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News Reports on Transitional Justice in Peru

Caso Esterilizaciones forzadas: IDL asegura que se ha reabierto el caso

Carlos Rivera, Coordinador del Área Legal del Instituto de Defensa Legal, informó esta mañana que la Primera Fiscalía Supraprovincial Penal de Lima decidió reabrir el caso de Esterilizaciones Forzadas perpetradas durante el fujimorismo.

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© La Mula© La Mula“Nos han notificado una resolución de la Primera Fiscalía Supraprovincial Penal de Lima, que estaba a cargo de las investigaciones, reabriendo el caso y, consecuentemente, estableciendo un nuevo periodo de indagaciones para la búsqueda del esclarecimiento del caso de las mujeres esterilizadas en la década de los noventa”, señaló.

Pero no solo esto, en opinión de Rivera Paz, habrá varios personajes del régimen fujimorista que serán investigados por este delicado caso, entre los que destaca el vocero en el Congreso, Alejandro Aguinaga.

“Y [se está] estableciendo a su vez que hay una cantidad importante de personajes vinculados al régimen de Alberto Fujimori que van a tener las condición de investigados, entre ellos está el congresista Alejandro Aguinaga, está el exministro Marino Costa Bauer porque el marco de la investigación se está haciendo sobre la base de las responsabilidades en este periodo de los ministros y funcionarios principales del Ministerio de Salud de la década del noventa”, añadió.

Finalmente dijo que será labor del Ministerio Público definir responsabilidades individuales en cada caso.

“Lo que tendrá que decidir la Fiscalía es individualizar la responsabilidad de cada uno de ellos y, en su momento oportuno, tendrá que formular una denuncia ante el Poder Judicial para que ellos puedan defenderse como corresponde ante el sistema judicial peruano”, concluyó.

Publicado en La República el 23 de noviembre de 2012

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Trial Reports

El exdictador Fujimori tira de sensiblería para movilizar a favor de su indulto

Por Jacqueline Fowks

En los dos últimos años de Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) fue notorio el uso de operaciones psicológicas y la compra de medios de comunicación para justificar el régimen autoritario y facilitar la tercera reelección del presidente. Esa habilidad publicitaria ha reaparecido estos días en las acciones de sus seguidores, encabezados por su familia, para movilizar la opinión favorable al indulto de su líder por razones humanitarias.

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Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por homicidio calificado y lesiones graves, considerados crímenes de lesa humanidad por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta cometidas en 1992 por el grupo paramilitar Colina; y por secuestro agravado de un empresario y un periodista. Además, tiene otras condenas por los delitos de usurpación de funciones, corrupción de funcionarios, peculado (apropiación de bienes públicos), violación del secreto de las comunicaciones, entre otros.

El expresidente Fujimori huyó de Perú en 2000 aprovechando una cumbre internacional. Vivió como un fugitivo hasta 2007, cuando fue detenido en Chile. Desde entonces, está en prisión en Perú.

Carlos Raffo, ex congresista y expublicista del político, confirmó en Twitter que la pintura era “un original” de Fujimori

Este jueves, el noticiario 24 Horas mostró un autorretrato del reo con una inscripción escrita a mano: “Perdón por lo que no llegué a hacer y por lo que no pude evitar. Oct 2012”. Minutos más tarde, Carlos Raffo, ex congresista y expublicista del político, confirmó en Twitter que la pintura era “un original” de Fujimori.

Ésta es la segunda imagen en menos de una semana que intenta reforzar la opinión a favor del indulto del expresidente. La primera circuló en las redes sociales el sábado: una foto de Fujimori despeinado, con una mano sobre el abdomen, vestido con una camiseta blanca de manga corta y mostrando expresión de desgana, postrado en una cama de sábanas blancas.

Ante las críticas que generó la pintura en las redes sociales, el publicista Raffo dijo que se rompió un mito: “Ya pidió perdón”. La noche del jueves, la ex candidata presidencial Keiko Fujimori concedió una entrevista en televisión y afirmó que su padre “profundizará” para explicar a qué se refería la frase, pero alude “a los muchos errores que se cometieron durante su Gobierno”.

El mensaje añadido al autorretrato se explica porque una de las condiciones, sugeridas por organizaciones de derechos humanos y políticos, para un posible indulto es que el preso pidiera perdón por sus delitos. Sin embargo, el hijo menor, el parlamentario Kenji Fujimori, respondió hace un par de semanas que no lo haría porque todos ellos –incluido su padre– creen en su inocencia.

Hace una semana, los hijos de Fujimori solicitaron al presidente Ollanta Humala el indulto humanitario por motivos médicos, dado que en los últimos años ha tenido cinco cirugías para extirpar lesiones de tipo cancerígeno en la boca.

El congresista Luis Ibérico –de la Alianza para el Gran Cambio, de centro-derecha– comentó en el noticiario 24 Horas que la difusión de la pintura forma parte de la campaña del fujimorismo para sensibilizar a los peruanos favor del indulto.

