciados, al traer a colación la experiencia de Argentina, en la que se juzgaron a las juntas militares y se dejaron sin efecto leyes de amnistía e indultos.

“La experiencia argentina me mantiene optimista porque hubo un proceso político importante con la condena de las juntas militares en el proceso inicial, luego vinieron todas las leyes de amnistía, los indultos, y hubo impunidad total, pero hubo una lucha desde la sociedad civil, los organismos, los familiares, las víctimas, se movilizaron y no se quedaron con los brazos cruzados y, eventualmente, con el apoyo de la comunidad internacional, la Corte Interamericana, todo lo que hemos venido conversando se llega a un momento en que se tira abajo todas las leyes de amnistía y los indultos, y se vuelve a abrir el proceso”, indicó.

“Entonces, yo creo que en el Perú todavía hay margen de poder impulsar el proceso, pero eso depende mucho de una movilización social, de que la sociedad tome conocimiento de lo que está en juego porque en el Perú la víctima es indígena, rural y pobre, que eran consideradas personas de segunda clase. La sociedad peruana tiene la capacidad de parar cosas, […] pero todavía falta movilizarse para impulsarlo”, remarcó.

Publicado en Blog de Ideeleradio el 20 de noviembre de 2012