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News Reports on Transitional Justice in Peru

Fiscalías de DDHH y de Terrorismo de Ayacucho archivaron 1.335 casos

Por María Elena Castillo y Elías Navarro

Una cifra alarmante. A mediados de agosto último las fiscalías de derechos humanos y terrorismo de Ayacucho enviaron sus estadísticas de casos a la Presidencia de la Junta de Fiscales Superiores de esa localidad. Los datos reflejan que se archivaron 1,335 casos y solo en 103 se formalizaron denuncias penales.

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Heridas abiertas. Familiares de desaparecidos y asesinados durante la violencia política reclaman justicia. No cesarán hasta alcanzarla
Heridas abiertas. Familiares de desaparecidos y asesinados durante la violencia política reclaman justicia. No cesarán hasta alcanzarla
Heridas abiertas. Familiares de desaparecidos y
asesinados durante la violencia política reclaman justicia.
No cesarán hasta alcanzarla
“Esta es una situación altamente preocupante, que muestra una tendencia hacia la impunidad”, advirtió la directora de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Gloria Cano.

En el caso de la Primera Fiscalía Penal Supraprovincial, las estadísticas revelan que de las 3,088 denuncias recibidas desde el 2000, 411 tienen archivo definitivo y 246 provisional y apenas 81 casos pasaron al Poder Judicial.

Algo similar ocurre en la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial. Allí se cerraron definitivamente 213 expedientes y 233 de forma provisional. Solo se denunció en 21 casos.

Mientras que en la Fiscalía Penal Supraprovincial de Huancavelica y Ayacucho, 128 se archivaron de manera definitiva y 104 de forma temporal. Solamente en 11 se formalizó una denuncia.

“Solicitamos la información oficial a la Junta de Fiscales de Ayacucho porque teníamos indicios de este problema. Las cifras han superado lo que esperábamos encontrar”, sostuvo

Agregó que fuentes vinculadas al sector les han alertado sobre la intención de archivar de forma definitiva todos los expedientes cerrados provisionalmente. Explicó que en el primer caso simplemente no se constató que el delito se haya producido, mientras que en el segundo, se comprobó el hecho pero no se puede individualizar al responsable.

“Si hacen eso afectarán el derecho a la justicia de más de mil 500 víctimas, pues muchas de las denuncias se refieren a la desaparición o muerte de más de una persona”, manifestó la abogada.

POR FALTA DE DATOS

Uno de esos casos es el del registrador municipal Teófilo Ramos Gamboa, quien fue secuestrado el 18 de mayo de 1986 por una patrulla militar y llevado al Cuartel Los Cabitos, de Huamanga, encontrándose hasta ahora en calidad de desaparecido.

Hace dos meses, su esposa, Felícita Delgadillo, fue notificada de que el caso se archivó provisionalmente, a pesar de los testimonios que dieron los testigos de la desaparición.

“He pasado 27 años exigiendo justicia. Por todos lados pregunté por mi esposo, lo busqué en los cerros, donde aparecían los muertos, por todos lados hemos caminado, junto a otras mujeres que preguntaban por sus esposos, por sus hijos. La justicia me han negado”, dijo con desesperanza.

El caso fue denunciado incluso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que emitió un pronunciamiento para que se investigue la desaparición de Ramos Gamboa.

Y pese a ello la fiscalía archivó el caso. La resolución señala que no se tiene evidencias suficientes para verificar la “verosimilitud” de los testimonios de los familiares y testigos de la detención, ni de la “posible participación en los hechos investigados por parte de efectivos militares que habrían prestado servicios en la Segunda División de Infantería de Ayacucho en el año 1986”.

Felícita fue testigo directo de la detención. Recordó que esa noche dormían en la casa de su suegra cuando los militares entraron violentamente. Cuando ella pidió explicaciones de por qué se llevaban a su esposo le gritaron: “¡Cállate, terruca; si gritas te disparo!”.

“Lo sacaron de la casa, amarraron sus manos hacia atrás y se lo llevaron en un carro portatropas. Había un civil con una lista en sus manos”, relató con detalle, pues a pesar del tiempo transcurrido, recuerda muy bien lo que sucedió, pues esa noche cambió su vida.

“Hasta ahora no encuentro los restos de mi esposo para poder enterrarlo y rezar oraciones en su memoria. Eso me daría tranquilidad. No estoy conforme con la decisión del fiscal. He pasado años buscando respuestas y hasta ahora no encuentro la verdad ni justicia. Voy a luchar hasta alcanzarlas”, expresó.

NO UNO SINO MUCHOS

Otro caso archivado, que también cuenta con recomendación de la CIDH, es el del profesor Virgilio Fortunato Huarancca Araujo, asesinado en 1983 en el distrito Paras, provincia de Cangallo.

Su esposa, Felicitas Morales Aronés, contó que el 10 de abril de ese año Huarancca fue detenido y ejecutado por una patrulla de Sinchis.

