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News Reports on Transitional Justice in Peru

Expertas de WOLA y DPLF se pronuncian sobre caso emblemático del conflicto interno peruano

Comunicado de prensa
13 de agosto de 2015

A 30 años de la masacre de Accomarca, el juicio del caso se encuentra en la recta final

Washington, D.C. y Lima, Perú – Este viernes 14 de agosto, justo cuando se cumplen 30 años de una de las peores masacres del conflicto armado interno peruano, se acerca el final de su emblemático y revelador proceso judicial.

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WOLA - DPLfEn el poblado de Accomarca, ubicado en el departamento de Ayacucho, fueron asesinados 69 campesinos por miembros del Ejército peruano. El caso se mantuvo en la impunidad por muchos años hasta que en noviembre de 2010 se abrió un proceso judicial contra 29 militares acusados de ser los autores materiales del crimen, así como los autores mediatos (quienes planificaron el operativo y dieron las órdenes).

“La masacre de Accomarca fue uno de los hechos que más conmovió el país durante el conflicto armado interno”, dijo Jo-Marie Burt, Asesora Principal de la Oficina en Washington sobre Asuntos Latinomericanos (WOLA), quien ha estado monitoreando el proceso judicial desde que comenzó hace casi cinco años. “Murieron 69 campesinos, 26 de ellos niños, en un operativo de tierra arrasada planificado, ordenado, y ejecutado por el ejército peruano”, agregó Burt.

Para más información sobre los hechos y antecedentes del caso, véase el documento de contexto adjunto (disponible aquí), preparado por Jo-Marie Burt.

El caso Accomarca fue uno de los 43 casos investigados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) del Perú, la cual hizo llegar sus conclusiones al sistema de justicia para que este juzgara y en su caso sancionara a los responsables. De los 29 militares acusados, el General (r) Wilfredo Mori Orzo, quien en 1985 fue el jefe del Comando Político Militar de Ayacucho junto con otros miembros del Estado Mayor, se han señalado como autores mediatos; y como autores materiales, Telmo Hurtado Hurtado y Juan Rivera Rondón, jefes de las patrullas “Lince” que ejecutaron el operativo militar en el que se dio la masacre. Estos últimos fueron extraditados a Perú desde Estados Unidos, donde intentaban resguardarse para no enfrentar sus cargos.

El proceso judicial se encuentra en la recta final. Los fiscales del caso y la parte civil, en representación de las víctimas, ya ofrecieron sus alegatos finales, y en los próximos días la defensa presentará sus alegatos. Se espera una sentencia para octubre del año en curso.

“Los testimonios recibidos durante el proceso han dado cuenta de la gravedad de los hechos,” asegura Leonor Arteaga, Oficial de Programa de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF). “Han testificado sobrevivientes de la masacre, familiares de las víctimas, y varios ex congresistas de la República que en 1985 fueron a Accomarca para investigar los hechos”, agregó Arteaga.

La declaración más reveladora ha venido de Telmo Hurtado. Hurtado no sólo aceptó haber asesinado a más de 30 pobladores, sino también afirmó que el operativo que derivó en la matanza de Accomarca fue una orden de los altos mandos del Ejército peruano, quienes además le ordenaron eliminar a los testigos de la masacre.

“El testimonio de Hurtado es algo inédito en la historia peruana: es la primera vez que un oficial del ejército reconoce su responsabilidad por graves violaciones a los derechos humanos en juicio oral, y acusa a sus superiores de haber planificado y ordenado la masacre,” observa Burt, de WOLA. “Además, sus declaraciones coinciden con la tesis del Ministerio Público: la masacre de Accomarca no fue un exceso de la lucha contrasubversiva ni la reacción desmedida de un soldado agobiado por la guerra, sino parte de una política estatal de luchar contra la subversión utilizando la violencia indiscriminada contra la población civil.”, continuó Burt.

“Exhortamos al tribunal a a ponderar el caso según las evidencias sin tomar en cuenta influencias externas”, dijo Arteaga de DPLF. “Esperamos que den respuesta a las reclamos de justicia de los familiares de la masacre de Accomarca con una sentencia imparcial y acorde con el derecho internacional de los derechos humanos”.

Contactos:

Jo-Marie Burt
Asesora Principal, WOLA
Celular en Lima: +51 994-950-426;
En EE.UU: +1 703 946 9714
jmburt.wola@gmail.com

Leonor Arteaga
Oficial de Programa Senior, DPLF
+1 202- 4627701/+1 703-5987085
larteaga@dplf.org

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Trial Reports

El juicio por el caso de la masacre de Accomarca entra a su recta final

Escriben: Jo-Marie Burt & María Rodríguez Jaime (*)

El juicio por el caso de la masacre Accomarca está llegando a su etapa final, 30 años de una de las masacres más crueles del conflicto armado interno que se vivió en el Perú. El juicio ha demorado casi cino años de juicio oral. Durante este tiempo, se ha escuchado las versiones de los 29 militares imputados en el caso, incluyendo las declaraciones de Telmo Hurtado, quien fue extraditado desde Estados Unidos para ser juzgado en este proceso; así como el testimonio de decenas de sobrevivientes, familiares, y testigos. En dos ocasiones anterios se postergó el comienzo de los alegatos finales, pero se espera que hoy día si el Ministerio Pública comienza con la presentación de su argumento sobre el porque los 29 militares acusados deben ser condenados por la masacre cometido el 14 de agosto de 1985 de 69 campesinos de Accomarca.