Carlos Raffo, quien se define como un consultor en comunicación no convencional, estuvo a cargo de los exitosos mítines de la campaña por la reelección de Fujimori en el año 2000, en los que participaban las estrellas de ese momento de música tecnocumbia.

El clima de confrontación pública sobre el indulto fue sazonado ayer con un comentario de Kenji Fujimori, para quien el estilo de pintura de su padre se parece al de Van Gogh. Mientras que en algunos comentarios de las redes sociales hubo quienes compararon el autorretrato de Fujimori con los cuadros que los presos por terrorismo enviaban de regalo al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, cuando estaba libre.

Una encuesta revela que el 76% opina que Fujimori no debe volver a la vida política

Alberto Fujimori se ha retratado copiando una foto tomada en su primer Gobierno (1990-1995), con el poncho y sombrero de estilo campesino que usaba al recorrer el país, cuando la mayoría conocía principalmente los logros de su gestión.

De acuerdo a encuestas de octubre de Ipsos Apoyo y Datum -hechas con población nacional urbana- están favor del indulto el 62% y el 59% de consultados, respectivamente. Cuando se menciona la posibilidad de un arresto domiciliario como alternativa a la prisión, la cifra es de 43% a favor de la gracia presidencial. Según Datum, el 76% opina que Fujimori no debe volver a la vida política.

La difusión de la fotografía de Fujimori en cama ha dado pie a los caricaturistas políticos de los diarios La República, Gestión y El Comercio, Carlos Tovar, Andrés Edery y Mario Molina, respectivamente, para recrear la imagen en sus viñetas de esta semana. Además, entre el sábado y lunes, tuiteros se tomaron fotos imitando la posición de Fujimori y escribían mensajes pidiendo indulto para sí mismos. Otros tuitearon imágenes de celebridades o mascotas, en posiciones parecidas, con el hashtag #fujimoring, para mostrar su rechazo al uso propagandístico de la foto.

 

Publicado en El País el 19 de octubre de 2012

 

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News Reports on Transitional Justice in Peru

Los Fujimori piden a Humala libere al expresidente a través del indulto humanitario

Por Paola Ugaz

Keiko Fujimori, la hija del expresidente de Perú, Alberto Fujimori, y excandidata a la presidencia peruana, informó ayer que solicitarán al gobierno de Ollanta Humala el indulto humanitario de su padre, el exmandatario que está sentenciado a 25 años por delitos de lesa humanidad, secuestro agravado y corrupción. «Por pedido de sus cuatro hijos, y a pedido de muchísimas personas, incluso que van más allá del fujimorismo, se ha tomado la decisión de que en los próximos días se presentará el pedido de indulto por razones humanitarias para mi padre», expresó Keiko Fujimori en la puerta de la Clínica San Felipe de Lima, donde hoy será dado de alta el reo y ex mandatario de 74 años.

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Manifestación en favor de FujimoriManifestación en favor de FujimoriEn abril de 2007, Alberto Fujimori —que gobernó entre 1990 y 2000— fue condenado a 25 años por ser «autor mediato» en la creación y prohijamiento del grupo Colina, que se creó dentro del ejército y que realizó asesinatos extrajudiciales en las matanzas de Barrios Altos y la Universidad La Cantuta. También fue condenado por corrupción y por el secuestro agravado del periodista Gustavo Gorriti y el empresario, Samuel Dyer.

Al respecto, la investigadora del WOLA y de la Universidad George Mason, Jo-Marie Burt aseguró a ABC que «la ley peruana es clara. No se puede aplicar el indulto a quien fuera condenado por secuestro agravado, como es el caso del expresidente Fujimori». «La comunidad de derechos humanos en el Peru ha señalado que si hay evidencias claras y creíbles de enfermedad terminal, únicamente en este caso se podría aplicar el indulto humanitario. De no ser así —si se aplicara el indulto para Fuijmori por cálculo político, como parece ser el caso en la actualidad— seria rechazado a nivel internacional, no cabe la menor duda», concluyó.

Otro óbice que el presidente Ollanta Humala tomará en cuenta para otorgar el indulto al preso exmandatario es el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa; quien es un defensor a ultranza de los derechos humanos y es un enemigo jurado de Alberto Fujimori, desde que realizó el «autogolpe», el 5 de abril de 1992.

Publicado en ABC, el 29 de setiembre de 2012

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Trial Reports

Los tres generales

Por Gustavo Gorritti

Eran los últimos meses de 1990 y los primeros de 1991. Diplomáticos y agentes de inteligencia, sobre todo estadounidenses, trataban de descifrar el cuadro aún nebuloso del entonces nuevo gobierno de Alberto Fujimori.