A pesar de que los testigos que vieron la detención testificaron, el caso se archivó de manera definitiva, también porque el fiscal concluyó que no existen documentos ni indicios suficientes para individualizar a los presuntos autores, ya que el Ministerio del Interior no respondió a sus requerimientos.

El mismo problema tiene el caso de once pobladores de Accomarca, ejecutados extrajudicialmente el 3 de setiembre de 1983 por efectivos militares.

Primitivo Quispe Pulido refirió que en esa operación mataron a su hermano, José Cupertino, a su esposa, Maura Baldeón Gamboa, y sus hijos, José y Janeth Quispe Baldeón, de 2 y 4 años de edad respectivamente.

El fiscal archivó el caso provisionalmente porque el Ministerio de Defensa (Mindef) no brindó información sobre los militares que prestaron servicio en el destacamento militar de Vilcashuamán en esa fecha, afirmando que no tienen esa información registrada.

Feliciana Valencia Nanaq pasa por el mismo calvario, por el archivo de la investigación por el asesinato de su padre, Zenón Valencia Navarro, cometido el 24 de junio de 1989, en el distrito de Ayahuanco.

Varios testigos vieron cuando una patrulla Militar de Pampas (Tayacaja), al mando del capitán “Águila”, llegó al centro poblado de Pampa Coris y asesinó a 30 campesinos. Sin embargo, el Mindef tampoco ha respondido a la solicitud de identificación de la fiscalía.

DEFENSORÍA CRITICA LENTITUD

En su último reporte sobre los avances en justicia y reparación a las víctimas de la violencia política, la Defensoría del Pueblo advirtió que el proceso de judicialización ha sido muy lento y ha tenido muchas limitaciones.

La comisionada para la adjuntía de Derechos Humanos, Marlene Román, refirió que uno de los problemas que han motivado el archivo de un gran número de investigaciones fiscales es que el Ministerio de Defensa no entrega los informes para identificar a los presuntos responsables de las violaciones a derechos humanos.

Agregó que el subsistema de derechos humanos no cuenta con una estrategia para encarar el desafío de investigar un número tan elevado de denuncias y de tanta complejidad, y que falta capacitación de jueces y fiscales, los que ahora también ven denuncias de terrorismo y narcotráfico.

Publicado en La República el 29 de setiembre de 2013

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Entregan los restos de tres desaparecidos por soldados

  • Fueron enterrados clandestinamente en cuartel Cabitos. Identificación permitirá que familiares los sepulten.

Por Elías Navarro

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Ayacucho

Víctimas. Además de Albino Flores, falta identificar a 50 © Elías NavarroVíctimas. Además de Albino Flores, falta identificar a 50 © Elías NavarroEl Ministerio Público entregó a los familiares los cuerpos de tres primeras víctimas exhumadas en el cuartel Los Cabitos, lugar donde fueron sepultados clandestinamente los cadáveres de cientos de personas secuestradas y desaparecidas por militares, entre los años 1983 y 1985, en Ayacucho.

La identificación de los cadáveres de Albino Flores Alvites y del joven de 17 años Edy Sulca Gómez, lo realizaron los expertos forenses mediante los procedimientos científicos de ADN. Solo Antonio Flores Albites, hijo de Albino Flores, fue identificado mediante el análisis antropológico forense.

La fiscal especializada en derechos humanos, Jousy Aburto Garavito, oficializó la entrega de los restos, para que los familiares puedan darles una cristiana sepultura y recordarlo por siempre.

“Pedimos a la fiscalía que de una vez judicialice el caso para que los responsables de estos crímenes sean juzgados y sancionados con todo el peso de la ley, no solo a los que ordenaron, sino también a los que ejecutaron extrajudicialmente a nuestros familiares”, dijo Hayde Flores Albites, hija de Albino Flores.

La Dra. Gloria Cano, representante de Aprodeh, organismo que patrocina a los familiares de las víctimas, exigió que el Ministerio Público judicialice el caso y no dilate más el tiempo, pues la identificación de estos cuerpos también reforzará la decisión de la fiscalía para formalizar la denuncia contra oficiales del Ejército por los hechos de desaparición, tortura y ejecuciones extrajudiciales ocurridas entre los años 1983 y 1985.

Haydeé Flores Albites cuenta que el 7 de febrero de 1985, su padre Albino Flores y su hermano Antonio fueron secuestrados de su casa, ubicada en el Jr. Pisco Nro. 104 de Barrios Altos, en Huamanga.

La otra víctima identificada es Edy Sulca Gómez quien tenía 17 años, y estudiaba en el quinto de secundaria y era brigadier de su salón, en el colegio San Ramón, de Ayacucho. Destacaba en el deporte y la artesanía.