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© Rightsperu.net© Rightsperu.net
La culminación del juicio se da en un contexto complicado: la semana pasada se desató un escándalo de corrupción que involucra a dos de las juezas del colegiado de la Sala Penal Nacional que deben decidir el destino de los 29 militares acusados en el caso1. Una investigación periodística de César Romero de La República develó la existencia de una serie de correos entre la jueza y un general de brigada del Ejército peruano (y miembro de la promoción de Ollanta Humala), Marino Ambía Vivanco, que demostrarían que a cambio de favores y regalos, la jueza arregló una sentencia absolutoria a favor del general en el caso Matero. Los correos también llegan a sugerir que la jueza estaba dispuesta a organizar una red de jueces con el mismo fin en otros casos, algo que tal vez ayude a explicar el hecho de que casi la totalidad de sentencias firmadas por la Jueza Bendezú en casos de derechos humanos han sido absolutorias2. Los abogados que representan las víctimas en varios casos de derechos humanos comenzaron a recusarle a Bendezú de los procesos donde intervenía la jueza. En tiempo récord, haciendo éco a la demanda de los familiares y organizaciones de derechos humanos, la Jueza Bendezú fue reemplazada como jueza del colegiado de la Sala Penal que ve casos de derechos humanos.3

En el caso Accomarca, sin embargo, que está por culminar, recusar a la Jueza Bendezú significaría quebrar el proceso. En la justicia peruana, sólo está permitido un cambio de juez en un proceso; en el caso Accomarca ya se dio eso en una ocasión anterior casi al inicio del proceso. Quebrar el proceso no sólo significaba tener que comenzar de nuevo luego de cinco años ya trascurridos en el juicio. También significaba la posibilidad de uno de los elementos más significativos del proceso —el hecho que Telmo Hurtado se confesó su responsabilidad en la masacre— no se vuelva a dar en un nuevo proceso. Todo lo realizado ene ste juicio quedaría anulado. Eso es significativo puesto que Telmo Hurtado no sólo reconoció su propia responsabilidad en Accomarca aquel 14 de agosto de 1985; también dijo que lo que sucedió en Accomarca no correspondió a ningún acto de locura, como lo ha querido pintar algunos de sus co-acusados, ni de un “exceso” de los suboficiales y soldados; mas bien, él ha afirmado tajantemente que él y los demás militares actuaban ese día según la doctrina militar de la época, que entendía al enemigo interno como algo absoluto que necesariamente tenía que ser eradicado en su totalidad, tal como lo dijo alguna vez el General Cisneros, que afirmó a un medio local que matarían 60 y tal vez sólo tres sería subversivos, pero eso era el costo de la guerra. Tal doctrina llevó a las fuerzas armadas a cometer masacres indiscriminadas, ejecuciones extrajudiciales, y la desaparición forzada de personas que sospechaban de estar involucrados de una u otra manera con Sendero Luminoso.

Los familiares del caso tuvieron que enfrentar, entonces, una decisión sin salida a pocas semanas de ver sus sueños de alcanzar la justicia, denegada por tantos años, realizarse. De tal manera, tomaron la difícil decisión de no recusar a la jueza para evitar el quiebre del proceso, sabiendo de que existe la posibilidad de que, como en el caso Matero, ya se haya dado algún arreglo para absolver a los implicados.

BREVE RECUENTO DEL JUICIO ACCOMARCA

© Rightsperu.net© Rightsperu.netQuince sobrevivientes de la masacre han prestado sus testimonios en este juicio. Las más jóvenes tenían entre 9 y 12 años cuando ocurrió la masacre. Ellas, siendo niñas, presenciaron la incursión de las patrullas militares lideradas por los sub-oficiales del Ejército, Telmo Hurtado y Juan Rivera Rondón, a la quebrada de Lloqllapampa. Ellas vieron a los miliatres acorralar a sus madres y padres, sus abuelos y abuelas, sus hermanos y hermanas, sus vecinos, a una de las casas que quedaba en medio de la pampa, con el pretexto de realizar una asamblea. Cirila Pulido relató a la sala cómo los militares obligaron a las mujeres salir de sus casas con sus hijos, al igual que los ancianos.4 La madre de Cirila, así como su hermanito de 8 meses, seguieron las instrucciones de la patrulla militar, lo cual les llevó a la muerte, delante de los ojos de la pequeña Cirila. La mamá de Cirila, con su hijo sobre sus hombros, fue encerrada en esa casa, junto con decenas de pobladores de Accomarca. Todos murieron abaleados y carbonizados.5

