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Mirta Bendezú fue retirada de la Sala Penal Nacional tras ser implicada en escándalo por el caso Matero

  • Una resolución publicada hoy en el diario oficial El Peruano oficializó el retiro de la jueza Mirta Bendezú del Colegiado B de la Sala Penal Nacional, y fue remplazada por el juez Omar Pimentel Calle.

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Mirta Bendezú, la Jueza de la Impunidad © La MulaMirta Bendezú, la Jueza de la Impunidad
© La Mula
La salida de Bendezú del tribunal se da luego de que La República publicara correos electrónicos que la involucrarían en actos de corrupción en el caso Matero, referido a la desaparición de Severino Quispe, Albino Quino, Tineo Pérez y Martín Escriba, ocurrida en 1986 en Ayacucho.

La denuncia periodística revelaría la entrega de una serie de pagos y regalos para lograr que el general EP Marino Ambía Vivanco sea absuelto en el juicio del caso Matero, como finalmente sucedió en enero pasado, en última y definitiva instancia.

Además, ya no será necesario que se resuelva el pedido de recusación contra Benedezú para que se aparte del juicio oral, que arranca el viernes, en el que se le acusa al exministro Daniel Urresti de la autoría mediata del asesinato en 1988 de Hugo Bustíos, cuando este era el corresponsal de la revista Caretas en Huanta, Ayacucho. 

De hecho, las activistas Jo-Marie Burt y María Rodríguez Jaime señalaron en LaMula.pe que, desde el 2008, Bendezú participó como miembro de la Sala Penal Nacional en procesos referidos a casos de graves violaciones a los en 12 de ellos, las sentencias fueron absolutorias. Y en las tres sentencias condenatorias, emitió un voto singular como parte del colegiado para absolver a los procesados.

Esta es la resolución oficial:

separación bendezú

Publicado en La Mula, el 15 de julio de 2015

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La jueza Mirta Bendezú: reina de la impunidad

  • Si bien los recientes correos electrónicos publicados por el diario La República que involucrarían en actos de corrupción a la jueza de la Sala Penal Nacional, Mirta Bendezú, se refieren estrictamente al caso Matero (desaparición forzada de cuatro campesinos), es cierto que “desde hace mucho tiempo existe dudas sobre el comportamiento de la jueza en los casos de derechos humanos, pues en la mayoría de los casos ha fallado a favor de los imputados”. Jo-Marie Burt y María Rodríguez Jaime, especialistas en temas de derechos humanos, comparten con LaMula.pe sus apreciaciones sobre el accionar de esta polémica abogada.

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La jueza Mirta Bendezú: reina de la impunidad

© RightsPeru.netPor Jo-Marie Burt y María Rodríguez Jaime

“Este proceso es delicado, tenemos una acusación fiscal de 20 años, además de testigos que sindican directamente a los presuntos autores, pero cuando cada uno realice su descargo oral es cuando ellos van a determinar su inocencia, (…) yo como encargada de los debates lo ayudaré”.

Este es uno de los correos publicados el día sábado 11 de julio por el diario La República en una investigación del periodista César Romero que revela cómo una magistrada de la Sala Penal Nacional, Mirta Bendezú, habría favorecido a un militar acusado en un caso de desaparición forzada al ayudarlo a liberarse de los cargos en su contra.1

Los autores de los correos electrónicos intercambiados entre el 2007 y el 2008 son el hoy general Marino Ambía Vivanco, acusado de la desaparición forzada de cuatro campesinos en la localidad de Matero, Ayacucho en 1986; la magistrada Mirta Bendezú Gómez, presidenta del colegiado D y directora de debates que llevó adelante el juicio contra Ambía en aquellos años; y un intermediario, “Javier”, presuntamente hermano de la jueza. Los correos dan cuenta de la disponibilidad de la jueza de “darle la mano” al general para asegurar una sentencia absolutoria.

Dicho y hecho: el 8 de agosto de 2008, el general fue absuelto de los cargos en su contra. La base de la absolución es la desestimación de los testimonios de los familiares de las víctimas, los principales testigos de la detención de sus seres queridos, quienes nunca más fueron vistas con vida. Según la sentencia firmada por Bendezú, se desestima los testimonios de los familiares pues ellos tienen “un interés directo en el resultado, y con una carga de subjetividad, que se advierte en sus propias declaraciones”.

Este argumento fue duramente criticado por las organizaciones de derechos humanos que representan a las víctimas. La modalidad de la desaparición forzada –en que las víctimas son sacados de sus casas, con frecuencia en la madrugada, suelen ser los familiares los únicos testigos de los hechos, además de ser quienes desarrollan los primeros y fundamentales actos de investigación.