Publicado en La República el 23 de abril de 2013

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Hoy se inician audiencias por el caso Chuschi en Ayacucho

Del 16 al 18 de abril, la Sala Penal Nacional se traslada a la ciudad de Huamanga, Ayacucho para escuchar los testimonios de los familiares de Manuel Pacotaype Chaupín, Martín Cayllahua Galindo, Marcelo Cabana Tucno y al menor, Isaías Huamán Vilca, quienes fueron atados y trasladados al Cuartel Militar de Pampa Cangallo y hasta la fecha no se conoce su paradero.

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Las audiencias se realizarán los días 16 y 17 en la sala de audiencias de la Corte Superior de Ayacucho. El 18 se realizará la inspección en Pampa Cangallo.

Los testimonios estarán a cargo de las esposas y la mamá de los desaparecidos, así como de 3 testigos.

Junto a ellos, estará la doctora Gloria Cano, Directora de la Asociación Pro derechos Humanos – Aprodeh y abogada de las víctimas.

Familiares de ChuschiFamiliares de Chuschi

Publicado en la CNDDHH el 16 de abril de 2013

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CASO ACCOMARCA. Ricardo Uceda: “El Ejército ha debido saber lo que pasó”

  • Clave. Periodista, autor del libro Muerte en el Pentagonito, fue citado para que relate lo que investigó sobre Accomarca.

Por Gabriel Mazzei

“No se me ocurre que para un operativo tan delicado la comandancia general del Ejército haya estado apartada de lo que sucedió en Accomarca”, reveló Ricardo Uceda durante el juicio por el caso Accomarca a cargo de la Sala Penal Nacional.

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© La Mula© La MulaUceda fue citado por el Ministerio Público para que declare a raíz de su libro “Muerte en el Pentagonito”, en donde, en uno de sus capítulos, narra los hechos acaecidos en Accomarca.

El periodista narró el pasado jueves ante el tribunal, presidido por el juez superior Ricardo Brousset, que las órdenes militares que se impartieron para hacer desaparecer a 69 campesinos, el 14 de agosto de 1985, y luego incinerarlos, “fueron verbales”.

TESTIGO DIRECTO

“Una de mis fuentes en este episodio fue César Martínez Uribe Restrepo y he pensado mucho en decir su nombre, pues él no me autorizó a revelarlo, pero creo que en este caso no lo voy a incriminar”, indicó.

Martínez Uribe Restrepo fue responsable de inteligencia del Estado Mayor en esa zona.

“Él me dijo que el Comando Político Militar no sabía del operativo”, agregó.

No obstante, Juan José Quispe, abogado de la parte civil, mencionó que Martínez Uribe Restrepo es acusado en este caso por haber ordenado que se elimine a todo elemento subversivo en esa zona.

Uceda refirió además que lo sustantivo de su narración es que el Ejército decidió desenterrar los cadáveres ejecutados –una vez que el presidente de ese entonces, Alan García, se enteró de los hechos– para incinerarlos en un horno.

Clave

Fuente. Ricardo Uceda desestimó una vez más las acusaciones de Jesús Sosa Saavedra de haberlo escondido en su casa cuando era prófugo de la justicia. Sosa fue una de las fuentes consultadas para su libro “Muerte en el Pentagonito”.

Publicado en La Republica el 15 de abril de 2013

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CASO MATERO: Una nueva absolución

Rigthsperu, 10 de abril de 2013 – El día viernes 5 de abril, a las 8 de la noche, es decir, doce horas después de la hora prevista, se realizó la lectura de sentencia del caso Matero, donde el militar acusado Marino Nemecio Ambía Vivanco fue absuelto del cargo de desaparición forzada contra Seferino Quispe Pillaca, Albino Quino Sulca, Melchor Tineo Pérez y Martin Escriba Pillaca, ocurrida en Matero, Ayacucho, entre el 25 y 30 de julio de 1986, cuando Ambía era subteniente.

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Marino Nemesio Ambía Vivanco, único acusado en el tercer juicio del caso Matero, fue absuelto por votación en mayoría © La RepúblicaMarino Nemesio Ambía Vivanco, único acusado en el tercer juicio del caso Matero, fue absuelto por votación en mayoría © La RepúblicaEste es el tercer juicio del caso Matero (ver nota). Y pese a los numerosos testimonios que denunciaban a “Rubén” como el militar que dirigió la detención arbitraria de estos pobladores, y que sindicaban a Marino Ambía como el teniente “Rubén”, los jueces, por votación en mayoría, indicaron que los testimonios y las pruebas presentadas por la Fiscalía no eran suficientes para determinar la responsabilidad de Ambía y más bien, creaban una duda razonable sobre su presencia en Matero en las fechas de las desapariciones forzadas.