En el mes de noviembre del año 2013, en la Sala Penal Nacional de Huamanga, también se dio una sesión continuada de testigos de la masacre. Nueve de ellos, la mayoría personas ancianas y quechuahablantes contaron lo que vieron y cómo se escondieron de los militares, para no morir como sus familiares y vecinos6. A su vez, testificaron varios ex congresistas sobre la visita que realizaron a Accomarca como miembros de la comisión conformada poco después de dar a conocer públicamente la masacre, unas semanas luego de los hechos. Prestaron declaraciones los ex senadores Javier Diez Canseco7 y Cesar Rojas Huaroto, así como el ex diputado Fernando “Popy” Olivera. Cada uno dio cuenta del estado de miedo que imperaba en Accomarca, tres semanas después de la masacre. Era un pueblo fantasma, y de hecho, los ex parlamentarios relataron del hallazgo de cadáveres recién asesinados. Si el juicio vuelve a foja cero, se anularán todos estos testimonios, y quizás varios de los testigos —como sería el caso de Javier Diez Canseco— ya no estén vivos para entregar nuevamente su testimonio en un segundo juicio oral.

Otro de los testimonios que probablemente no volveremos a escuchar en un segundo juicio, es lo dicho por Telmo Hurtado cuando le tocó ser interrogado por el Ministerio Público a partir de abril del 2012. Como se recordará, después de develada la masacre, Hurtado se autoinculpó como el responsable de la matanza. La prensa lo denominó “El Carnicero de los Andes” por la crueldad del crimen, un apodo que lo ha perseguido toda la vida y que según uno de los abogados que ha tenido durante el proceso, le causa particular incomodidad. Fue investigado, pero como fue común en aquella época, el caso fue derivado a la justicia militar, y fue condenado sólo a 6 años de cárcel por “abuso de autoridad”. En 1992 se benefició por las leyes de amnistía emitidas durante el gobierno de Alberto Fujimori, y en 1998 el Instituto de Defensa Legal (IDL) descubre no sólo que no está cumpliendo su pena sino que seguía siendo un miembro activo de las fuerzas armadas y que había sido ascendido. Luego de que las leyes de amnistía fueron anuladas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2001, Hurtado —previendo que su autoinculpación de ataño lo iba a complicar la vida— huyó, disimuladamente, a Estados Unidos. Vivió en Miami unos cinco años hasta que fue descubierto por Interpol y el Estado peruano pidió su extradición. Hurtado agota todos los mecanismos en el sistema legal estadounidense, pero perdió. En julio del 2011, Hurtado es extraditado y llevado a prisión. Poco después es incorporado al juicio por el caso Accomarca, lo cual ya lleva varios meses de desarrollo. De hecho, Hurtado tuvo estos meses para escuchar las intervenciones de los abogados de sus coacusados, entre ellos varios de sus oficiales superiores. Ahí Hurtado cayó en la cuenta de que nuevamente él era el chivo expiatorio: todos, desde los altos mandos, los otros mandos medios hasta los soldados de la tropa lo incriminaron a él, el “Carnicero de los Andes,” como el único responsable. Un loco, un demente, un oficial demasiado joven y con poca experiencia, un afectado por el “síndrome de Vietnam” que le llevó a masacrar a 69 campesinos sin piedad.

Hurtado demoró varias semanas en ser interrogado, quizás dudaba sobre qué decir. Finalmente, el 9 de abril de 2012, Hurtado respondió a las preguntas del Fiscal Luis Landa sobre la verdad de la masacre de Accomarca. En primer lugar, que en 1985 él no estaba loco, sino que era un joven oficial dispuesto a cumplir con su deber militar en la guerra contrasubversiva. La masacre no fue un acto espontáneo sino una orden emitida por el Estado Mayor, y si se autoinculpó fue por cumplir la obediencia debida que exige la doctrina militar. Además, no fue esa la primera vez que se cometieron diversas ejecuciones extrajudiciales. Con su confesión, Hurtado buscó limpiar su nombre y el de su hijo, y sin quizás sin proponérselo, coincidió con lo planteado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, esto es, que durante el conflicto armado interno no se cometieron “excesos” sino que hubo una política de violaciones a los derechos humanos contra la población civil. La confesión de Hurtado abre la posibilidad de que el Tribunal evalue seriamente la responsabilidad mediata de los altos mandos militares en este caso. Una masacre que, según el testimonio de Hurtado, no fue aislado sino parte de la doctrina militar de cómo luchar contra el terrorismo: eliminando el enemigo, que en aquel momento era definido como las comunidades campesinas que Sendero Luminoso pretendió liderar hasta la instalación de una utopia comunista, pero a cambio les trajó sangre y dolor. El testimonio de Hurtado ha logrado cuestionar la versión oficial de las fuerzas armadas, que niega tajantamente que hubieron violaciones sistemáticas sino tal vez uno que otro “exceso” cometido por suboficiales como Telmo Hurtado sin experiencia o sicópatas. Pero el desarrollo del proceso en las últimas semanas sugiere que hay quiebres más profundos entre los diferentes sectores militares. Eso sería analizado en la próxima entrega.

