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Los huesos hablan: Identifican los restos de tres personas desaparecidas en Los Cabitos

Por Jo-Marie Burt y María Rodríguez (*)

Se sabe que, a lo largo de los años del conflicto armado interno, la base militar Los Cabitos —sede del Comando Político-Militar de Ayacucho— fue utilizada como centro de detención, tortura, ejecución y desaparición forzada.

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Puerta de entrada del cuartel Los CabitosPuerta de entrada del cuartel Los CabitosEstá el testimonio del ex agente de inteligencia Jesús Sosa Saavedra, publicado en el libroMuerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda, en el cual da cuenta que él mismo desenterró a unos 300 cuerpos de personas que habían sido ejecutadas en Los Cabitos y los incineró, ordenado por sus superiores para destruir las evidencias de las prácticas siniestras de las Fuerzas del Orden.

Está el Informe de la CVR, que da cuenta de testimonios de 138 casos de personas que fueron secuestradas, torturadas, o asesinadas por las Fuerzas del Orden entre 1983 y 1984 en Los Cabitos.

Están los testimonios de los sobrevivientes y familiares que han testificado ante la Sala Penal Nacional en el proceso judicial de Los Cabitos 83, que comenzó en mayo de 2011. Unas quince personas han contado con detalle cómo fueron detenidas, llevadas a Cabitos, sometidas a varios tipos de torturas, entre ellos la violencia sexual, para luego ser liberadas cuando sus interrogadores se dieron cuenta de que “no tenían nada que ver” con Sendero Luminoso. También están los testimonios de los familiares que relataron, también ante el juzgado, como las Fuerzas del Orden llevaron a sus seres queridos a Los Cabitos y nunca más los volvieron a ver con vida.

Están las exhumaciones realizadas por el Instituto de Medicina Legal (IML) en Los Cabitos, en la zona llamada La Hoyada, entre 2005 y 2009, donde desenterraron más de 50 cuerpos enteros, y los restos parciales de unas 50 personas más. En la mayoría de casos, los cuerpos muestran claro signos de haber sido ejecutados a corta distancia, con balas en la cabeza, y con las manos atadas hacia la espalda. Hallaron, además, cuatro hornos —uno de ellos con restos humanos adentro— que habrían servido para la incineración de cadáveres de personas ejecutadas extrajudicialmente, así como los tubos que alimentaban los hornos de energía. Según las proyecciones del IML, podrían superar un millar las víctimas enterradas en Los Cabitos.

Juicio Cabitos - Audiencia en Ayacucho 24 agosto 2012Juicio Cabitos – Audiencia en Ayacucho 24 agosto 2012Ahora tenemos un nuevo elemento para afirmar que Los Cabitos fue un centro de detención, tortura y ejecución: luego de un largo proceso de exhumación y análisis, se ha podido identificar a tres de las personas cuyos restos fueron encontrados en La Hoyada. La noticia fue revelada el miércoles durante el juicio Los Cabitos 83, en el contexto de una audiencia sobre los hallazgos de las exhumaciones realizadas en la base militar.

El tribunal leyó un informe presentado por el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) dando cuenta de la identificación. Según la doctora Gloria Cano, abogada y directora ejecutiva de Aprodeh que representa a la parte civil en el juicio, dos de las personas identificadas fueron desaparecidas el año 1984, mientras que la otra, en 1985. Se revelaron los nombres de las tres personas que no reproducimos aquí por respeto a la privacidad de los familiares mientras procesan la información sobre el destino de sus seres queridos.

El juicio oral en proceso sólo comprende casos de 1983, por tanto las víctimas cuyas identidades han sido recuperadas no están dentro del proceso actual. El Ministerio Público solicitó al juzgado que remita el informe al fiscal supraprovincial de Ayacucho que tiene a su cargo la investigación de Cabitos 1984-85.

Sin embargo, la identificación de tres personas desaparecidas en Los Cabitos —las primeras identificaciones de los más de cien cuerpos exhumados del cuartel militar— tiene una relevancia para el caso actual, pues aporta nuevas evidencias materiales de la práctica sistemática de la desaparición por parte de las Fuerzas del Orden, práctica que comenzó en 1983 y se continuó utilizando a lo largo de la década de los 80. Confirma además de que sí es posible identificar a los desaparecidos, a pesar de que ha trascurrido más de dos décadas desde su desaparición. Eso, sin duda, va a generar una expectativa enorme entre los familiares de los más de 15.000 desaparecidos en el Perú.