Los jueces en mayoría se plegaron a los argumentos de la defensa del acusado. Consideraron que las declaraciones de los familiares y pobladores de Matero debían ser tomados con reserva porque estaban inducidos por las dos sentencias anteriores. Lo propio manifestaron sobre el testimonio clave de Francisca Janampa, pobladora detenida y recluida en el cuartel de Cangallo con sus dos hijos menores, el cual, consideraron había sido inconsistente en las 8 veces que rindió su manifestación por el mismo caso desde 1986. Así también, indicaron que los testigos hablaron de un “Rubén” o “Robin”, lo cual, no lograron saber si “Robin” se refería a otro militar o era una interferencia lingüística (por el quechuahablante que al hablar en castellano modifica las letras U por la O, y la E por la I).

El voto dirimente fue del juez Marco Cerna Bazán, quien sustentó todo lo contrario a la votación en mayoría. A partir de la teoría del lenguaje, Cerna analizó los testimonios y los valoró desde el aspecto semántico y referencial; consideró que los jueces en mayoría estaban deslegitimando los testimonios por haber discrepancias en los detalles del testimonio, mas no en lo sustancial; así, consideró que el testimonio de Francisca Janampa había sido consistente y coherente en lo medular, en sus 8 declaraciones dadas desde 1986 y que los testimonios de los familiares de las víctimas y pobladores de Matero testigos de la detención, fortalecían dicho testimonio clave. Para Cerna, Ambía era el responsable mediato de la desaparición forzada de las 4 víctimas.

Sin embargo, el voto en mayoría generó la absolución del acusado y la protesta airada y desesperada de los familiares de las víctimas. Los familiares a expresaron su indignación gritándole a los jueces en mayoría que eran unos corruptos y a Ambía “¡asesino!, ¡solo dime dónde están los cuerpos! ¡solo quiero enterrarlo!”. Ambía fue escoltado hasta la salida por los miembros de seguridad, y los familiares, llenos de indignación, salieron de la sala entre lágrimas preguntándose cuánto tiempo más tendrán que esperar por justicia, para encontrar a sus seres queridos.

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Más notas sobre la absolución:

La Republica

Absuelven a principal implicado en caso Matero

La Sala Penal Nacional absolvió al militar en actividad Marino Ambía Camacho por la desaparición de cuatro campesinos en la localidad de Matero en Cangallo en 1986.

El fallo fue en mayoría. El presidente de la sala, David Loli Bonilla y el juez superior Teófilo Salvador Neyra votaron a favor de la absolución de Ambía Camacho, mientras que Marco Cerna Bazán se opuso a dicho veredicto y su abogado anunció que apelará.

Esta es la tercera absolución del imputado en este caso. La Corte Suprema anuló las dos primeras y dispuso nuevos juicios. El abogado de IDL Juan José Quispe recordó que Ambía, extrañamente, brindó seguridad a los jueces de la Sala Penal cuando realizaron diligencias por el caso Pucará.

Ambía pertenece a la Promoción 1984 Héroes de Pucará y Marcavalle, de la que forma parte el presidente Ollanta Humala.

Publicado en La República el 8 de abril de 2013

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Ayacucho: Afectados por violencia política piden a cardenal Cipriani no intervenir en caso Fujimori

  • Ideele Radio – Ello en respuesta al cardenal Juan Luis Cipriani, quien consideró que el presidente Humala debe tomar ya una decisión sobre el pedido de indulto humanitario.

Ayacucho (Mario Zenitagoya).- La Coordinadora Regional de Organizaciones Afectados por la Violencia Política de Ayacucho (Coravip) solicitó al cardenal Juan Luis Cipriani no intervenir en el pedido de indulto humanitario en favor del expresidente Alberto Fujimori, informó Percy Huauya Bautista, representante de esta organización.

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CORAVIP Ayacucho“El cardenal durante los años de violencia que vivió Ayacucho, cuando se desempeñaba como arzobispo, no fue la voz que defienda a las personas humildes, por el contrario, cerró la puerta de su despacho a las personas que pedían apoyo ante los hechos de violación de derechos humanos. Esa actitud no es olvidada hasta la fecha, por ello, no debe intervenir en este caso”, declaró al corresponsal de Ideeleradio.

Por su parte, Carlos Condori Castillo, excoordinador de la Mesa Concertación de Lucha Contra la Pobreza en Ayacucho, indicó que se debe cumplir con los procedimientos establecidos antes de otorgar un indulto humanitario. En ese sentido, señaló que no es una decisión solamente del Presidente de la República, sino de todo un equipo especializado.

Cabe señalar que el cardenal Juan Luis Cipriani consideró que el presidente Ollanta Humala debe tomar ya una decisión sobre el pedido de indulto humanitario a favor del exmandatario Alberto Fujimori, porque este tema ya está “suficientemente maduro”

Publicado en Ideele Radio el 1º de abril de 2013

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CASO MATERO: Lectura de sentencia

Por Jo-Marie Burt y María Rodríguez

7 de marzo 2013

Una audiencia está programagada en el sede de la Sala Penal Nacional para el 26 de marzo en la cual se dictará la tercera sentencia por el caso de desaparición forzada de 4 campesinos, Severino Quispe, Albino Quino, Tineo Pérez y Martín Escriba, en la comunidad de Matero, Ayacucho, entre el 26 y 30 de julio de 1986. Las dos sentencias anteriores fueron emitidas en los años 2008 y 2010, y ambas fueron anuladas por la Corte Suprema.