NOTAS

1. Algunos de los acusados han fallecido y otros están prófugos de la justicia. Actualmente asisten a la audiencia sólo 16 de los imputados.

2. La nota periodistica fue de César Romero, “Emails revelan presunto acuerdo para absolver a militar,” La República, 11 de julio de 2015.

3. Más información, aquí.

4. Testimonio de Cirila Pulida, Sala Penal Nacional, 23 de octubre de 2012.

5. Hemos observado el juicio por el caso Accomarca desde su inicio, y hemos publicado varias notas al respecto. Ver por ejemplo aquí y aquí.

6. Ver aquí.

7. Ver aquí.

… … …

Jo-Marie Burt es profesora de ciencia política y directora del Programa de Estudios Latinoamericanos de George Mason University. Es autora del libro Violencia y autoritarismo en el Perú: Bajo la sombra de Sendero y la dictadura de Fujimori (Instituto de Estudios Peruanos, 2011, 2da. ed.; puede descargarse gratuitamente aquí). En 2010 tuvo la cátedra “Alberto Flores Galindo” en la Pontificia Universidad Católica del Perú y es actualmente Senior Fellow de la Oficina en Washington sobre Asuntos Latinoamericanos (WOLA). Dirige el proyecto de investigación Human Rights Trials in Peru (www.rightsperu.net).

María Rodríguez es historiadora egresada de la UNMSM. Ha realizado estudios de diplomado en Chile, España y Perú en derechos humanos, pedagogía de la memoria, y archivos; y actualmente se encuentra cursando la maestría en Gerencia Social en la PUCP. Es integrante del Taller de Estudios sobre Memoria y asistente de investigación en el proyecto Human Rights Trials in Peru.

Originalmente publicado en La Mula, el 23 de julio de 2015

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Annulment of General Ríos Montt’s conviction: FIDH asks EU member states not to ratify the EU-Central America Association Agreement

Paris, 18 October 2013 – FIDH publishes today its report on the trial of General José Efraín Ríos Montt and on the historic 80 years jail sentence for genocide and crimes against humanity issued on 10 May 2013 by the Guatemalan High Risk Tribunal. In the conviction, the Court found that Ríos Montt’s responsibility in the massacre of 1,771 indigenous Maya Ixil people, the forced displacement of 29,000 persons, at least nine cases of sexual assault and several episodes of torture perpetrated by the Army between March 1982 and August 1983 had been established.

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JuicioTen days later, on 20 May 2013, the Constitutional Court arbitrarily ordered that the trial should start over as of 19 April, cancelling part of the debate and annulling the conviction. In addition, a first instance Court recently made a decision that could potentially return the proceedings to November 2011, when Ríos Montt had not been indicted yet, with the risk that the trial will not restart.

Karim Lahidji, FIDH President commented, referring to the human rights clause in the EU-Central America Association Agreement, ratified by Guatemala in June 2013: “Considering the seriousness of the evidence and the gravity of the irregularities in the Constitutional Court’s decisions, and recalling the European Union’s commitment to fight against impunity for international crimes, including genocide, FIDH calls upon the EU member states not to ratify the EU-Central America Association Agreement, until the validity of Rios Montt’s conviction is recognised, or a new trial is held, resuming the proceedings from 19 April 2013.”

The decision by the Constitutional Court reflects the weaknesses of the Guatemalan legal system and calls into question its independence and impartiality, with serious consequences for the victims’ right to truth, justice and reparation, and for the rule of law.

Indeed, in its report FIDH not only highlights the delay tactics deployed by the defence, aimed at creating conditions to undermine the trial by fraudulent abuse of amparo proceedings, challenges and other recourses, but also that several Courts, including the Constitutional Court, have taken illegal actions to cancel the conviction and render almost impossible to have a new trial. FIDH’s report also notes the pressure against the High Risk Tribunals, the defence lawyers and even the survivors and victims testifying at the trial, in the form of defamation, intimidation and threats.

Bearing in mind the gravity of this annulment both for the victims of the genocide and for the principle of independence of the Judiciary, FIDH asks the Constitutional Court to review and amend its decision, and to uphold Ríos Montt’s conviction.

Publicado originalmente en la página de la FIDH el 18 de octubre de 2013

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Aprueban abrirle otro proceso a Fujimori por homicidio calificado

  • El Estado peruano enviará a Chile pedido de ampliación de la extradición a expresidente por el caso de la matanza de seis pobladores en Pativilca

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUS), con intensa labor de la Procuraduría Pública, consiguió la aprobación del Poder Judicial para un nuevo pedido de ampliación de la extradición del sentenciado expresidente Alberto Fujimori por el caso Pativilca, en el que se le acusa de tener responsabilidad en la ejecución extrajudicial de seis pobladores de los anexos de Pampa San José y Carequeño, en Pativilca, perpetrada por el grupo Colina en enero de 1992.