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Generales Luis F. Cisneros Vizquerra, Sinesio Jarama Dávila y Edgardo Mercado Jarrín (Fotos: La República)Generales Luis F. Cisneros Vizquerra, Sinesio Jarama Dávila y Edgardo Mercado Jarrín (Fotos: La República)En la embajada de Estados Unidos, había algunos que tenían ya una idea aproximada de la aún fluida correlación de fuerzas dentro del Gobierno. Para todos los enterados, la figura de Vladimiro Montesinos emergía como el factor central de poder. Unos pocos, sobre todo el entonces jefe de Estación de la CIA, Joe Marques, se inclinaban por profundizar la relación con Montesinos. Otros, especialmente agentes de la DEA, funcionarios de la entonces NAU (Narcotics Assistance Unit) del Departamento de Estado, que conocían las vinculaciones de Montesinos con el narcotráfico, se oponían vivamente a ella.

Dentro de las Fuerzas Armadas peruanas, el conocimiento sobre los cambios profundos e inesperados dentro de los organismos de inteligencia y de las propias Fuerzas Armadas, era mucho más imperfecto.

En ese contexto de confusión y una cierta incertidumbre, muchos militares buscaron a sus contactos en la agregaduría militar de la embajada de Estados Unidos –como lo habían hecho desde hace varios años– para conversar, informar, cambiar opiniones y tratar de formarse una idea de la posición del gobierno de Estados Unidos.

Lo que dijeron fue prontamente transcrito y analizado en cables enviados a la Defense Intelligence Agency, o DIA, la agencia militar de inteligencia gringa. Cerca de diez años después, la persistencia del notable fotoperiodista estadounidense Jeremy Bigwood, a través de pedidos reiterados y constantes en uso de la ley de acceso libre a la información (FOIA, por sus siglas en inglés), logró la desclasificación parcial de documentos que hoy suenan extraña y hasta conmovedoramente reveladores.

Como se verá en la reproducción de los cables, el plumón negro de los censores tachó mucho: identidades, contenidos, fechas, informaciones. Lo que dejaron, sin embargo, es suficiente como para componer o completar el cuadro de entonces.

Aprensiones y exilios

(Ver documento completo)(Ver documento completo)Un primer cable de la DIA, escrito y enviado, de acuerdo con lo que el contexto permite ver, en la primera parte de 1991, busca responderse a la pregunta: “¿Controla el asesor informal de Fujimori a la comunidad nacional de inteligencia en el Perú?”

“De acuerdo al presidente peruano Alberto Fujimori” empieza el cable, “Vladimiro Montesinos Torres, el ex capitán de artillería del Ejército y ahora un abogado, solo actúa como un asesor legal personal del Presidente. … [pero] líderes militares peruanos y los medios– han especulado que Montesinos juega un papel mucho más influyente en asuntos de Estado de lo que Fujimori ha estado dispuesto a admitir”.

Al examinar algunas de las hipótesis sobre la influencia temprana de Montesinos sobre Fujimori, el cable menciona que Montesinos ha influenciado nombramientos de funcionarios de alto nivel tanto en el sector civil como en el militar. “Como resultado” dice el cable, “[Montesinos] disfruta ahora de un control directo e indirecto sobre nodos importantes [major nodes] dentro de los servicios de inteligencia y seguridad”.

Se menciona la predominancia de oficiales de artillería (lo que se llamó luego ‘la marea roja’) en los “tres puestos principales en el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN)”, en la jefatura del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE). “Adicionalmente” dice el cable, “los ministros de Defensa y del Interior son encabezados por un oficial retirado de artillería y otro en servicio activo de de la misma arma”. No solo eso, continúa el cable, “aunque no ha sido nombrado oficialmente, [Montesinos] tiene una oficina en el SIN y tiene un auto oficial, junto con una escolta de protección, a su servicio”.

Desde 1990, la influencia temprana de Montesinos sobre Fujimori (Fotos: La República)Desde 1990, la influencia temprana de Montesinos sobre Fujimori (Fotos: La República)

El anónimo redactor del cable hace poco esfuerzo por ocultar su ironía cuando, a continuación, menciona la visita de un general del Ejército a la casa del agregado de Defensa de la Embajada, el 20 de junio de 1991. El “general Luis Palomino Rodríguez, ex inspector general del Ejército emergió como un líder más bien improbable de un eventual movimiento anti-Montesinos. Enfundado en un chaleco antibalas y con pistola en funda, [Palomino] advirtió al agregado militar sobre la intención de Montesinos de frustrar los esfuerzos conjuntos antidrogas de Perú y Estados Unidos. La visita del general Palomino tuvo lugar un día después de recibir la orden a través del Palacio presidencial de retornar al Medio Oriente, misión que debe concluir en octubre de 1991”.

(Ver documento completo)(Ver documento completo)En efecto, el general Palomino, que a comienzos de 1991 era el Inspector general del EP, y había decidido llevar a cabo una auditoría del Cologe, el comando de Logística del Ejército, fue bruscamente nombrado por Fujimori, luego de la decisión de Montesinos, como “observador” en la guerra del Golfo. “Palomino fue nombrado primero como observador de una guerra que ya había terminado y luego de otra que no había comenzado”. Así, en forma por momentos entre cómica y grotesca, el general Palomino fue sacado de escena primero y pasado al retiro después.