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Familiares caso MateroFamiliares caso MateroEn agosto del 2008 la Sala Penal absolvió a los 5 imputados, tres policías y dos militares: Capitán de la PIP Silvio Hugo Sartor Espinoza, Mayor de la PIP Teodoro Maraví Gómez, y el miembro de la Policía Javier Augusto Culquicondor Díaz; así como el Teniente Coronel del Ejército Carlos Armando Bardales Angulo y Teniente del Ejército Marino Nemesio Ambia Vivanco. La absolución fue basada en la desestimación de la evidencia vertida por la Fiscalía y la parte civil —el testimonio de familiares de las víctimas, que fueron testigos presenciales de la detención— con el argumento que dichas personas tenían “un interés directo en el resultado, y con una carga de subjetividad, que se advierte se sus propios declaraciones….” (Sentencia del 8 de agosto del 2008, Sala Penal Nacional).

Tanto el Ministerio Público como los familiares y sus abogados criticaron duramente la sentencia, que luego fue anulada por la Corte Suprema, por lo menos con respecto a 3 de los imputados, y se ordenó la apertura de un nuevo juicio oral.

Sin embargo, en el nuevo juicio oral, la Sala Penal volvió a absolver a los tres imputados en abril de 2010: los ex militares Carlos Bardales, Marino Ambia y el policía Javier Culquicóndor. Mientras la Sala confirmó la detención y desaparición forzada de los agraviados, argumentó que no hubo órdenes ni evidencia de que los tres imputados sean los responsables. Para ello, exigieron una prueba directa —una orden escrita— que casi nunca se dan en casos de desaparición forzada, que de hecho es una práctica clandestina e ilegal. Nuevamente la Fiscalía y los abogados de las víctimas apelaron, y La Corte Suprema volvió a anular la sentencia

En este tercer juicio para el caso Matero, el único acusado es el oficial EP Marino Nemesio Ambía Vivanco (a) “Rubén” o “Robin”, jefe de la patrulla que efectuó las detenciones, y que ha sido reconocido por los familiares y pobladores de la zona.

Este caso pone en evidencia la tendencia de la Sala Penal Nacional a absolver a los altos mandos (el capitán, teniente coronel y mayor) mientras que la responsabilidad recae en los ejecutores directos. Ello contradice la jurisprudencia del mismo Poder Judicial peruano —por ejemplo, la sentencia a Fujimori, que responsabiliza a los autores intelectuales o mediatos y establece la cadena de mando— así como jurisprudencia internacional al respecto.

Les alcanzamos algunas notas periodísticas sobre este caso tan complejo.

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Deslindes, Materio espera justicia

Por Gloria Cano (Abogada de Aprodeh)

Matero es una localidad anexa del distrito de Cangallo, ubicada en la provincia del mismo nombre, en Ayacucho. Matero fue una zona, como tantas otras en nuestro país, duramente golpeada por la violencia que azotó desde inicios de los años 80. En 1986, las fuerzas de seguridad encargadas de hacer frente a la subversión estaban acantonadas en una base militar en la capital de la provincia, Cangallo. Desde ahí salían frecuentes patrullas militares a rondar la zona. En esos años, los integrantes de Sendero asesinaban a todo aquel que se oponía a sus objetivos o se negaba a darle a ayuda. La respuesta del Estado no fue menos violenta: sospechaban que todos eran senderistas o posibles aliados de la subversión. Es así como en esos años ocurrieron masacres como las de Pucayacu, Accomarca, Umaru-Bellavista, Pujas y Pomatambo y Parcco Alto. Para esa época, la base militar de Cabitos se había convertido ya en el principal centro clandestino de reclusión, tortura, ejecución y desaparición de todo el departamento.

La mañana del 25 de julio, una patrulla militar al mando del teniente EP Marino Nemesio Ambía Vivanco, de apelativo “Rubén” o “Robin”, se dirigió desde la Base Militar BIM 34 de Cangallo hacia Putica. Una vez ahí, reclutó a un colaborador –quien previamente había tenido una rencilla con la población de Matero– para que acompañara a la patrulla y ayudara a identificar a las personas que aparecían en una lista. La misión en Matero era detener a cuatro ciudadanos de dicha localidad.