© RightsPeru.netLos otros juicios

Los correos publicados por La República se refieren solamente al caso Matero. Pero es cierto que desde hace mucho tiempo existe dudas sobre el comportamiento de la jueza Bendezú en los casos de derechos humanos, pues en la mayoría de los casos ha fallado a favor de los imputados. Desde el año 2008, Bendezú ha participado como miembro del tribunal en 15 procesos relacionados con casos de graves violaciones a los derechos humanos2; en doce de ellos, las sentencias han sido absolutorias. De las tres sentencias condenatorias en que fue parte del colegiado, ella emitió un voto singular para absolver (caso Curgos). Sin embargo, al año siguiente, la Corte Suprema anuló la condena “con el argumento de la prescripción, pese a que este beneficio no procede para graves violaciones a los derechos humanos”3. Eso quiere decir que en 7 años, Bendezú ha condenado en sólo dos casos. Los otros dos fallos condenatorios firmados por Bendezú se dieron en 2013 y 2014.

Actualmente, Bendezú es parte del tribunal en por lo menos ocho procesos de derechos humanos en curso.4 Entre ellos el emblemático caso Accomarca, donde se encuentran acusados toda la cadena de mando que habría participado en la masacre de 69 campesinos en agosto de 1985. Justamente este miércoles 15 de julio está programado el inicio de los alegatos finales, luego de casi cinco años de juicio oral. La acusación de corrupción de la jueza Bendezú pone en grave riesgo este proceso, que está por culminarse: los abogados tendrían que recusar a la jueza, lo cual podría llevar a que se quiebre (pues ya hubo un cambio de juez, que sólo se puede darse una vez en un proceso penal); o, si la jueza se queda, existe el riesgo de que también haya realizado arreglos con los imputados para garantizar su absolución.

En © RightsPeru.netel caso Rodrigo Franco (luego de que María Vidal se ausentara y se produjera el quiebre del primero), Mirta Bendezú asumió la presidencia del segundo proceso. Aprodeh recusó a la jueza por sus vinculaciones con el Partido Aprista: “La jueza Mirta Bendezú está casada con Ricardo Chumbe Paz, abogado del estudio de Edmundo Peláez, quien a su vez es cercano al Apra y ha defendido a Alan García. Por decoro la jueza debió inhibirse, pero no lo ha hecho”, declaró Gloria Cano, secretaria ejecutiva de Aprodeh5. Sin embargo, la recusación fue rechazada.

Los familiares de las víctimas no han quedado de brazos cruzados. Familiares del caso Matero y Accomarca realizaron un plantón exigiendo la destitución de los jueces involucrados en los hechos de corrupción. Así también, a través de Aprodeh, el día de ayer presentaron la recusación de la jueza de los procesos en curso que ellos representan. “Le corresponde por derecho a las víctimas contar con magistrados de los cuales no se dude de su imparcialidad en los procesos”6, puntualizaron.

Fuentes del Poder Judicial confirmaron que la Jueza Bendezú ha sido apartada de la Sala Penal Nacional. No está claro qué va a pasar con casos como Accomarca, donde ella es parte del tribunal de un proceso en curso y donde su separación del caso significaría un quiebre del proceso. En todo caso, las organizaciones de derechos humanos y de víctimas exigen que las autoridades realicen una investigación exhaustiva sobre la actuación de la jueza y del general Ambía, y que tomen medidas para reforzar la independencia jurídica y evitar actos de corrupción que no solo dañan a las víctimas sino también a la sociedad entera, al afectar el estado de derecho.

© RightsPeru.net

  1. E-mails revelan un presunto acuerdo para absolver a militar  (^^^)
  2. Estos casos son: Agente Carrión, Javier Tineo, Hilario Ayuque Zúñiga, Lumachuayco, Marco Barrantes 3, Navarrete, Aucayacu o Capitán Carlos Esparza, Curgos, Los Laureles, Gualberto Chipana Wayra, Luis Manrique Escobar, Constantino Saavedra 2, Santa Barbara 2, Matero 1 y Pedro Haro.  (^^^)
  3. Juicios de DDHH en peligro por fallo de Corte Suprema que admite prescripción  (^^^)
  4. Casos: Accomarca; Chumbivilcas; Vilcashuamán 4; Jorge Gutiérrez Quinteros; MM (violencia sexual); Hugo Bustíos 2; Comando Rodrigo Franco; Cayara.  (^^^)
  5. Ver nota completa de la participación de Vidal y las vinculaciones de Bendezú  (^^^)
  6. Intervención de Aprodeh en caso 32-2013 (Vilcashuamán 4) (^^^)