¿Quién controla a quién?

Pero la parte más interesante de ese grupo de cables es uno escrito en fecha significativamente anterior al cable sobre Palomino, hacia fines de 1990.

El cable reseña una conversación con tres generales del Ejército que llevaban entonces ya varios años en el retiro, pero que habían tenido –con marcadas diferencias entre sí– gran influencia y predicamento en el Ejército.

Se trataba de los generales retirados Edgardo Mercado Jarrín, Luis F. Cisneros Vizquerra y Sinesio Jarama Dávila. Dos de ellos, Mercado Jarrín y Cisneros Vizquerra, habían liderado el Ejército en momentos marcadamente diferentes; y el tercero, Jarama, había sido un jefe militar con fuerte liderazgo, cuyo último puesto importante, el de jefe de la entonces II Región Militar (Lima) había sido cortado por el caso de Accomarca.

Edgardo Mercado (Foto: La República)Edgardo Mercado
(Foto: La República)
Lo más importante es que tanto Mercado Jarrín como Jarama Dávila habían sido jefes directos de Montesinos durante el gobierno de Velasco, y conocían de primera mano las razones por las cuales este había sido entonces acusado de espionaje.

De acuerdo con los tres generales “Fujimori está en el bolsillo trasero del Servicio de Inteligencia Nacional y está particularmente influenciado por Vladimiro Montesinos Torres, actualmente el número dos en el SIN. El general retirado Edwin Díaz es el jefe del SIN, pero solo de nombre”.

Edwin Díaz renunció a la jefatura del SIN a fines de 1990 y su renuncia fue aceptada en febrero de 1991, de manera que el cable es de fecha anterior a la renuncia.

Según dijeron entonces los tres generales, “coincidieron que la relación entre Fujimori y el SIN, con la inteligencia del Ejército en la periferia era extraordinaria – una situación en la cual el aparato de inteligencia gobernaba y dirigía efectivamente al Estado”.

Los generales coincidieron en otro sorprendente diagnóstico: “De acuerdo con los tres, el SIN está obsesionado con la noción de que el partido político Alianza Popular Revolucionaria Americana, el APRA, actúa en concierto (o connivencia) con el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, MRTA. Los generales tenían también la opinión de que Montesinos convenció a Fujimori a destituir una larga lista de altos oficiales del Ejército y la Policía por conexión con el APRA, corrupción y narcotráfico”.

¿Cómo iba a terminar el proceso de purgas y de conquista del Estado a manos de Montesinos? De acuerdo con el cable, “uno de los generales opinó que ‘la CIA peruana no puede dominar el Estado peruano’ y que las Fuerzas Armadas intervendrían para ‘decapitar’ la estructura de inteligencia. Los otros dos estuvieron de acuerdo e indicaron que, en cuanto se conozca más sobre Montesinos, el gobierno de Fujimori enfrentará más críticas y que el Presidente tendrá entonces que decidir el curso de acción a tomar”.

(Ver documento completo)(Ver documento completo)

Ya sabemos qué curso eligió.

Pero, aparte de que la clarividencia no fuera el punto fuerte en la visión de los generales, su diagnóstico sobre el poder real de Montesinos a los cuatro o cinco meses del ascenso de Fujimori a la presidencia, fue tanto preciso como acertado.

No eran los únicos en saberlo. Todo aquel con algún conocimiento de las dinámicas internas del poder en esos meses, sabía qué estaba pasando, aunque muy pocos se atrevieran a decirlo en público.

Este periodista, entonces corresponsal de El País, de España, interrogaba invariablemente a Fujimori sobre su relación con Montesinos en cada conferencia de prensa con la prensa extranjera, y Fujimori invariablemente mentía al responder.

Ese día, sin embargo, los tres generales describieron con precisión el presente aunque fallaron en predecir el futuro, con lo cual no solo dieron un testimonio de gran importancia sobre la realidad peruana a fines de 1990, sino dejaron ver involuntariamente las razones por las que Montesinos, paria reciente en ese tiempo, ganó a sus enemigos militares cada maniobra y sentó las bases para su hegemonía cleptocrática durante todo el decenio que recién empezaba entonces y que ya era tan difícil de evitar.

DOCUMENTO COMPLETO (Enlace original / En nuestro sitio)

Originalmente publicado en IDL Reporteros, el 18 de setiembre de 2012

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Doce años después del primer “Vladivideo” que tumbó a Alberto Fujimori

Diez años de dictadura se acabaron en 67 días que duró el tercer gobierno de Alberto Fujimori el año 2000. Un video fue el inicio del final de aquella etapa mórbida de la historia del Perú.

El jueves 14 de setiembre del año 2000, Luis Iberico y Fernando Olivera presentaron ante la prensa, la poca que aún mantenía independencia, un video que registraba el preciso instante en que el brazo derecho de Fujimori y asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, pagaba 15 mil dólares al entonces congresista Alberto Kouri para pasarse a la bancada del fujimorismo.