Los efectivos ingresaron con violencia a la casa de Seferino Quispe Pillaca (19), estudiante y obrero, y con la misma violencia lo arrancaron de su hogar sin que su madre Agripina Pillaca pudiera evitarlo. El domicilio de Albino Quino también fue incursionado de forma violenta, pero al no encontrarlo, los efectivos militares detuvieron a su esposa Francisca y sus dos menores hijos. Luego todos fueron llevados a la plaza de armas de la localidad. Los efectivos al mando de “Rubén” o “Robin” le dieron un mensaje a doña Francisca: la dejarían en libertad si su esposo se presentaba ante la Base Militar, acompañado de otros miembros de la comunidad.

Así, Melchor Tineo Pérez, Martín Escriba Pillaca y Albino Quino Sulca llegaron a Cangallo acompañados de autoridades y pobladores de Matero donde solicitaron ver al jefe del Puesto Policial, el mayor Javier Augusto Culquicóndor Díaz, cuyo sobrenombre era “Jerónimo”. La respuesta que les dieron fue que regresaran el día 30 a las oficinas de la PIP. Es en este lugar y en presencia de los pobladores que personal del ejército detuvo a Quino, Tineo y Escriba. Luego los internarían en la Base Militar BIM 34, en ese momento bajo el mando del teniente coronel EP Carlos Armando Bardales Angulo, alias “Tigre”.

Francisca y sus menores hijos fueron puestos en libertad poco después. Asimismo, el teniente gobernador de Matero, Baltazar de la Cruz Sulca, lograría entrevistarse con Martín Escriba, quien le entregó un dinero para su familia. Desde entonces no se tuvo más noticias sobre los detenidos. La PNP y el ejército negaron reiteradamente la detención de los comuneros.

La madre de Seferino Quispe, Agripina Pillaca; la esposa y los siete hijos del agricultor Martín Escriba; Carlota, esposa del campesino Melchor Tineo Pérez, así como sus cinco hijos; al igual que Francisca y sus hijas, familiares de Albino Quino, esperan, desde hace 22 años, no solo la sanción para quienes les arrebataron a sus seres queridos, sino respuestas a cada una de las preguntas que se han repetido: ¿por qué los llevaron? ¿Quién dio la orden de desaparecerlos? ¿Dónde están sus restos?

Los primeros días de agosto, la Sala Penal Nacional tendrá la responsabilidad de dar respuesta a estas interrogantes. Tras un proceso que puso en evidencia abundantes pruebas que demuestran la responsabilidad de los acusados, la justicia tiene nuevamente la oportunidad de vencer la impunidad y devolverles la dignidad arrebatada, hace 22 años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en La Republica el 29 de julio de 2008

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APRODEH: Indignante sentencia en caso Matero

Indignación. Ese es el sentir de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, pobladores de la comunidad de Matero, provincia de Cangallo, Ayacucho, quienes en julio del año 1986 fueron detenidos y posteriormente desaparecidos.

Hoy, la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, absolvió a los efectivos militares Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de la detención y desaparición forzada de las cuatro víctimas.

“Nos parece inaudito que la Sala, pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición, no haya resuelto y determinado la responsabilidad de Ambía y Bardales”, señaló Gloria Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), quien patrocina a tres de las víctimas.

Lamentamos también que por segunda vez los testimonios de los familiares e incluso de algunos efectivos y policías no hayan sido tomados en cuenta. Por el contrario, los califican como contradictorios. “Incluso uno de los familiares reconoció físicamente al acusado Ambía Vivanco, alias “Rubén”, quien fuera jefe de la patrulla militar que detuvo a las víctimas. Pero para el Tribunal, este reconocimiento no tuvo valor; como tampoco el testimonio del Teniente Gobernador de Matero, quien logró entrevistarse con uno de los detenidos en dicha base y luego se sorprendió cuando el jefe de la misma negó que ellos hayan estado detenidos”, agregó.

“Creemos que hay un trasfondo en la direccionalidad de este fallo. Bardales Angulo era jefe militar de la Base Cangallo, lugar donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos. Como jefe de base tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo, sin embargo la Sala lo ha absuelto”, señaló la doctora Cano.

A su vez, Fabio Quispe Pillaca, familiar de Seferino Quispe Pillaca, se mostró compungido ya que después de 24 años aún no encuentran justicia para sus familiares desaparecidos. “Ahora sólo esperamos encontrar sus restos y poder enterrarlos. Pedimos a las autoridades que nos ayuden a lograrlo”, demandó.

Para la doctora Cano, es preocupante el retroceso que viene sufriendo la lucha contra la impunidad, emprendida por los familiares desde hace 24 años. “A pesar de que es una situación desgastante y desesperanzadora, los familiares no se darán por vencidos. Por eso, apelarán la sentencia e informarán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya que, como corresponde a este caso, el Estado tiene el compromiso de hacer prevalecer la justicia para las víctimas”.

Frente al fallo absolutorio, el Fiscal encargado, Isidoro Prado León de la Tercera Fiscalía Superior Penal Nacional, interpuso recurso de nulidad, actitud que los familiares saludaron.