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Alberto Fujimori
Alberto Fujimori
Alberto FujimoriEl MINJUS deberá ahora elaborar un informe para el pedido de ampliación de la extradición y elevarlo a instancias de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Una vez que la PCM apruebe el documento, el Estado peruano podrá formular formalmente el pedido de ampliación de la extradición de Fujimori a la Corte Suprema de Justicia chilena.

El trámite, según el exprocurador Ronald Gamarra, demorará algunos meses, con lo cual el juicio al exmandatario por el caso Pativilca se iniciará, aproximadamente, a fines del próximo año. Siempre que la Corte Suprema de Justicia de Chile acepte la extradición.

Las víctimas del caso Pativilca fueron los campesinos César Rodríguez Esquivel y Felandro Castillo Manrique, el estudiante Jhon Calderón Ríos, el profesor Ernesto Arias Velásquez y el chofer Pedro Agüero Rivera.

NO MENOS DE 15 AÑOS DE PRISIÓN

En el sistema penal peruano se aplica la norma vigente al momento de la realización de los crímenes. Es así que, según explican fuentes de la Procuraduría, el delito por el que el exmandatario Alberto Fujimori será procesado responde a una pena privativa de la libertad no menor a 15 años, en caso de ser encontrado culpable.

VILLA STEIN LE DIJO NO AL PEDIDO

El 5 de setiembre pasado, la Corte Suprema, por encargo del presidente del Poder Judicial (PJ), Enrique Mendoza, le envió al secretario general del MINJUS, Ignacio Vallejos, la copia del oficio Nº273-2013-P-SPPCS, mediante el cual se informaba que la Sala Penal Permanente del PJ, que preside el vocal supremo Javier Villa Stein, declaró procedente la solicitud de ampliación del pedido de extradición.

No obstante, la sala liderada por Villa Stein tuvo que acudir a un magistrado dirimente para decidir la aprobación del pedido de ampliación de extradición. La juez suprema Janet Tello Gilardi fue convocada para tal tarea y con su voto –que fue decidido el 3 de setiembre pasado– se declaró procedente la ampliación de la extradición del exjefe de Estado Alberto Fujimori, quien cumple una pena de 25 años de prisión por los crímenes La Cantuta y Barrios Altos, calificados como de lesa humanidad y ejecutados por el grupo Colina.

Los jueces que apoyaron el pedido de extradición fueron Jorge Luis Salas Arenas, Hugo Príncipe Trujillo y Elvia Barrios Alvarado. Mientras que el presidente de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein, se pronunció en contra, siendo secundado en su decisión por el juez supremo Josué Pariona Pastrana.

La Sala Penal Permanente, bajo la dirección de Villa Stein, fue la misma que aprobó la polémica reducción de la pena de los miembros del grupo Colina por la matanza de Barrios Altos, además les retiró la calificación de delito de lesa humanidad a los crímenes cometidos por el grupo paramilitar. Con dicho fallo se beneficiaba no solo a los miembros del grupo Colina, sino también al exasesor presidencial Vladimiro Montesinos y al expresidente Alberto Fujimori. Luego del escándalo internacional, el Poder Judicial tuvo que anular el fallo de Villa Stein por pedido expreso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Las condenas de Fujimori

  • Fines de 2007. Fue condenado a seis años de prisión por el allanamiento ilegal de la casa de Trinidad Becerra y Vladimiro Montesinos.
  • 7 de abril de 2009. La Sala Penal Especial de la Corte Suprema le impuso una sentencia de 25 años de prisión por los asesinatos de nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta, y de 15 personas, incluyendo un niño de ocho años, en Barrios Altos. Además, por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, en abril de 1992.
  • 20 de julio de 2009. La Sala Penal Especial Suprema lo condenó a siete años y seis meses de cárcel por los delitos de peculado, contra la fe pública y falsedad ideológica, por pagarle 15 millones de dólares a Montesinos, por concepto de CTS, en setiembre del año 2000.
  • 30 de setiembre de 2009. Fujimori evadió a la Fiscalía y las palabras de los testigos al aceptar su responsabilidad penal en el espionaje telefónico, pago a medios de comunicación y la compra de congresistas tránsfugas. Lo condenaron a seis años de cárcel y a pagar una reparación civil de 24 millones 60 mil 216 nuevos soles, y 3 millones para cada víctima de chuponeo.

Publicado en Diario 16 el 24 de setiembre de 2013

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Piden 8 años para Fujimori por el caso “Diarios chicha”

La fiscal superior anticorrupción Delia Espinoza solicitó al Poder Judicial imponer una pena de ocho años de prisión al ex presidente Alberto Fujimori por el desvío de fondos del Estado para la compra de la línea editorial de los diarios chicha, en los años noventa.

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Alberto FujimoriAlberto FujimoriAdemás, solicitó que se le imponga tres años de inhabilitación y el pago de tres millones de soles de reparación civil. La acusación fue presentada ante la 4° Sala Penal Liquidadora, que se encargará del juicio público respectivo.

Esta acusación es consecuencia de la ampliación de la extradición concedida por Chile, en noviembre pasado.