Jo-Marie Burt es profesora de ciencia política y directora del Programa de Estudios Latinoamericanos de George Mason University. Es autora del libro Violencia y autoritarismo en el Perú: Bajo la sombra de Sendero y la dictadura de Fujimori (Instituto de Estudios Peruanos, 2011, 2da. ed.; puede descargarse gratuitamente aquí). En 2010 tuvo la cátedra “Alberto Flores Galindo” en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Dirige el proyecto de investigación Human Rights Trials in Peru (www.rightsperu.net).

María Rodríguez es historiadora egresada de la UNMSM. Ha realizado estudios de diplomado en Chile, España y Perú en derechos humanos, pedagogía de la memoria, y archivos; y actualmente se encuentra cursando la maestría en Gerencia Social en la PUCP. Es integrante del Taller de Estudios sobre Memoria y asistente de investigación en el proyecto Human Rights Trials in Peru.

Publicado en La Mula, el 14 de julio de 2015

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E-mails revelan un presunto acuerdo para absolver a militar

  • Sala Penal Nacional. Una serie de correos del 2007 y 2008 describe la presunta entrega de celulares, regalos y dinero para el tendido de una red de magistrados que permitiría la absolución del general Marino Ambía, acusado de la desaparición de cuatro pobladores de la comunidad de Matero, en Ayacucho.

La Sala Penal Nacional (SPN) está integrada, en teoría, por los mejores jueces del país. Tienen la misión de juzgar delitos graves de alcance nacional: violación de derechos humanos, narcotráfico, corrupción, lavado de activos y hasta ataques a la prensa.

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Según la FIscalía, Marino Ambía era teniente de la base militar de Cangallo, cuando desaparecieron los pobladores © La RepúblicaSegún la FIscalía, Marino Ambía era teniente de la base
militar de Cangallo, cuando desaparecieron los pobladores
© La República
Sin embargo, en abril último, de manera anónima, llegó a La República un USB cuyo contenido pone en tela de juicio esa teoría. El USB contiene información sobre el caso Matero por violación de derechos humanos: actas, videos, fotos, sentencias y correos que se intercambiaron entre un militar procesado, un intermediario y una “jueza”.

Los correos

Los correos datan de junio del 2007 a agosto 2008. En ellos se describen supuestos actos de corrupción: se solicita dinero y regalos, se oculta la aparición de un testigo clave, se asesora a los acusados y se anuncia una absolución, que efectivamente sucede.

La República ha podido verificar que los archivos grabados en el USB le pertenecen al general de brigada EP Marino Ambía Vivanco, jefe del Comando de Operaciones Terrestres e integrante de la promoción del presidente Ollanta Humala Tasso.

Los correos fueron guardados, unos en formato original, que permite confirmar su autenticidad. Otros fueron objeto de copy/paste y guardados en archivos de texto.

Este intercambio de correos se da, de ida y vuelta, entre tres cuentas: mirthabendezu040955@yahoo.es que firma “Mimi”; bendezu_fiscalia@hotmail que suscribe “Javier”; y marinoambia40@hotmail.com. Esta última cuenta es utilizada hasta hoy por el general Ambía, quien fue juzgado durante 11 años por el caso Matero.

Las dos primeras cuentas, todo indica, fueron creadas para la ocasión. Hasta donde se verificó, parte de la información personal que contienen los correos: domicilios, nombres de familiares, es falsa. Lo preocupante es que el fondo de los temas tratados y las recomendaciones que se hacen en el juicio Matero tienen efectos en la realidad: la sentencia absolutoria.

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Según la FIscalía, Marino Ambía era teniente de la base militar de Cangallo, cuando desaparecieron los pobladores © La República

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Usted es inocente

El caso Matero, contra tres policías y dos militares, tuvo tres juicios. Los tres concluyeron con sentencia absolutoria. La definitiva se dio en enero último, cuando la Sala Penal de la Corte Suprema, que preside el juez César San Martín, concluyó que el general Ambía era inocente. La fiscalía lo acusaba de la desaparición de cuatro pobladores de la localidad de Matero, en Ayacucho, en julio de 1986.