Publicado en Coordinadora Nacional de DDHH el 26 de abril de 2010

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Matero espera justicia

Por Francisco Soberón

El pasado lunes 26, participamos en la audiencia donde se resolvería, en primera instancia, el caso de la detención y desaparición de cuatro pobladores de la comunidad de Matero, ubicada en la provincia de Cangallo, Ayacucho, en julio de 1986.

Sin embargo, la decisión de la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, fue absolver a los efectivos militares: Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de los hechos.

La indignación y desesperanza de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, era comprensible. Después de 24 años veían nuevamente frustrada su expectativa de alcanzar justicia y de saber dónde se encuentran los restos de sus seres queridos desaparecidos.

A lo largo de este tiempo, el caso ha sufrido varios reveses. En agosto de 2008, la Sala presidida por la vocal Rosa Bendezú absolvió a los efectivos implicados en el caso. Sin embargo, ante la apelación de la fiscalía, la Corte Suprema de Justicia anuló el proceso, en julio de 2009, resolviendo el inicio de un segundo juicio oral en contra de Bardales, Ambía y Culquicóndor (como reo ausente). Finalmente, el segundo juicio culminó el pasado lunes 26 de abril, con la absolución de dichos efectivos.

En ese nuevo proceso y pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición de las cuatro víctimas, la Sala sostiene no haber encontrado responsabilidades en los acusados. Ello, a pesar de las abundantes pruebas presentadas y los testimonios de los familiares e, incluso, de algunos efectivos y policías que fueron testigos de los hechos. Sorprende, por ejemplo, que en el caso de Bardales Angulo, no se determine su responsabilidad en este caso ya que como jefe de la Base de Cangallo, lugar a donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos, tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo.

Pese a este difícil momento, los familiares de las víctimas de Matero no se darán por vencidos y continuarán en su terca búsqueda de justicia. Desde el movimiento de derechos humanos los alentamos a continuar en esta lucha, pero también invocamos a las autoridades a no hacer oídos sordos a este clamor. Esperemos que, ante la apelación interpuesta por la Fiscalía, la justicia peruana se reivindique y logre devolverles la dignidad arrebatada, hace veinticuatro años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en CNR el 28 de abril de 2010

Más sobre el Caso Matero:

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CASO SORAS: Próxima semana se abrirá proceso contra terroristas de SL por matanza

El Fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, anunció que la próxima semana debe estar abriéndose un nuevo proceso contra los altos mandos terroristas de Sendero Luminoso, por el asesinato de 104 campesinos en la localidad de Soras, Ayacucho, ocurrido el 16 de julio de 1984.

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© La Mula© La Mula“Cuando nosotros fuimos en noviembre a entregar los restos a los deudos, la fiscal provincial de la zona formuló la denuncia correspondiente ante el juzgado penal de esa localidad contra la dirigencia de Sendero Luminoso, entre ellos Abimael Guzmán y toda la cúpula y también Osmán Morote”, recordó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

“Esa denuncia ya está en manos del Poder Judicial y tenemos conocimiento que se estaría aperturando proceso ya contra la cúpula de Sendero Luminoso por estos hechos que fueron execrables realmente, porque mataron mucha gente inocente que no tenía ninguna participación en los sucesos que protagonizó Sendero Luminoso”, acotó.

Como se recuerda, el 16 de julio 1984, un grupo senderista vestidos de policías abordaron con engaños un bus de la empresa Expreso Cabanino que realizaba su recorrido de Lima hacia el sur de Ayacucho. En el trayecto ingresaron a diversos distritos, entre ellos Soras, y aniquilaron a más de 100 personas entre hombres, mujeres y niños que fueron enterrados en fosas comunes.

Publicado en Ideele Radio el 22 de febrero de 2013

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Fiscalía formaliza denuncia contra terroristas por caso Soras

El Fiscal de la Nación, José Antonio Peláez, informó que los terroristas que perpetraron la masacre en 1984 y que costó la vida de pobladores del distrito de Soras, provincia de Sucre, región Ayacucho, fueron denunciados ante el Poder Judicial.

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Foto referencialFoto referencialEl anuncio lo realizó en una ceremonia pública que contó con la participación del presidente del Poder Legislativo, Víctor Isla, y la presidenta de la Comisión de Justicia, Marisol Pérez Tello.

“El accionar terrorista no va quedar impune y los responsables de la masacre que ocurrió en contra de los habitantes de Soras recibirán la sanción que les corresponde”, subrayó Peláez Bardales.

Hace dos días, la fiscal provincial de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial de Ayacucho, Jhousy Aburto Garavito, presentó la denuncia penal ante el Poder Judicial contra los delincuentes senderistas.

Entre los denunciados, se encuentra el “camarada José”, Víctor Quispe Palomino y Abimael Guzmán Reynoso, entre otros integrantes de la cúpula senderista.