De acuerdo con la Fiscalía, Alberto Fujimori se valió de su condición de presidente de la República para desviar 122 millones de soles de los fondos de las FFAA al Servicio de Inteligencia Nacional.

Luego ese dinero fue usado para la compra de los diarios ‘chicha’ que apoyaron su tercer reelección consecutiva el año 2000, mientras destruían la imagen de sus opositores.

Publicado en La República el 16 de marzo de 2013

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Fujimori a juicio por financiar ‘prensa chicha’ con fondos públicos

Por María Elena Hidalgo

  • Alberto Fujimori enfrentará un nuevo juicio penal por corrupción.

La Corte Suprema de Chile acogió la demanda del Estado peruano para procesar al ex mandatario por ordenar el desvío de 120 millones de soles del presupuesto de las Fuerzas Armadas con el propósito de financiar a la “prensa chicha”.

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Según la Corte Suprema de Chile, está probado que Alberto Fujimori dispuso de los fondos de las FFAA para financiar a la "prensa chicha"Según la Corte Suprema de Chile, está probado que Alberto Fujimori dispuso de los fondos de las FFAA para financiar a la “prensa chicha”Entre 1998 y el 2000, los diarios de corte popular y sensacionalista y de bajo precio publicaron contenidos fabricados por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), con la finalidad de desprestigiar a los adversarios políticos del régimen y calumniar a periodistas independientes que investigaban la corrupción. Al mismo tiempo, los periódicos destacaban la imagen de Fujimori como parte de su campaña por la reelección.

El dinero dilapidado del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea era acopiado y administrado por el ex jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, quien sobornaba a los diarios populares para que publicaran portadas y contenidos agraviantes todos los días, semana a semana, mes a mes, año a año.

ASÍ COMENZÓ

El 25 de enero del 2005, el Poder Judicial condenó a 29 personas por el caso de la “prensa chicha”, entre ellos a Montesinos, a varios ex comandantes generales de los institutos armados, así como a los propietarios y directores de los periódicos subvencionados. Pero quedó pendiente el proceso contra Fujimori.

Como consecuencia de esta sentencia, en el 2008 el Poder Judicial solicitó al Ministerio de Justicia que iniciara los trámites ante la Corte Suprema chilena para que ampliase la extradición a Fujimori a fin de enjuiciarlo por el caso de la “prensa chicha”.

El 14 de setiembre, la Corte Suprema de Chile falló a favor del requerimiento de la justicia peruana.

Mientras el abogado de Fujimori apeló la resolución de la justicia chilena, simultáneamente los hijos del ex presidente y los dirigentes del fujimorismo emprendieron una vigorosa campaña para que el mandatario Ollanta Humala le conceda el indulto humanitario.

Los fujimoristas confiaban en que el ex presidente recibiría el indulto antes de que se conociera el fallo de la justicia chilena, por eso incrementaron la presión sobre el Ejecutivo mediante despliegues mediáticos. Pero la Corte Suprema de Chile se adelantó y autorizó por decisión unánime el proceso contra Fujimori.

El procurador anticorrupción Julio Arbizu explicó a La República que si se le otorgase el indulto a Fujimori, solo se le anularían las sentencias vigentes por delitos de corrupción y lesa humanidad, pero no así por el caso de la “prensa chicha”, porque se trata de un nuevo juicio penal. Además, tendría que volver a prisión, porque en este proceso Fujimori tiene orden de detención (ver nota aparte).

Con la luz verde de la Corte Suprema chilena, ahora corresponde al Ministerio Público formular acusación contra Fujimori. El juicio podría arrancar a más tardar en enero del año próximo.

TESTIMONIOS DE CARGO

Según el fallo de la justicia chilena, la defensa peruana acreditó “que existe una desviación o sustracción de fondos del Estado ordenada por la máxima autoridad política (el ex presidente Fujimori) encargada de la gestión, administración e inversión de sus fondos, para fines no públicos, sino de su propio y particular interés político”.

De acuerdo con la resolución chilena, “el delito por el que se accede a la petición de extradición solicitada por el Gobierno de Perú denominado ‘Caso Diarios Chicha’ corresponde al de malversación de caudales públicos previsto y sancionado en el artículo 233º del Código Penal Chileno”.

Además, la justicia chilena precisó que la responsabilidad de Fujimori queda acreditada porque sus subordinados actuaron de acuerdo con los dictados de este, ya que existió lo que se conoce como “empresa criminal conjunta”.

“Cuando existe un ‘plan común’ o ‘propósito común’ que ordena, o en el cual participa el jefe, este resulta penalmente responsable de los delitos cometidos por los subordinados”, indica el fallo.

Precisamente, al respecto, el abogado que ejerció la defensa del Perú ante la Corte Suprema de Chile, Alfredo Etcheberry, relató en su momento a La República que la evidencia más fuerte contra Fujimori consistía en el conjunto de declaraciones de sus ex subordinados, que le atribuían haber autorizado el desvío de fondos para subvencionar a los “diarios chicha”.