Pero en los correos del año 2007, respecto del primer juicio, ya se prevé ese resultado. En un correo, copiado en Word, del 27 de setiembre del 2007, que “Javier” le reenvía al “crnel Ambia”, casi 11 meses antes de dictarse la primer sentencia absolutoria, “Mimi” dice: “… el expediente lo hemos estudiado detenidamente, veo pocas evidencias de su responsabilidad en los hechos, pero como comprenderás a mí no me tiembla la mano al dictaminar una sentencia, yo no me dejo presionar por amenazas ni presiones de la prensa, la decisión la hago de acuerdo a mi conciencia y como veo existen muchas evidencias de su inocencia”.

En este correo también se indica que un testigo (Luis Tinco Cuya) llegó al tribunal con información y pruebas que acreditan la participación en los hechos del general Ambía y del coronel EP Carlos Bardales Angulo, pero que no se recibió oficialmente su testimonio y lo regresaron a Ayacucho.

Los correos siempre van de “Mimi” a “Javier” y este los reenvía inmediatamente o minutos después a Ambia, en algunos casos pasadas las 11 de la noche. En otro correo, 16 de octubre del 2007, se describe una serie de apreciaciones sobre el juicio: “La forma de neutralizar las acusaciones en su contra es mediante la duda”. Unos días después, el 25 de octubre, junto a nuevas opiniones del desarrollo del juicio, se adjuntan tres documentos oficiales recibidos por la SPN, del Ministerio de Justicia, la Defensoría del Pueblo y el Congreso de la República, solicitando información de los casos por violación de derechos humanos.

En otro, del 3 de noviembre, se solicitó dinero para la atención médica de Luis Tinco Cuya, para evitar que pueda llegar donde Aprodeh o con los periodistas. “Ya suman

$ 600.00 que vengo entregando a la familia y es necesario que me devuelvan este apoyo”, escribe “Mimi” y se dan números de cuentas bancarias para los depósitos.

Tinco también habría recibido un carrito sanguchero, donación de los militares a los que esta acusando, dice otro correo. Luego, al fallecer, supuestamente se da ayuda económica a su esposa.

Párrafos más adelante, “Mimi” afirma: “Este proceso es delicado, tenemos una acusación fiscal de 20 años, además de testigos que sindican directamente a los presuntos autores, pero cuando cada uno realice su descargo oral es cuando ellos van a determinar su inocencia, (…) yo como encargada de los debates lo ayudaré”.

En un correo original del 29 de diciembre del 2007, “Javier” le indica a Ambia que han estado trabajando, en tres etapas, se indica que se trabaja en el tendido de una red, en tres etapas, para lograr la absolución. Para esto se pide dinero con el fin de entregar regalos a diversos magistrados, que aparecen mencionados en otros e-mails. También se regalan dos celulares.

Las conversaciones continúan durante todo el juicio. El 21 de julio del 2008, se reporta una supuesta reunión en la casa de una magistrada, donde se evaluó el alegato escrito por la defensa de Ambía, que se presentó dos días después, el 23 de julio.

Según el correo, las juezas evaluaron el documento y le dan recomendaciones. De acuerdo con las actas del proceso, estas recomendaciones fueron aplicadas por el abogado de Ambía, Rafael Eduardo Franco de la Cuba: el uso de lentes en el tiempo y fotos que enfatizan que dicho procesado no estuvo en Cangallo cuando sucedieron los hechos.

La primer sentencia

El primer juicio del caso Matero estuvo a cargo del colegiado “D” de la SPN, integrado en esa época por las juezas Mirta Bendezú Gómez, María Vidal La Rosa Sánchez y Rosa Amaya Saldarriaga. Se desarrolló desde el 16 de marzo del 2007 hasta el 8 de agosto, lo que coincide con la fecha de los correos.

Bendezú integra la SPN desde agosto del 2003 hasta ahora y se ha caracterizado por emitir sentencias absolutorias en la mayoría de juicios, en los que ha intervenido.

Vidal la Rosa integró la SPN de marzo del 2011 hasta marzo del 2014. Actualmente, esta al frente de la Oficina de Quejas Verbales de la Corte Superior de Lima, pero aún interviene en el caso Acomarca, que se inició cuando ella estaba en el sistema. Vidal también participó en el juicio del caso Rodrigo Franco y motivo su quiebra. Ahora, el nuevo procesos al comando paramilitar aprista será dirigido por Bendezú.

Rosa Amaya es juez superior provisional e integró la SPN de enero del 2003 a abril del 2013. Hoy forma parte de la Segunda Sala Penal Para Reos en Cárcel de Lima.