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© La RepúblicaHasta ese día muchos seguían moviendo el cuerpo al ritmo del “baile del Chino”. Hasta ese día se sabía poco del misterioso asesor presidencial. Hasta ese día no se conocía lo que ocurría en la salita del SIN y en sus muebles de cuero. Aquel día conocimos a lo que se dedicaba Montesinos: corromper congresistas, y una palabra nueva se incluyó en el vocabulario político: tránsfuga.

Fujimori no apareció en los tres días siguientes. El sábado 16 de setiembre, en un mensaje a la nación, convocó a nuevas elecciones. “Y en esas elecciones no participará quien habla”, dijo. La gente salió a festejar a las calles.

El 23 de setiembre, Montesinos fugó a Panamá en una avioneta alquilada al empresario Dionisio Romero. Un mes después, 23 de octubre, regresó. Durante dos días Fujimori rastreó a Montesinos en Chaclacayo, quizás desesperado por el botín más preciado: los “Vladivideos”.

El 29 de octubre, mientras Montesinos se volvía a fugar del país a bordo del velero Carisma, dos desconocidos, los hermanos Ollanta y Antauro Humala se levantan en armas desde el Fuerte Arica en Locumba – Tacna.

El 13 de noviembre Fujimori apareció en las pantallas de televisión durante su participación en el foro APEC en Brunei. Se había ido del país la noche anterior sin que nadie lo sepa. El 19 de noviembre, en Japón renunciaba a la presidencia enviando un fax.

 

Publicado por La República el 15 de setiembre de 2012

 

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5 y 7 de abril, dos fechas para recordar

Por Jo-Marie Burt

El 6 de abril es un día interesante para escribir una columna, pues es antecedido y seguido por dos dos días representativos de tendencias opuestas y mutuamente excluyentes en la historia peruana: el 5 de abril, día en que en 1992 Alberto Fujimori declaró el autogolpe contra la institucionalidad democrática del Perú con el apoyo de las Fuerzas Armadas y un sector importante del empresariado; y el 7 de abril, día en que, hace dos años, la Sala Penal Especial condenó a Fujimori a 25 años de prisión por ser el autor mediato de varios crímenes de lesa humanidad, entre ellos Barrios Altos y La Cantuta.

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El 6 de abril marca entonces la distancia entre el autoritarismo, la corrupción, la arbitrariedad, la violación sistemática de los derechos humanos, por un lado, y por otro, el imperio de la ley, los derechos fundamentales de las personas, y la apuesta por la democracia no como un régimen que pueda solucionar todos los males, pero tal cómo dijo alguna vez Winston Churchill, como el menos malo de todas las formas de gobierno pues por lo menos permite, cuando funciona bien, controlar y fiscalizar a quienes detentan el poder.

Este 6 de abril es de especial interés pues antecede por cuatro días a las elecciones generales en el Perú. Llama la atención que Keiko Fujimori —la hija de Alberto Fujimori, autor del autogolpe, de los crímenes de Barrios Altos y Cantuta, de innumerables actos de corrupción— cuente con un apoyo consistente de 18 a 20% del voto y que, por lo tanto, tenga buenas probabilidades de pasar a la segunda vuelta.

Durante el debate presidencial del domingo pasado, Keiko Fujimori hizo lo posible para evocar entre los votantes un recuerdo positivo del gobierno de su padre. Dijo que él venció la inflación y el terrorismo, y gracias a sus reformas Perú vive hoy una democracia plena y goza de buena salud económica. Cuando le preguntaron sobre su plan de seguridad ciudadana dijo: “Si nosotros vencimos el terrorismo, claro que podemos vencer la delincuencia,” y dijo, claramente, que estaba a favor de una política de “mano dura”. Los demás candidatos cuestionaron su lectura parcial del pasado, por lo menos en algunos temas. Por ejemplo Alejandro Toledo le recordó que su gobierno heredó una economía estancada gracias a las políticas económicas de su padre, y PPK le recordó a los electores las cercanas relaciones entre Fujimori y Montesinos.

Sin embargo ninguno cuestionó, en lo fundamental, el autoritarismo del régimen fujimorista, la violación sistemática a los derechos humanos, la gran corrupción de los medios, de las Fuerzas Armadas, y de la institucionalidad en general. De esa tarea se han encargado los peruanos de a pie, que hicieron lo suyo al recordar los aspectos negativos del fujimorismo que no se nombraron durante el debate, gracias a los nuevos medios sociales como Facebook y Twitter. En Twitter, por ejemplo, bajo el hashtag #tupapa cientos de personas recordaron el nefasto autogolpe y el daño a las instituciones perpetrado por el régimen fujimorista.