Exhumaciones en Los Cabitos

Zona de la Hoyada, donde se halló uno de los hornos.Zona de la Hoyada, donde se halló uno de los hornos.Las identificaciones de las tres personas reveladas por el informe de EPAF se realizaron por medio del contraste de las muestras de ADN que fueron recolectando de los familiares de los desaparecidos con los restos óseos exhumados en La Hoyada. El proceso ha sido largo. El IML comenzó las exhumaciones en el 2005, y se tuvo que suspender el trabajo por un tiempo por falta de recursos. De nuevo entre 2007 y 2009 se continuó con el trabajo, con el resultado mencionado arriba: se encontraron los restos completos de más de 50 personas, y restos parciales de otros 50. En total, se habrían encontrado los restos de 109 personas.

En la audiencia del día miércoles, el arqueólogo forense del Equipo Forense del IML Luis Alberto Rueda dio cuenta de estos resultados. Presentó fotografías que ilustraban el trabajo de excavación y fosas halladas en el cuartel Los Cabitos, así como impactantes imágenes de los cuerpos completos de hombres, mujeres, niños y hasta fetos, arrojados en los hoyos o fosas. Casi todos tenía muestras de que habían sido ejecutados extrajudicialmente: orificios de balas en las cabezas, las manos atadas detrás de la espalda. En todas las fosas se hallaron balas o casquillos de balas dentro de los cuerpos o a su alrededor. Según el experto, los restos encontrados pertenecían a los años de 1980 a 1986, pues los objetos asociados que encontraron —monedas de 100 soles de oro— existieron sólo hasta 1986.

En otro sector se hallaron las fosas de los cuerpos incompletos, partes de manos y piernas mezcladas con piedras y cal. Estas eran fosas alteradas por el factor humano, pues en las paredes del entierro figuraban las improntas de instrumentos de labranza, utilizados para remover la tierra.

También se mostró pequeños hoyos de restos óseos expuestos al fuego. El arqueólogo manifestó que estos restos carbonizados estaban mezclados con otros objetos asociados como prótesis, fragmentos de una correa de reloj o el plástico derretido de zapatillas. En total, se registró 30 kilogramos de este material. Estos restos también se hallaron en el barranco ubicado al lado izquierdo de la trocha carrozable del penal Yanamilla, que une el cuartel Los Cabitos.

Rueda destacó el hallazgo de una fosa donde el cuerpo de la víctima yacía entre dos camas de leña, y encima una estructura de cemento. Los restos tenían evidencia de haber sido carbonizados, pero no se había logrado incinerar en su totalidad. Para el arqueólogo, fue un intento de incinerar al individuo dentro de la fosa, sin éxito. Probablemente, fue uno de los primeros intentos en la búsqueda del mejor método de desaparición de restos humanos en el cuartel.

Otra fotografía registró las cuatro estructuras de ladrillos —los hornos utilizados para incinerar los cadáveres— con ductos de tuberías de metal y un sistema eléctrico. Uno de los hornos mostró gran cantidad de cenizas y se hallaron restos humanos en estado de calcinación, aunque fue imposible determinar el número. Según Rueda, hubo evidencias del colapso intencional del horno, porque en la quebrada hallaron el arrojo de desmonte y ladrillos asociados, y en la trocha, un proceso de arrastre que los llevó a concluir que objetivo fue destruir el horno.

La urgencia de mayor investigación

Lo que hace evidente el trabajo de exhumación realizada por el IML y las identificaciones realizadas por EPAF es que se requiere mayor investigación para poder identificar a las 15,000 personas que fueron desaparecidas durante el conflicto armado interno. A vísperas de los diez años de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, según EPAF, se ha podido identificar menos del 1% de los desaparecidos durante el conflicto armado interno, lo cual demuestra lo poco que se ha avanzado en esta tarea.

Falta exhumar en otras bases militares que formaron parte del circuito de represión, como los cuarteles de Totos, Churcapampa, Pampa Cangallo, entre otros. Las autoridades deberían declarar a todas las bases militares como zonas intangibles para prevenir la destrucción de evidencias, como ya ocurrió con La Casa Rosada, que fue el sede de Inteligencia Militar y el cuartel Los Cabitos, centro de reclusión, tortura y ejecución, que fue demolido y ahora hay una nueva construcción en su lugar. También se ha denunciado anteriormente que elementos desconocidos estaban promoviendo la invasión de la zona llamada La Hoyada para la construcción de viviendas. Por ello, y en vías de crear un espacio de conmemoración para las víctimas de Los Cabitos, la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP) y el movimiento de derechos humanos han solicitado que La Hoyada sea declarada un santuario de memoria. También se requiere ampliar el trabajo de recolección y análisis de ADN de los familiares para tener un punto de contraste con los restos óseos encontrados.