El 8 de agosto del 2008, estas tres magistradas dictaron sentencia. En el veredicto se hace hincapié en que los testigos tenían desde seis hasta diez años cuando ocurrieron los hechos y que su testimonio genera dudas, porque son familiares de las víctimas.

Al contrario, se da plena certeza a lo que dicen los acusados. Según el veredicto, los procesados no tendrían motivos para mentir y se les absuelve, tal como advierten los correos, porque dicen que no estuvieron en el lugar de los hechos. En julio del 2009, la Corte Suprema revocó este fallo y dispuso un nuevo juicio.

Juez Bendezú: Que fiscal y OCMA investigue

El general Marino Ambía se abstuvo de declarar, por su condición de militar en actividad. A través de un allegado señaló que recibió y contestó los correos, pero que nunca pagó nada, a ningún magistrado.

“Esto es falso. Lo juro. Es una infamia. Nunca he usado ese correo. Mi nombre es sin h. En el Banco de Crédito nunca he tenido cuentas. No tengo un hermano llamado “Javicho”. A mí no me tiembla la mano para resolver en un sentido, para resolver en otro sentido, de acuerdo a mi conciencia. Voy a pedir que la fiscalía, la OCMA investiguen”, declaró la juez Mirta Bendezú.

>> Escuchar audios en Artículo Original

Publicado por La República, el 11 de julio de 2015

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CASO MATERO: Una nueva absolución

Rigthsperu, 10 de abril de 2013 – El día viernes 5 de abril, a las 8 de la noche, es decir, doce horas después de la hora prevista, se realizó la lectura de sentencia del caso Matero, donde el militar acusado Marino Nemecio Ambía Vivanco fue absuelto del cargo de desaparición forzada contra Seferino Quispe Pillaca, Albino Quino Sulca, Melchor Tineo Pérez y Martin Escriba Pillaca, ocurrida en Matero, Ayacucho, entre el 25 y 30 de julio de 1986, cuando Ambía era subteniente.

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Marino Nemesio Ambía Vivanco, único acusado en el tercer juicio del caso Matero, fue absuelto por votación en mayoría © La RepúblicaMarino Nemesio Ambía Vivanco, único acusado en el tercer juicio del caso Matero, fue absuelto por votación en mayoría © La RepúblicaEste es el tercer juicio del caso Matero (ver nota). Y pese a los numerosos testimonios que denunciaban a “Rubén” como el militar que dirigió la detención arbitraria de estos pobladores, y que sindicaban a Marino Ambía como el teniente “Rubén”, los jueces, por votación en mayoría, indicaron que los testimonios y las pruebas presentadas por la Fiscalía no eran suficientes para determinar la responsabilidad de Ambía y más bien, creaban una duda razonable sobre su presencia en Matero en las fechas de las desapariciones forzadas.

Los jueces en mayoría se plegaron a los argumentos de la defensa del acusado. Consideraron que las declaraciones de los familiares y pobladores de Matero debían ser tomados con reserva porque estaban inducidos por las dos sentencias anteriores. Lo propio manifestaron sobre el testimonio clave de Francisca Janampa, pobladora detenida y recluida en el cuartel de Cangallo con sus dos hijos menores, el cual, consideraron había sido inconsistente en las 8 veces que rindió su manifestación por el mismo caso desde 1986. Así también, indicaron que los testigos hablaron de un “Rubén” o “Robin”, lo cual, no lograron saber si “Robin” se refería a otro militar o era una interferencia lingüística (por el quechuahablante que al hablar en castellano modifica las letras U por la O, y la E por la I).

El voto dirimente fue del juez Marco Cerna Bazán, quien sustentó todo lo contrario a la votación en mayoría. A partir de la teoría del lenguaje, Cerna analizó los testimonios y los valoró desde el aspecto semántico y referencial; consideró que los jueces en mayoría estaban deslegitimando los testimonios por haber discrepancias en los detalles del testimonio, mas no en lo sustancial; así, consideró que el testimonio de Francisca Janampa había sido consistente y coherente en lo medular, en sus 8 declaraciones dadas desde 1986 y que los testimonios de los familiares de las víctimas y pobladores de Matero testigos de la detención, fortalecían dicho testimonio clave. Para Cerna, Ambía era el responsable mediato de la desaparición forzada de las 4 víctimas.