 

“Quién te pagó todos tus estudios con el dinero de los peruanos?”   #tupapa

“Quién compró los medios de comunicación?”   #tupapa

“Qué gobierno engendró asesinos y los cubrió con leyes de amnistía?”   #tupapa

“Quién manejó a su antojo el Poder Judicial y quebró la institucionalidad de nuestras FF. AA.”   #tupapa

“Quién estaba pescando en un río mientras la policía capturaba a Abimael Guzmán?”   #tupapa

“Quién esterilizaba mujeres indígenas porque no quería más pobres?”   #tupapa

“Quién renunció por fax?”   #tupapa

Muy probablemente Keiko Fujimori llegue a la segunda vuelta, lo que no nos debe sorprender. En un país con brechas sociales tan grandes como el Perú, donde el boom económico sólo ha beneficiado a algunos, y donde la educación es tan pobre, el mensaje populista de Fujimori tiene apego, como lo tenía en la época de su padre.

Tampoco debe sorprender que para algunos el mensaje de “mano dura” sea atractivo. Al perder el plebiscito en 1988 el dictador chileno Augusto Pinochet tuvo que dejar el poder, pero obtuvo el 42% del voto y hasta hoy hay chilenos que lo apoyan. Efraín Ríos Montt, golpista y genocida de Guatemala, fue elegido presidente del Congreso y de no haber prohibición constitucional que impide a los golpistas candidatear a la presidencia bien pudo haber sido elegido. En sociedades desiguales, donde el Estado no funciona igual para todos, donde la inseguridad es el pan de todos los días, la “mano dura” tiene sus adeptos. Pero no será la última palabra. El Perú es el 5 de abril, pero también es el 7 de abril. Apostemos que el día domingo, los peruanos dará un paso adelante, y no atrás.

 

Publicado por primera vez en A contracorriente, el 6 de abril 2011

 

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Mayoría de peruanos no aprueban indulto para Alberto Fujimori

Por Jo-Marie Burt

Alberto Fujimori durante su juicio por violaciones a los derechos humanosAlberto Fujimori durante su juicio por violaciones a los derechos humanosFrente a la noticia de que hoy un congresista del APRA propone que Alan García indulte a Alberto Fujimori, me pareció relevante publicar una nota que salió en La República hace unos meses atrás. Se trata de un análisis breve que hice en base a una encuesta a nivel nacional que encargué al Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IOP-PUCP) a fines de noviembre de 2010.

Los resultados de la encuesta están claros: dos tercerios, o 63%, de los peruanos no están a favor de un indulto para Fujimori, quien consideran culpable de los crímenes por los cuales fue procesado y condenado a 25 años de cárcel.

Claro que la opinión pública no es razón para argumentar en favor o en contra de un indulto; debería ser en base a las normas jurídicas nacionales e internacionales. Varios juristas han explicado que en este caso Fujimori no podría ser beneficiario de un indulto pues la ley peruana no permite el indulto para quien haya sido condenado por secuestro agravado, como fue él. Por otro lado, el derecho internacional no permite el indulto para quien fuera condenado por crímenes de lesa humanidad; en el caso de Fujimori, la sentencia dice claramente que los crímenes por los cuales Fujimori fue condenado (homicidio calificado, secuestro agravado y asalto agravado) son crímenes de lesa humanidad según el derecho internacional. Pero en la política la opinión pública sí importa.

Publico entonces esta nota porque se dice que el pedido de un indulto para Fujimori de parte del congresista (PAP) José Vargas tendrían la intención de medir la reacción pública frente a la propuesta del indulto. Pues aquí van datos concretos, de la única encuesta de la cual tengo conocimiento que mide la opinión popular sobre un posible indulto a Alberto Fujimori.

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Pocos quieren ese indulto

Por Jo-Marie Burt (*)

Durante la última semana se desató una polémica en relación a la posición de los candidatos presidenciales frente a la posibilidad de indultar al ex mandatario Alberto Fujimori, quien está cumpliendo una condena de 25 años por violaciones a los DDHH. Más allá de lo que opina cada candidato, es importante saber qué opinan los peruanos de la calle. Según una encuesta reciente que aplicamos a nivel nacional, podemos afirmar algo que puede interesar a los candidatos presidenciales: la gran mayoría de los peruanos rechaza de manera contundente un indulto a Fujimori.

Según los resultados de la encuesta, dos de cada tres peruanos (63.3%) afirman no estar de acuerdo con un posible indulto a Fujimori. De estos, 58.8% afirman que no se le debería indultar “porque es culpable y debe cumplir su condena”, o sea, mantienen una posición principista con la justicia. Se expresaron otros motivos no menos importantes: 19.9% dicen que un indulto “sería una burla a las víctimas”, mientras 18.3% afirman que “sería injusto y generaría impunidad”. Por otro lado, un número no poco significativo –36.6%–afirman que sí estarían de acuerdo con un indulto. La razón más frecuente que señalan los encuestados que se mostraron favorables a un indulto para justificar tal medida es “porque salvó el país del terrorismo” (57%); 19.6% dicen que es “porque fue un buen presidente”. Sólo 18.7% dicen que se le debe indultar “por razones humanitarias”.