 

 

 

Publicado en RPP el 9 de noviembre de 2012

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CASO UMASI: Fiscalía denunció a jefe de Dicscamec por violaciones a los derechos humanos

Por María Elena Castillo

Tras 29 años de la matanza de 41 comuneros y escolares secuestrados por Sendero Luminoso y asesinados por una patrulla militar en la comunidad de Umasi, la Primera Fiscalía Supraprovincial de Ayacucho formalizó denuncia penal contra el jefe de la Dirección General de Control de Servicios de Seguridad, Control de Armas, Municiones y Explosivos (Dicscamec), general EP Jorge Aquiles Carcovich Cortelezzi.

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Heridas. Fiscalía aún busca a responsables de muerte de 41 campesinos en Umasi. Acusan al hoy jefe de Dicscamec © La RepúblicaHeridas. Fiscalía aún busca a responsables de muerte de 41 campesinos en Umasi. Acusan al hoy jefe de Dicscamec
© La República
La fiscalía lo acusó de homicidio calificado y por crímenes contra la humanidad al considerarlo autor directo, por su calidad de jefe de la Base Contrasubversiva Villa Canarias cuando ocurrieron los hechos.

Asimismo denunció como autores mediatos a los ex oficiales del Estado Mayor Operativo del Cuartel Los Cabitos, Carlos Millones Destefano y Humberto Orbegozo Talavera.

El expediente se encuentra en el despacho del juez supraprovincial especializado en Derechos Humanos y Terrorismo de Ayacucho, Vladimiro Chuquinvalqui Maslucán, quien tiene 15 días para pronunciarse y decidir la situación jurídica de los acusados.

TESTIGOS DE EXCEPCIÓN

Familiares de las víctimas relataron ante la fiscalía que el 16 de octubre de 1983 una columna subversiva secuestró a 41 pobladores de Raccaya y se los llevaron a Umasi.

Su denuncia fue corroborada por un grupo de comuneros retenidos por los senderistas y lograron escapar aprovechando un descuido de sus captores. Tras permanecer más de dos décadas en silencio, se armaron de valor para dar detalles de lo ocurrido.

Un testimonio de excepción es el del profesor del Centro Educativo Nº 38466, de Raccaya –cuya identidad se mantiene en reserva–, quien denunció el secuestro de 25 alumnos ante el jefe de la Base de Villa Canarias.

Con base en su declaración y la de los demás testigos, el fiscal Andrés Cáceres Ortega reconstruyó lo ocurrido.

Según su investigación, una patrulla de 15 efectivos militares partió en dos convoys hasta el paraje de Chalhuamayo. Desde allí se desplazaron en dos patrullas y caminaron hasta Umasi, a donde llegaron a las 5 de la mañana del 17 de octubre.

Los militares rodearon el local donde dormían los secuestrados y los terroristas, y lanzaron granadas de guerra que dejaron varios muertos y heridos. Estos últimos fueron reunidos por los militares, separando a los hombres de las mujeres y niños.

Por orden del jefe de la base militar, a quien identificaron como el capitán “Carcovich”, les dispararon a quemarropa con ráfagas de fusil FAL.

Un grupo de comuneros fue obligado por los militares a enterrarlos en tres fosas.

Los cuerpos fueron exhumados en el 2009 por peritos del Equipo Forense del Ministerio Público de Ayacucho. Entre ellos se hallaron niños con el uniforme escolar puesto.

Los protocolos de necropsia revelan que 11 cadáveres presentan huellas de lesiones en los brazos y piernas, por impactos de proyectiles de arma de fuego o producto de una onda explosiva.

CÁRCOVICH: “YO NO ESTUVE EN UMASI”

El general Jorge Carcovich, actual jefe de Dicscamec, negó haber ordenado o participado en la masacre de los comuneros y niños en Umasi. Aseguró que en octubre de 1983 estuvo en Lima sometiéndose a chequeos médicos por una dolencia en los meniscos.

“Yo me enteré de esto hace año y medio cuando salió una publicación. La Comisión de la Verdad nunca me llamó, no hubo alguna comisión investigadora del Congreso”, dijo a La República.

Indicó que la mayor parte de 1983 estuvo en el cuartel Los Cabitos, en Huamanga, a cargo de la Compañía de Instrucción de Morteros. Agregó que asumió la jefatura de la base de Villa Canarias de forma esporádica, cuando alguno de los oficiales destacados allí viajaba a Huamanga o a Lima. Recordó que uno de ellos era el teniente Brandon Barbarán.

Afirmó que su misión fue proteger y dar seguridad a Canaria, y que como máximo hubo solo patrullajes “limitados” en los alrededores del poblado. Refirió que usó el seudónimo de Carlos Martell y no su apellido, como dijo el testigo que lo identificó.

Publicado en La República el 3 de noviembre de 2012