La deuda pendiente con los familiares de los desaparecidos

El Estado peruano tiene una deuda con los 15,000 desaparecidos que no termina de saldar. La CVR recomendó que el Estado diseñe e implemente un Plan Nacional de Búsqueda de los Desaparecidos. No ha ocurrido. Las identificaciones reveladas en estos días de tres víctimas de la desaparición forzada en el cuartel militar Los Cabitos resalta la urgencia de que el Estado tome acción de manera urgente para resarcir el daño causado. Los familiares de las víctimas tienen derecho a conocer la verdad y enterrar a sus seres queridos, y la sociedad tiene derecho a saber plenamente qué pasó durante los años oscuros del conflicto.

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Para más información sobre el juicio por el caso Los Cabitos 1983, vea los siguientes reportajes:

 

* Jo-Marie Burt es profesora de ciencia política en la Universidad de George Mason y asesora principal de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). Es autora del libro “Violencia y autoritarismo en el Perú: bajo la sombra de Sendero y la dictadura de Fujimori” (IEP, SER, EPAF; 2009, 2011). (^^^)

* María Rodríguez Jaime es licenciada en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Como parte de un proyecto de investigación sobre el proceso de justicia por crímenes de lesa humanidad en el Perú, están monitoreando varios juicios, entre ellos Los Cabitos 1983. Se puede acceder a información sobre el proyecto en la página web, Peru Human Rights Trials Project. (^^^)

Publicado originalmente en Noticias SER el 22 de marzo de 2013

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Hallan fosa que tendría restos de estudiantes desaparecidos

Condenable. Restos como los mostrados fueron ubicados por peritos del Ministerio Público ayer en HuancavelicaCondenable. Restos como los mostrados fueron ubicados por peritos del Ministerio Público ayer en HuancavelicaHuancavelica

  • Condenable. Restos como los mostrados fueron ubicados por peritos del Ministerio Público ayer en Huancavelica.
  • Serán analizados en el laboratorio de forense del Ministerio Público de Ayacucho

Por Elías Navarro

Ayacucho

Una fosa con los restos de diez personas, entre los que se encontrarían los cuerpos de tres estudiantes desaparecidos en Huancavelica en 1989, fue exhumada ayer por peritos del equipo forense del Ministerio Público de Ayacucho.

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Familiares de las presuntas víctimas ubicaron el lugar de entierro en un paraje conocido como Sachapite, en el sector Chupanhuayco, del distrito de Yauli, e informaron a las autoridades.

El representante de la Fiscalía Supraprovincial de Derechos Humanos de Huancavelica, Juan Manuel Borjas, informó que los cuerpos se encontraron en una zona pantanosa que dificultó la exhumación.

Los cadáveres se encontraban a más de un metro de profundidad, apilados unos sobre otros y vestían zapatillas, pantalones y otras prendas que hacen suponer que se trata de jóvenes de sexo masculino y que habrían sido ejecutados extrajudicialmente.

Los restos serán analizados en el laboratorio forense el Ministerio Público de Ayacucho para el proceso de identificación y la determinación de las causas de la muerte.

INVESTIGACIONES

El fiscal Borja dirigió los trabajos de exhumación como parte de la investigación que realiza sobre la desaparición forzada de cuarenta comuneros en Huancavelica, de los cuales 12 eran estudiantes. Todos ellos habrían sido detenidos por efectivos del Ejército en 1989, cuando el jefe político militar era el entonces coronel Julio Edgardo Alzamora García.

El presidente de la Asociación de Familiares de Desaparecidos de Huancavelica, Alejandro Crispín, relató que su hijo, Javier Crispín Colina, estaría entre los cuerpos hallados por el Ministerio Público en el paraje de Sachapite.

Relató que el joven estudiaba Educación Física en el Instituto Superior Pedagógico de Huancavelica y tenía apenas 18 años cuando fue detenido.

Indicó que la madrugada del 3 de julio de 1989 estaba con dos compañeros de estudios realizando un trabajo para el instituto, cuando ingresaron efectivos militares y se los llevaron.

Sostuvo que su hijo fue trasladado a la base contrasubversiva ubicada en Santa Teresita, y nunca más volvió a verlo. Crispín aseguró que junto con su hijo fueron detenidos los estudiantes José Ayuque Suárez y Temis Tucles Cusi Rivero, quienes siguen en calidad de desaparecidos.