“En el pedido de ampliación de extradición se invocó la indiscutible y estrecha vinculación entre el ex presidente Fujimori y Montesinos, y la circunstancia de que en último término los pagos ilegítimos iban en beneficio de la reelección de Fujimori”, dijo Etcheberry.

Y fue justamente Montesinos quien, durante el juicio que enfrentó por el caso, señaló la responsabilidad del ex jefe del Estado: “Fujimori me ordena que se realice un estudio de medición de opinión pública sobre la aceptación que tenían los denominados diarios chicha […]. Decidió que debería iniciarse un contacto con los diarios ‘Mañanero’, ‘La Chuchi’, ‘Diario Más’, ‘El Chato’, ‘Conclusión’, ‘El Tío’ y ‘La Yuca’ […]. Se paga a los periódicos con la finalidad de difundir la imagen de Fujimori y apoyar su campaña de reelección presidencial, así como cuestionar a los opositores políticos. Todo se hizo en beneficio exclusivo del ex presidente Fujimori y por orden expresa del mismo es que se implementó esa tarea”, expresó el ex asesor presidencial.

También declararon en el mismo sentido el ex comandante general del Ejército general (r) José Villanueva, el ex comandante general de la FAP teniente general (r) Elesván Bello, el ex ministro de Defensa general (r) Carlos Bergamino, entre otros altos mandos.

Villanueva manifestó que el propio Fujimori le dijo que debía transferir los fondos al SIN: “Fujimori me manifestó que era correcto (el desvío del dinero) y que se venía haciendo así desde hacía unos años. […]La intención era transferir fondos a la Presidencia de la República por intermedio del SIN”, afirmó el general Villanueva. Son testimonios demoledores.

PROCURADOR JULIO ARBIZU: “DELITO ATRIBUIDO A FUJIMORI NO HA PRESCRITO”

Para el procurador anticorrupción Julio Arbizu, la Corte Suprema de Chile confirmó que Alberto Fujimori dispuso de los fondos públicos para beneficio político propio.

“La justicia chilena ha certificado que desde el más alto nivel del Ejecutivo provino la orden para la desviación de fondos de las Fuerzas Armadas hacia los periódicos ‘chicha’, a fin de que hicieran campaña por la reelección de Fujimori”, arguyó Arbizu.

Respecto a que la defensa del ex presidente afirma que el delito que se le atribuye a Fujimori ha prescrito, el procurador respondió que la Corte Suprema desechó ese argumento y que por eso accedió a ampliar la extradición.

Arbizu recordó que Fujimori ha perdido el derecho al antejuicio, por lo tanto será juzgado por un tribunal superior.

Para el procurador, hay suficiente evidencia contra el ex jefe del Estado, “como las declaraciones de los ex jefes militares que señalaron que Fujimori dio la orden”.

EN CIFRAS

  • 6 mil dólares pagaba Montesinos a los diarios “chicha” por cada portada.
  • 50 mil dólares pagó el SIN por la marca “Referéndum”, un diario que era de oposición.
  • 8 años de prisión recibiría Fujimori si es sentenciado.
  • 29 personas ya fueron condenadas por el caso de la “prensa chicha”.

ENFOQUE

Ángel Páez

Jefe de la Unidad de Investigación

Baldón para la campaña mediática

Qué ironía. Justo en el momento en que arreciaba la campaña mediática para que el Ejecutivo autorice a Alberto Fujimori conceder una entrevista a una radioemisora de su preferencia, la Corte Suprema de Chile accedió a que la justicia peruana enjuicie al ex mandatario por financiar a los “diarios chicha” para masacrar a los opositores del gobierno y a los periodistas independientes.

Los que hoy reclaman a gritos que se le permita a Fujimori expresarse con libertad –no obstante que la norma no se lo permite– no emitieron una sola palabra de protesta cuando los periódicos populares, todos los días, notoriamente financiados por el SIN, destrozaban la reputación de quienes estaban en contra de la reelección o destapaban la corrupción del régimen.

Hay que leer la sentencia de la Corte Suprema de Chile para formarse una idea de la dimensión del acto de corrupción que perpetró Fujimori. La justicia sureña señala que está acreditado que el ex jefe del Estado concertó una acción criminal con sus subordinados con la finalidad de beneficiarse políticamente, para lo que no dudó en usar recursos públicos. El fallo es un baldón para quienes exigen libertad de expresión a favor de un ex presidente que la pisoteó sistemática y concienzudamente.

Publicado en La República, el 14 de noviembre de 2012

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Accomarca: una oportunidad histórica para la justicia peruana

Por Gloria Cano – Abogada APRODEH

 

“La población sirve a Sendero para sustentarla… para curar sus heridas… para darle protección y encubrirla… para renovar sus cuadros… la contra subversión debe impedir que la subversión gane a la población… y como lo señala el Operativo Huancayocc, eliminar las zonas rojas”

 Declaración de Sinesio Jarama ante el Senado (17/09/1985)

 

Accomarca, una pequeña comunidad de la provincia de Vilcashuamán, en el departamento de Ayacucho, fue escenario de una de las más cruentas acciones de violencia que asoló nuestro país.