Otro tema resalta de los resultados del sondeo. Encuestas realizadas inmediatamente después de la sentencia emitida contra Fujimori en abril de 2009 dieron cuenta de que dos de cada tres peruanos veían positivamente la condena. Según nuestra encuesta, a dos años del fin del proceso, la aprobación ciudadana de la sentencia se mantiene firme: 53.5% afirmaron que “estoy plenamente de acuerdo con la sentencia a Fujimori”, mientras 24% afirmaron “estoy de acuerdo con la sentencia pero el número de años debería ser menor”. Con matices, entonces, 77.5% de los peruanos aprueban la condena a Fujimori. Un número muy reducido –22.2%–afirmó estar en desacuerdo con la sentencia. De este grupo, 12.8% dijeron “a pesar que considero que [Fujimori] tiene responsabilidad no debería estar en la cárcel”, mientras que solo 9.4% dijo “no estoy de acuerdo con la sentencia porque es inocente”. Resulta muy notable que sólo uno de cada diez peruanos considera que Fujimori es inocente.

Tal vez, como varios han sugerido, los distintos candidatos creen que declarándose a favor de un indulto “humanitario” a Fujimori puedan atraer el voto fujimorista. Deberían más bien considerar las opiniones de sus conciudadanos. Según nuestra encuesta, la gran mayoría de peruanos prefiere que Fujimori cumpla su condena y que sus representantes electos hagan valer la justicia.

 

 

* Nota: La encuesta fue realizada por Instituto de Opinión Pública (IOP) de la PUCP. Se aplicó la encuesta a 1,205 personas en 19 regiones del país entre el 25 al 30 de noviembre de 2010. La encuesta es parte de una investigación en curso sobre el proceso de judicialización de las graves violaciones a los DDHH ocurridas durante el conflicto armado interno que vivió Perú durante 1980 y 2000 dirigida por la autora.

 

 

 

Originalmente publicado en La República, el 30 de enero de 2011

 

 

Publicado por primera vez A contracorriente, el 7 de junio 2011

 

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Reflexiones, a 18 años de La Cantuta

Por Jo-Marie Burt

Este domingo 18 de julio se cumplen 18 años de la desaparición y asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta” por el Grupo Colina, escuadrón de la muerte organizado por el régimen de Alberto Fujimori para eliminar supuestos subversivos. (1) Hoy en día La Cantuta es símbolo de la lucha contra la impunidad y trae a la memoria una victoria única: la condena a 25 años de prisión efectiva al ex presidente Fujimori como autor mediato de este y otros crímenes más.

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Sin embargo es importante reflexionar sobre la naturaleza de esa victoria, que demoró tanto en hacerse realidad, y lo que ha significado para los familiares de las víctimas de este caso que, como tantos otros, han luchado incansablemente para lograr la verdad y la justicia.

Varios de los familiares de las víctimas de La Cantuta —como tantos otros familiares que sufrieron la pérdida de un ser querido durante el período de violencia política— se vieron obligados a postergar sus propios proyectos de vida para dedicarse a esa lucha, para lograr saber que había pasado con sus hermanos, hermanas, hijos, hijas, esposos. Una vida entera buscando la justicia, contra la ceguera y la prepotencia de las autoridades durante el decenio fujimorista; luego de la huida repentina de Fujimori, viajaron primero a Japón y luego a Chile para convencer a las autoridades de la necesidad de extraditar al ex jefe de Estado para que un tribunal peruano pudiera procesarlo por sus crímenes; hasta que tuvieron que recurrir a un tribunal internacional que, finalmente, en su sentencia de 2006, encontró culpable al Estado peruano del crimen de La Cantuta y ordenó una investigación así como el procesamiento penal y sanción correspondiente a los responsables. Sin duda no fue una lucha en vano, y se ha logrado cosas importantes: El mayor responsable, Alberto Fujimori, y el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, General (r) Julio Salazar Monroe, hoy purgan prisión luego de haber sido condenados por su rol en el caso La Cantuta; y ambas condenas han sido ratificadas por la Corte Suprema.

Pero el camino de la justicia no es fácil ni sencillo en el Perú. Es poco conocido que aún persisten procesos judiciales por el caso Cantuta, que involucran a algunos de los autores materiales de este crimen (todos ellos militares que formaron parte del Grupo Colina). Tampoco es muy conocido que hay otro proceso judicial por el caso Cantuta contra otros presuntos responsables que tuvieron un papel fundamental en la creación del Grupo Colina, incluyendo Vladimiro Montesinos, el jefe de facto del SIN durante el régimen de Fujimori y los generales en retiro Nicolás Hermoza Ríos y Luis Pérez Document; así como contra los principales responsables operativos del Grupo Colina, los oficiales militares Santiago Martin Rivas, Carlos Pichilingue Guevara y Jesús Sosa Saavedra. El caso está ante el Segundo Juzgado Penal actualmente, pero hasta el momento no comienza el juicio oral. Según Gisela Ortíz, familiar del caso Cantuta, no se pudo unificar el caso en un sólo proceso debido a maniobras realizadas por Montesinos en el fuero militar que recién salieron a la luz en 2002 durante las primeras audiencias del caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Como señala Ortíz, “como familiares nos seguimos hipotecados a procesos judiciales que nunca acaban.”