Agregó que esa misma madrugada la patrulla militar detuvo a cerca de 40 personas de la comunidad de Chupanhuayco, muchas de las cuales nunca volvieron al lugar.

TESTIMONIOS DADOS A LA CVR

Al menos nueve testimonios, recogidos por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), indican que el 3 de julio de 1989 un grupo de estudiantes del Instituto Superior Pedagógico de Huancavelica fue secuestrado por efectivos del Ejército.

Según los familiares, algunos fueron llevados a la base contrasubversiva Santa Teresita y otros a la sede del comando político militar, conocido como la Casa Rosada.

 

Publicado en el diario La República el Jueves, 28 de junio de 2012

 

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Exhumación e identificación de cuerpos victimados por Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas en 1984

Fiscalía entregó 17 cuerpos de campesinos asesinados por el terrorismo en 1984

Por Elías Navarro

  • Dolor. Los sobrevivientes colaboraron con la Fiscalía en la identificación de los cadáveres.
  • Ayacucho. El primer caso es la masacre en Cabanito, distrito de Soras, provincia de Sucre. El segundo corresponde a una matanza en el distrito de Llochegua.

La Fiscalía de Derechos Humanos entregó a los familiares los 17 cuerpos exhumados de tres lugares en la región Ayacucho. En estos lugares las víctimas fueron sepultadas clandestinamente tras ser asesinadas brutalmente por Sendero Luminoso en 1984. Los cadáveres fueron exhumados luego de 28 años de varias fosas comunes por peritos del Equipo Forense Especializado el Ministerio Público de Ayacucho. Luego se realizó el trabajo de identificación de los cuerpos en laboratorio, con la colaboración de los familiares.

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Imagen del Proyecto "Un día en la memoria" de Mauricio Delgado: http://www.undiaenlamemoria.blogspot.comImagen del Proyecto “Un día en la memoria” de Mauricio DelgadoDurante el acto de entrega algunos no pudieron soportar el llanto y pidieron a las autoridades mayor celeridad en las investigaciones para que los responsables de estos crímenes sean identificados y sancionados ejemplarmente.

El primer caso corresponde a la masacre ocurrida en Cabanito-Doce Corral, por los senderistas, en el distrito de Soras provincia de Sucre.

De acuerdo con la denuncia que investiga la fiscal Cristina Olazábal Ochoa, el 16 de junio de 1984 unos 40 terroristas al mando del “camarada José” abordaron un bus de la empresa de transportes Cabanino, haciendo un recorrido con paradas sucesivas con la finalidad de asesinar a pobladores, líderes locales y autoridades de 25 comunidades de la Cuenca del Río Chicha, en un acto de venganza por la organización de dichas comunidades en comités de Auto Defensa (CAD) para enfrentarse a Sendero Luminoso.

Los subversivos buscaron la mejor forma de despistar a quienes serían sus víctimas: vestidos de soldados y policías subieron al bus interprovincial de la empresa de transportes Expreso Cabanino que siempre recorría los lunes esta zona del sur de Ayacucho, procedente de Lima por la ruta de Nazca.

La matanza se perpetró en los parajes y anexos de Chalapuquio, Badopampa, Doce Corral, Chaupihuasi, Palachapampa, Rayrosapampa, la capital del Distrito de Soras y Tranca; en las provincias de Lucanas y Sucre, Ayacucho. La Comisión de Derechos Humanos-Comisedh ha asumido la defensa legal del caso denominado Cabanino.

Mientras otros asesinaban indistintamente, otro grupo reunió a los comuneros en un ambiente del centro educativo de Chaupihuasi donde asesinaron a unas ocho personas.

De este caso, los peritos lograron identificar los restos de once personas exhumados en junio del 2011. Los cadáveres fueron trasladados a la plaza de armas de la ciudad de Huamanga donde se ofreció una misa de honras en la Iglesia San Francisco de Paula, y luego llevó el velatorio en los ambientes de la Municipalidad Provincial de Huamanga. Ayer los enterraron.

EL CASO MAYAPO

Dolor. Los sobrevivientes colaboraron con la Fiscalía en la identificación de los cadáveresDolor. Los sobrevivientes colaboraron con la Fiscalía en la identificación de los cadáveresEl segundo caso se trata de la masacre perpetrada por militares en la localidad de Mayapo, en el distrito de Llochegua, provincia ayacuchana de Huanta el 5 de julio de 1984.