Sin embargo, el voto en mayoría generó la absolución del acusado y la protesta airada y desesperada de los familiares de las víctimas. Los familiares a expresaron su indignación gritándole a los jueces en mayoría que eran unos corruptos y a Ambía “¡asesino!, ¡solo dime dónde están los cuerpos! ¡solo quiero enterrarlo!”. Ambía fue escoltado hasta la salida por los miembros de seguridad, y los familiares, llenos de indignación, salieron de la sala entre lágrimas preguntándose cuánto tiempo más tendrán que esperar por justicia, para encontrar a sus seres queridos.

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Más notas sobre la absolución:

La Republica

Absuelven a principal implicado en caso Matero

La Sala Penal Nacional absolvió al militar en actividad Marino Ambía Camacho por la desaparición de cuatro campesinos en la localidad de Matero en Cangallo en 1986.

El fallo fue en mayoría. El presidente de la sala, David Loli Bonilla y el juez superior Teófilo Salvador Neyra votaron a favor de la absolución de Ambía Camacho, mientras que Marco Cerna Bazán se opuso a dicho veredicto y su abogado anunció que apelará.

Esta es la tercera absolución del imputado en este caso. La Corte Suprema anuló las dos primeras y dispuso nuevos juicios. El abogado de IDL Juan José Quispe recordó que Ambía, extrañamente, brindó seguridad a los jueces de la Sala Penal cuando realizaron diligencias por el caso Pucará.

Ambía pertenece a la Promoción 1984 Héroes de Pucará y Marcavalle, de la que forma parte el presidente Ollanta Humala.

Publicado en La República el 8 de abril de 2013

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CASO MATERO: Lectura de sentencia

Por Jo-Marie Burt y María Rodríguez

7 de marzo 2013

Una audiencia está programagada en el sede de la Sala Penal Nacional para el 26 de marzo en la cual se dictará la tercera sentencia por el caso de desaparición forzada de 4 campesinos, Severino Quispe, Albino Quino, Tineo Pérez y Martín Escriba, en la comunidad de Matero, Ayacucho, entre el 26 y 30 de julio de 1986. Las dos sentencias anteriores fueron emitidas en los años 2008 y 2010, y ambas fueron anuladas por la Corte Suprema.

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Familiares caso MateroFamiliares caso MateroEn agosto del 2008 la Sala Penal absolvió a los 5 imputados, tres policías y dos militares: Capitán de la PIP Silvio Hugo Sartor Espinoza, Mayor de la PIP Teodoro Maraví Gómez, y el miembro de la Policía Javier Augusto Culquicondor Díaz; así como el Teniente Coronel del Ejército Carlos Armando Bardales Angulo y Teniente del Ejército Marino Nemesio Ambia Vivanco. La absolución fue basada en la desestimación de la evidencia vertida por la Fiscalía y la parte civil —el testimonio de familiares de las víctimas, que fueron testigos presenciales de la detención— con el argumento que dichas personas tenían “un interés directo en el resultado, y con una carga de subjetividad, que se advierte se sus propios declaraciones….” (Sentencia del 8 de agosto del 2008, Sala Penal Nacional).

Tanto el Ministerio Público como los familiares y sus abogados criticaron duramente la sentencia, que luego fue anulada por la Corte Suprema, por lo menos con respecto a 3 de los imputados, y se ordenó la apertura de un nuevo juicio oral.

Sin embargo, en el nuevo juicio oral, la Sala Penal volvió a absolver a los tres imputados en abril de 2010: los ex militares Carlos Bardales, Marino Ambia y el policía Javier Culquicóndor. Mientras la Sala confirmó la detención y desaparición forzada de los agraviados, argumentó que no hubo órdenes ni evidencia de que los tres imputados sean los responsables. Para ello, exigieron una prueba directa —una orden escrita— que casi nunca se dan en casos de desaparición forzada, que de hecho es una práctica clandestina e ilegal. Nuevamente la Fiscalía y los abogados de las víctimas apelaron, y La Corte Suprema volvió a anular la sentencia

En este tercer juicio para el caso Matero, el único acusado es el oficial EP Marino Nemesio Ambía Vivanco (a) “Rubén” o “Robin”, jefe de la patrulla que efectuó las detenciones, y que ha sido reconocido por los familiares y pobladores de la zona.

Este caso pone en evidencia la tendencia de la Sala Penal Nacional a absolver a los altos mandos (el capitán, teniente coronel y mayor) mientras que la responsabilidad recae en los ejecutores directos. Ello contradice la jurisprudencia del mismo Poder Judicial peruano —por ejemplo, la sentencia a Fujimori, que responsabiliza a los autores intelectuales o mediatos y establece la cadena de mando— así como jurisprudencia internacional al respecto.