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A inicios de los ochenta, Sendero Luminoso se desplazaba por esta zona, amenazando y asesinando a las autoridades y a todo aquel que se le opusiera. Las Fuerzas Armadas, desde su ingreso a las zonas de emergencia ostentando el control político militar, ejecutaron una estrategia de tierra arrasada, sin importar el costo de la vida inocente. Para ello, utilizaron el mismo método que Sendero Luminoso: el terror.

A fines de julio de 1985, el Ejército detuvo a un senderista quien señaló la quebrada de Huancayocc y Llocllapampa como lugares donde se desarrollarían escuelas populares. Así, el comando político militar a cargo del general Wilfredo Mori, elaboró y aprobó el “Plan Huancayocc”. Según éste, las patrullas debían cercar la quebrada y las posibles rutas de salida a fin de acorralar, perseguir y eliminar a los presuntos subversivos que se encontraban en la zona.

En la reunión de coordinación realizada entre el jefe de la base militar de Vilcashuamán, Capitán Helber Gálvez, el Coronel José Williams Zapata, el sub teniente Telmo Hurtado, el teniente Juan Rivera Rondón y el coordinador del operativo, el oficial Carlos Medina Delgado se estableció que toda aquella persona que se encontrara dentro del radio cercado, debía ser considerada terrorista comunista. Evidentemente esta acción, lejos de proteger a la comunidad, buscaba castigarla.

En las primeras horas del 14 de agosto de 1985, las patrullas militares cercaron la zona de acuerdo al plan, llamaron a asamblea a los pobladores, quienes temerosos asistieron al llamado. Otros optaron por esconderse dentro de la quebrada, para entonces, se conocía de otras masacres en Ayacucho. Esta vez el presagio se tornó realidad: Accomarca se tiñó de la sangre de 69 personas, la mayoría niños (30), mujeres (27) y ancianos. Las mujeres fueron separadas y violadas antes de ser eliminadas. Las víctimas fueron encerradas en una choza, ejecutadas con disparos de ametralladoras, luego, se les arrojó una granada que luego de explotar ocasionó un incendio.

Quienes salvaron de morir esperaron que las patrullas se alejaran para acudir en ayuda de las víctimas. Sólo encontraron cuerpos quemados y destrozados, los cubrieron con tierra para evitar su desaparición. Sabían que, desde ese momento, corrían peligro. No se equivocaron. Algunos testigos fueron asesinados tras denunciar lo ocurrido.

Ya hubieran querido los asesinos acallar estos terribles hechos. No lo lograron. Por más de dos décadas, la memoria de lo ocurrido mantuvo unidos a los familiares y a la comunidad de Accomarca. Con el mismo dolor y coraje, resguardaron los cuerpos y el testimonio de los que aún quedaban con vida.

Hoy, veinticinco años después de aquel terrible crimen, las familias pueden ver cara a cara a quienes ordenaron y ejecutaron las muertes de sus seres queridos. Hoy, los responsables se encuentran en el banquillo de los acusados. La fiscalía ha solicitado para ellos una pena de veinticinco años de prisión.

Pero todos preguntamos: ¿Por qué Telmo Hurtado y Castañeda Castillo no están junto al resto de acusados?

Hurtado y Castañeda, al igual que Rivera Rondón, ingresaron con mentiras a Estados Unidos y se refugiaron en dicho país tratando de evadir a la justicia. Rivera Rondón fue deportado por las autoridades norteamericanas. La extradición de Castañeda Castillo es tramitada, en forma parsimoniosa, por las autoridades peruanas. Telmo Hurtado ha agotado sin éxito, las vías legales para evitar la extradición. Sin embargo, aún no es traído al Perú. Lo real es que el gobierno no pone ningún interés en agilizar los trámites pendientes.

Apenas ocurrida la masacre, los accomarquinos decidieron enfrentar, a pesar del riesgo, la búsqueda de justicia. La primera respuesta del Poder Judicial fue la abdicación de su función a favor del fuero militar, a sabiendas que sólo encubrirían a los responsables. En efecto: Telmo Hurtado fue absuelto del delito de homicidio, luego ascendido. Pese a su confesión, no hubo castigo. ¿Por qué habría de serlo? Lo ejecutado en la quebrada estaba de acuerdo al plan aprobado.

Las reaperturas de casos de violación a los derechos humanos ofrecen una nueva oportunidad al Poder Judicial de dar una respuesta a la población y a la historia. El juicio iniciado hace pocas semanas por el caso Accomarca, debe desarrollarse con las garantías para que sea transparente y objetivo. La sanción debe alcanzar no sólo al ejecutor del disparo, sino también a quien elaboró, aprobó y coordinó el plan, a quienes protegieron a los asesinos; de igual modo, deben darse medidas de reparación individual y comunal. Después de veinticinco años, la violencia, el abuso y la indiferencia no deben quedar impunes.

Publicado por primera vez en NoticiasSER.pe, 5 enero 2011