De acuerdo con testigos, una patrulla de militares llegó a las 8 am al pueblo de Mayapo y luego reunieron a los pobladores, escogieron a ocho personas para llevarlas detrás de la escuela, les hicieron cavar su propia tumba y les dispararon.

“Después de 28 años pude ver los restos de mi padre Constantino Oré Barboza, quien en ese entonces era gobernador”, dijo Yevgeny Oré Lamilla.

De este caso, solo cuatro cuerpos se exhumaron. Los de Rodrigo Gutiérrez Sinchitullo, Jorge David Barboza Araujo y Víctor Velazquez Cisneros. El tercero es de Niño Yucay, del distrito de Ayacucho, provincia de Huamanga. De este lugar se exhumaron dos cadáveres.

Algunas Víctimas

  1. Carmina Lila Cirila Huachaca Huamaní
  2. Felipe Jorge Santaria
  3. María Magdalena Pusari Ventura
  4. Froilán Florencio Santaria Huamaní
  5. Toribia Huamaní Mayo
  6. Hilario Santaria Molina
  7. Eusebio Santaria Huamaní
  8. Pablo Huamaní Canales
  9. Gabriel Francisco Sotelo Huarcaya
  10. Gregorio Huamán Basilio
  11. Ricardo Alarcón Huarcaya

Publicado en el diario La República, Domingo 10 de junio de 2012

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Caso Cabitos – Identificación de prendas

El Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) escribe: “La base de Cabitos, en la ciudad de Huamanga, fue el centro de muchas desapariciones; muchas personas fueron traidas desde diversos puntos de Ayacucho, Huancavelica y Apurimac y nunca más se los volvió a ver. El día de ayer fueron presentadas las prendas de los cuerpos que ya han sido exhumadas en dicha base militar que aún sigue funcionando como base militar. Los familiares de todos los desaparecidos tienen el deseo de convertir el lugar como un Lugar de Memoria, porque muchos de ellos saben que nunca más volverán a ver a sus seres queridos. El día de hoy (12 de abril) llegan 50 personas procedentes de Hualla, distrito ubicado a 6 horas al sur de Huamanga, lugar donde existen más de 60 personas desaparecidas para poder intentar reconocer las alguna prenda de su familiar.”

Presentan prendas de víctimas del caso “Los Cabitos”

  • La Primera Fiscalía Especializada en Derechos Humanos presentó las prendas de vestir y otros objetos personales encontrados en los restos de 58 cuerpos enteros que se exhumaron en la zona conocida como “La Hoyada”, comprendidos en el caso “Los Cabitos”.

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Ministerio Público realizará exposición de prendas de vestir del caso Cabitos

© EPAF© EPAFLos restos de 58 personas entre hombres mujeres y niños fueron hallados sepultados en pequeñas fosas muy cerca del cuartel “Los Cabitos” en Huamanga; y ahora, en un acto doloroso para los familiares, se realizó el reconocimiento de las prendas de vestir y los objetos personales hallados dentro de las fosas en La Hoyada.

En el primer día de la diligencia, tres personas habrían sido reconocidas por sus familiares. En este caso los hermanos de una de las víctimas lo identificaron a través de su pantalón, el cual fue confeccionado a mano; para comprobar su veracidad, llevaron otro pantalón con las mismas medidas del tiro, detalle que el desaparecido solicitaba para la confección de sus pantalones.

En un segundo caso, la madre de dos desaparecidos habría reconocido las prendas de sus hijos, ambos pintores, quienes fueron detenidos cuando se encontraban realizando trabajos de pintado en Ayacucho; las prendas de estas dos víctimas fueron identificadas por su progenitora. Por tratarse de una diligencia judicial, la reserva de la investigación continúa con referencia a la identidad de las víctimas.

De otro lado, uno de los primeros grupos en ingresar a la exposición de prendas fueron las miembros de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Secuestrados del Perú (ANFASEP), las madres de esta agrupación tienen la certeza de que sus desaparecidos fueron ejecutados en Los Cabitos.

El Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) viene realizando las fichas Ante Mortem con la finalidad de corroborar la similitud entre los testimonios de los familiares y lo encontrado en las fosas.

Asimismo, trabajadores del Ministerio de Salud-MINSA vienen apoyando a los familiares en el aspecto psicológico y médico ante la emotividad de los hechos.

Por su parte, El Comité Internacional de la Cruz Roja viene apoyando a los familiares que radican lejos de Ayacucho, para que puedan trasladarse y colaborar para que el proceso sea transparente.

Jesús Fernando Cruz Chumbe

 

Publicado en el Diario La Voz de Huamanga, Jueves, 12 de Abril de 2012