Les alcanzamos algunas notas periodísticas sobre este caso tan complejo.

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Deslindes, Materio espera justicia

Por Gloria Cano (Abogada de Aprodeh)

Matero es una localidad anexa del distrito de Cangallo, ubicada en la provincia del mismo nombre, en Ayacucho. Matero fue una zona, como tantas otras en nuestro país, duramente golpeada por la violencia que azotó desde inicios de los años 80. En 1986, las fuerzas de seguridad encargadas de hacer frente a la subversión estaban acantonadas en una base militar en la capital de la provincia, Cangallo. Desde ahí salían frecuentes patrullas militares a rondar la zona. En esos años, los integrantes de Sendero asesinaban a todo aquel que se oponía a sus objetivos o se negaba a darle a ayuda. La respuesta del Estado no fue menos violenta: sospechaban que todos eran senderistas o posibles aliados de la subversión. Es así como en esos años ocurrieron masacres como las de Pucayacu, Accomarca, Umaru-Bellavista, Pujas y Pomatambo y Parcco Alto. Para esa época, la base militar de Cabitos se había convertido ya en el principal centro clandestino de reclusión, tortura, ejecución y desaparición de todo el departamento.

La mañana del 25 de julio, una patrulla militar al mando del teniente EP Marino Nemesio Ambía Vivanco, de apelativo “Rubén” o “Robin”, se dirigió desde la Base Militar BIM 34 de Cangallo hacia Putica. Una vez ahí, reclutó a un colaborador –quien previamente había tenido una rencilla con la población de Matero– para que acompañara a la patrulla y ayudara a identificar a las personas que aparecían en una lista. La misión en Matero era detener a cuatro ciudadanos de dicha localidad.

Los efectivos ingresaron con violencia a la casa de Seferino Quispe Pillaca (19), estudiante y obrero, y con la misma violencia lo arrancaron de su hogar sin que su madre Agripina Pillaca pudiera evitarlo. El domicilio de Albino Quino también fue incursionado de forma violenta, pero al no encontrarlo, los efectivos militares detuvieron a su esposa Francisca y sus dos menores hijos. Luego todos fueron llevados a la plaza de armas de la localidad. Los efectivos al mando de “Rubén” o “Robin” le dieron un mensaje a doña Francisca: la dejarían en libertad si su esposo se presentaba ante la Base Militar, acompañado de otros miembros de la comunidad.

Así, Melchor Tineo Pérez, Martín Escriba Pillaca y Albino Quino Sulca llegaron a Cangallo acompañados de autoridades y pobladores de Matero donde solicitaron ver al jefe del Puesto Policial, el mayor Javier Augusto Culquicóndor Díaz, cuyo sobrenombre era “Jerónimo”. La respuesta que les dieron fue que regresaran el día 30 a las oficinas de la PIP. Es en este lugar y en presencia de los pobladores que personal del ejército detuvo a Quino, Tineo y Escriba. Luego los internarían en la Base Militar BIM 34, en ese momento bajo el mando del teniente coronel EP Carlos Armando Bardales Angulo, alias “Tigre”.

Francisca y sus menores hijos fueron puestos en libertad poco después. Asimismo, el teniente gobernador de Matero, Baltazar de la Cruz Sulca, lograría entrevistarse con Martín Escriba, quien le entregó un dinero para su familia. Desde entonces no se tuvo más noticias sobre los detenidos. La PNP y el ejército negaron reiteradamente la detención de los comuneros.

La madre de Seferino Quispe, Agripina Pillaca; la esposa y los siete hijos del agricultor Martín Escriba; Carlota, esposa del campesino Melchor Tineo Pérez, así como sus cinco hijos; al igual que Francisca y sus hijas, familiares de Albino Quino, esperan, desde hace 22 años, no solo la sanción para quienes les arrebataron a sus seres queridos, sino respuestas a cada una de las preguntas que se han repetido: ¿por qué los llevaron? ¿Quién dio la orden de desaparecerlos? ¿Dónde están sus restos?

Los primeros días de agosto, la Sala Penal Nacional tendrá la responsabilidad de dar respuesta a estas interrogantes. Tras un proceso que puso en evidencia abundantes pruebas que demuestran la responsabilidad de los acusados, la justicia tiene nuevamente la oportunidad de vencer la impunidad y devolverles la dignidad arrebatada, hace 22 años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en La Republica el 29 de julio de 2008

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APRODEH: Indignante sentencia en caso Matero

Indignación. Ese es el sentir de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, pobladores de la comunidad de Matero, provincia de Cangallo, Ayacucho, quienes en julio del año 1986 fueron detenidos y posteriormente desaparecidos.