Tampoco es muy conocido los límites en este caso en cuanto a la verdad sobre el paradero final de las víctimas. Es cierto que un mapa entregado al periodista Edmundo Cruz logró identificar algunos de las víctimas de La Cantuta. Pocos saben que sólo uno de los cuerpos, el de Luis Enrique Ortíz Perea, fue hallado entero. De las otras nueve víctimas, encontraron los restos parciales de sólo cuatro de ellos, mientras cinco se mantienen en condición de desaparecidos puesto que no se ha hallado –hasta hoy día— ningún rastro de ellos. Por lo tanto los familiares de estos estudiantes no han podido darles una sepultura digna a sus hijos e hijas asesinados tan cruelmente por agentes del Estado. De hecho los familiares han pedido que se realice una exhumación oficial en Cieneguilla para poder encontrar los demás restos, puesto que varios miembros del Grupo Colina han dado información concreta sobre posibles lugares de entierro, pero hasta el momento las autoridades no han programado el peritaje correspondiente. (2)

Para el colmo, durante el régimen fujimorista los restos y pertenencias de algunos de los estudiantes fueron extraviados. Por ejemplo las famosas llaves de Armando Amaro Cóndor, objetos ya icónicos de la brutal masacre de los estudiantes y de la impunidad que protegió a los asesinos por tantos años, además de evidencia concreta de que los restos encontrados en Cieneguilla fueron efectivamente los estudiantes de La Cantuta, nunca fueron entregadas a su madre, la Señora Raida Cóndor. Esto lo supe recién hace unos meses atrás cuando una persona que trabaja para el proyecto del Lugar de la Memoria consultó a la Señora Raida si se pudiera tener las llaves para exhibirlas. Todos quedamos sorprendidos al saber que las llaves fueron, como su dueño, también víctima de una desaparición.

El poeta polaco Zbigniew Herbert escribió que “La ignorancia sobre aquellos que desaparecieron socava la realidad del mundo.” En el Perú hoy en día se estima que son 15 mil personas que fueron desaparecidas durante el período de violencia política, la gran mayoría por agentes del Estado. De ellos, se han exhumado 1,200 cuerpos y se han identificado 600. La tarea pendiente es enorme, la deuda con los familiares de las víctimas inmensa y urgente. Al no saber qué pasó a su hijo o hija, su hermana o hermano, su esposo o esposa, su padre o madre, para el familiar el mundo pierde su sentido de realidad, queda en el limbo absoluto; imagina lo peor pero espera que su ser querido regresa vivo o viva; se ve consumido por la búsqueda eterna de la verdad sobre el destino de su familiar y deja proyectos personales a un lado para dedicarse a esa búsqueda. Pero como dice Herbert, la ignorancia sobre quienes fueron desaparecidos también destruye el lazo solidario en que se basa la existencia humana. Afecta toda la colectividad, nos sumerge en el miedo, nos hace mirar al otro con sospecha, por miedo que nos pueda pasar lo mismo. Al persistir la ignorancia sobre los desaparecidos, la realidad del mundo se desvanece a favor del olvido, la desmemoria, la negación. Si no recuerdo lo que pasó, si la sociedad no se acuerda que pasó, la realidad de la violación sistemática de los derechos humanos puede ser negada, y los reclamos de verdad y justicia puedan ser ignoradas. En el Perú hoy en día —a pesar de éxitos de suma importancia como la condena al ex presidente— la ignorancia está dando paso al olvido y la negación, y la impunidad gana terreno, y los derechos de las víctimas y sus familiares pasan a un segundo plano, todo ello alentado desde las más altas esferas del poder.

Notas:

(1) Para un resumen sobre el caso Cantuta, véase: [1] (^^^)

(2) Hay tantas otras injusticias que se podría mencionar. Carlos Pichilingue, actualmente procesado por el megacausa Barrios Altos-Pedro Yauri-Santa además por el caso Cantuta, interpuso una denuncia constitucional a los jueces de la Sala Penal Especial por haber determinado en su fallo contra Alberto Fujimori que los estudiantes de La Cantuta no fueron terroristas. A pesar de que la denuncia fue declarada improcedente en noviembre de 2009, según el diario La República, el bloque fujimorista en el Congreso persiste en mantener la denuncia en la agenda parlamentaria. La República, 30 de junio de 2010. (^^^)

Enlaces:

[1] Enlace original / Enlace en nuestro sitio

 

Publicado por primera vez en NoticiasSER.pe, 14 julio 2010