Hoy, la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, absolvió a los efectivos militares Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de la detención y desaparición forzada de las cuatro víctimas.

“Nos parece inaudito que la Sala, pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición, no haya resuelto y determinado la responsabilidad de Ambía y Bardales”, señaló Gloria Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), quien patrocina a tres de las víctimas.

Lamentamos también que por segunda vez los testimonios de los familiares e incluso de algunos efectivos y policías no hayan sido tomados en cuenta. Por el contrario, los califican como contradictorios. “Incluso uno de los familiares reconoció físicamente al acusado Ambía Vivanco, alias “Rubén”, quien fuera jefe de la patrulla militar que detuvo a las víctimas. Pero para el Tribunal, este reconocimiento no tuvo valor; como tampoco el testimonio del Teniente Gobernador de Matero, quien logró entrevistarse con uno de los detenidos en dicha base y luego se sorprendió cuando el jefe de la misma negó que ellos hayan estado detenidos”, agregó.

“Creemos que hay un trasfondo en la direccionalidad de este fallo. Bardales Angulo era jefe militar de la Base Cangallo, lugar donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos. Como jefe de base tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo, sin embargo la Sala lo ha absuelto”, señaló la doctora Cano.

A su vez, Fabio Quispe Pillaca, familiar de Seferino Quispe Pillaca, se mostró compungido ya que después de 24 años aún no encuentran justicia para sus familiares desaparecidos. “Ahora sólo esperamos encontrar sus restos y poder enterrarlos. Pedimos a las autoridades que nos ayuden a lograrlo”, demandó.

Para la doctora Cano, es preocupante el retroceso que viene sufriendo la lucha contra la impunidad, emprendida por los familiares desde hace 24 años. “A pesar de que es una situación desgastante y desesperanzadora, los familiares no se darán por vencidos. Por eso, apelarán la sentencia e informarán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya que, como corresponde a este caso, el Estado tiene el compromiso de hacer prevalecer la justicia para las víctimas”.

Frente al fallo absolutorio, el Fiscal encargado, Isidoro Prado León de la Tercera Fiscalía Superior Penal Nacional, interpuso recurso de nulidad, actitud que los familiares saludaron.

Publicado en Coordinadora Nacional de DDHH el 26 de abril de 2010

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Matero espera justicia

Por Francisco Soberón

El pasado lunes 26, participamos en la audiencia donde se resolvería, en primera instancia, el caso de la detención y desaparición de cuatro pobladores de la comunidad de Matero, ubicada en la provincia de Cangallo, Ayacucho, en julio de 1986.

Sin embargo, la decisión de la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, fue absolver a los efectivos militares: Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de los hechos.

La indignación y desesperanza de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, era comprensible. Después de 24 años veían nuevamente frustrada su expectativa de alcanzar justicia y de saber dónde se encuentran los restos de sus seres queridos desaparecidos.

A lo largo de este tiempo, el caso ha sufrido varios reveses. En agosto de 2008, la Sala presidida por la vocal Rosa Bendezú absolvió a los efectivos implicados en el caso. Sin embargo, ante la apelación de la fiscalía, la Corte Suprema de Justicia anuló el proceso, en julio de 2009, resolviendo el inicio de un segundo juicio oral en contra de Bardales, Ambía y Culquicóndor (como reo ausente). Finalmente, el segundo juicio culminó el pasado lunes 26 de abril, con la absolución de dichos efectivos.

En ese nuevo proceso y pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición de las cuatro víctimas, la Sala sostiene no haber encontrado responsabilidades en los acusados. Ello, a pesar de las abundantes pruebas presentadas y los testimonios de los familiares e, incluso, de algunos efectivos y policías que fueron testigos de los hechos. Sorprende, por ejemplo, que en el caso de Bardales Angulo, no se determine su responsabilidad en este caso ya que como jefe de la Base de Cangallo, lugar a donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos, tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo.

Pese a este difícil momento, los familiares de las víctimas de Matero no se darán por vencidos y continuarán en su terca búsqueda de justicia. Desde el movimiento de derechos humanos los alentamos a continuar en esta lucha, pero también invocamos a las autoridades a no hacer oídos sordos a este clamor. Esperemos que, ante la apelación interpuesta por la Fiscalía, la justicia peruana se reivindique y logre devolverles la dignidad arrebatada, hace veinticuatro años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en CNR el 28 de abril de 2010

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