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Jueces temerosos de juzgar matanza de El Frontón

Por César Romero

  • Insólito. Presidente del Colegio afirma que no está capacitado para un proceso de tanta trascendencia política, y otro se ha inhibido por causal no prevista en la ley.

A causa de los últimos cambios de magistrados, hasta ahora no se define a los jueces de la Sala Penal Nacional (SPN) que deben evaluar y juzgar el caso El Frontón.

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Reunión. Presidente del PJ, Enrique Mendoza, en reunión con los presidentes de los colegiados de la Sala Penal NacionalReunión. Presidente del PJ, Enrique Mendoza, en reunión con los presidentes de los colegiados de la Sala Penal NacionalLa semana pasada, por sorteo, el expediente de este caso, que el 3 de enero la fiscal superior Luz del Carmen Ibáñez presentó a la SPN, fue derivado al colegiado “B”.

Ahí comenzaron los problemas. El colegiado “B” es presidido por el ex presidente de la Corte Superior de Ayacucho César Prado Prado e integrado por las juezas Rosa Bendezú Gómez y Miluska Cano López.

La doctora Cano intervino en la etapa previa de investigación de este hecho, por lo que no puede participar en el juicio y debió apartarse del caso.

En su lugar ingresó la jueza María Vidal la Rosa Sánchez, integrante del colegiado “A”. De los seis colegiados que conforman la SNP, solo el “A” y el “B” ven casos de Derechos Humanos. Los demás juzgan otros delitos.

Pero la situación más crítica vino después. El doctor Prado solicitó a la coordinadora de la SPN y presidenta del colegiado “A”, Inés Villa Bonilla, que se haga un “nuevo sorteo”.

Según diversas fuentes judiciales y más de un abogado, Prado argumentó que no estaba capacitado para dirigir un juicio de esta naturaleza, que estará bajo presión de la opinión pública, intereses políticos y la prensa.

La acusación por El Frontón solo alcanza a cuatro oficiales y una veintena de suboficiales de la Marina. Sin embargo, ha trascendido que durante el juicio la fiscal Ibáñez planteará que también se incluya a los mandos de la Marina y hasta al ex presidente de la República Alan García.

La doctora Villa Bonilla se negó a cualquier cambio. El expediente estaba sorteado y el colegiado “B” debía seguir con su trámite, para eso habían sido nombrados, todos ellos, jueces de la SPN.

Pero la indefinición continúa. Si bien Prado aceptó el caso, ahora la jueza Bendezú también quiere apartarse de este juicio.

Bendezú ha recordado que en 1986, cuando ocurrió la matanza de El Frontón, su esposo, Ricardo Chumbes, era juez penal del Callao, y tramitó un hábeas corpus planteado por familiares de uno de los presos.

Este tema no es causal para apartarse de un juicio, pero Bendezú ya presentó un escrito inhibiéndose de ver el caso El Frontón. El pedido de Bendezú debe ser resuelto por Prado y Vidal la Rosa, aceptándolo o rechazándolo.

Mientras, el expediente se empolva y lacusación fiscal todavía no ha sido oficialmente notificada a las partes, hasta que se definan los jueces.

Publicado en La República el 12 de marzo de 2013

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Dra. Cano analiza sentencia absolutoria en caso de torturas Huanta

La Dra. Gloria Cano, directora ejecutiva de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), comenta sobre la sentencia absolutoria emitida por la Sala Penal Nacional en el caso de torturas en el Estadio de Huanta el pasado viernes, el 01 de marzo de 2013. La sentencia ha sido duramente criticada pues reconoce la detención y tortura a los agraviados, así como la autoría mediata del imputado, pero lo absuelve aduciendo que no se probó lesiones permanentes a los agraviados. La entrevista fue realizado por el programa de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Lo Justo.

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Más sobre el caso Navarrete aquí.

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CNDDHH cuestiona absolución de ex Jefe Político Militar de Ayacucho por el delito de tortura

Grupo de Trabajo contra la Tortura de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) expresa su preocupación y cuestiona la absolución de ex Jefe Político Militar de Ayacucho en Caso Navarrete y Yaranga.

El Grupo de Trabajo contra la Tortura de la CNDDHH, conformado y organizado por instituciones que integran nuestro colectivo, cuyo objetivo es contribuir a la erradicación de la práctica de la tortura en el país, expresa su preocupación y rechazo a la sentencia absolutoria emitida por la Sala Penal Nacional a favor del ex Jefe Político Militar y jefe del destacamento de La Marina, el entonces Capitán de Corbeta AP Alberto Gustavo Silva Santisteban Larco, por el delito de tortura en agravio José Navarrete y Celestino Yaranga, pobladores ayacuchanos que fueron detenidos y sometidos a torturas en el contexto de la violencia política que sufrió Ayacucho y todo el país.

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cnddhhAprodeh, institución miembro de la CNNDDHH que patrocina a los agraviados, indicó que la sentencia presenta serias contradicciones, pues la Sala Penal reconoció como hechos probados que los agraviados fueron detenidos por miembros de la Marina, fueron trasladados al Estadio Municipal de Huanta, lugar donde se encontraba ubicada la base militar de la Marina de Guerra, y adicionalmente se probó la existencia de un aparato organizado de poder del que Silva Santisteban era responsable por lo que es autor mediato de los crímenes de tortura cometidos. Sin embargo, pese a toda las pruebas señaladas el ex Jefe Político Militar fue absuelto porque no se probó que las secuelas de la tortura sufrida fueran de carácter permanente.

Los actos cometidos fueron probados a tal punto que la propia Sala Penal ha reconocido que las torturas no fueron realizados como hechos aislados o excesos por parte de miembros de la Marina, sino que configuran una práctica sistemática, lo cual constituye un delito de lesa humanidad.

El Grupo de Trabajo, expresa su preocupación respecto de la posición contradictoria que ha tenido la Sala Penal Nacional, pues por un lado los hechos denunciados han sido probados, pero por otro lado, pese a que se ha probado la responsabilidad penal en calidad de autor mediato del ex Jefe Político Militar de Ayacucho, este ha sido absuelto porque las secuelas físicas o psíquicas de un delito cometido hace 30 años no fueron de carácter permanente.

Esta situación alarmante respecto de los casos de tortura, nos permite señalar la cuestionable actuación de los operadores de justicia, que minimizan y normalizan estos actos, exigiendo no solo gravedad sino también que los daños físicos o psíquicos sean tales que en muchos casos importe una evidente discapacidad, dejando de lado e infravalorando el daño psíquico y moral sufrido por las víctimas.

Lima, 07 de marzo de 2013

Grupo de Trabajo contra la Tortura
CNDDHH

Publicado en CNDDHH el 11 de marzo de 2013

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CASO MATERO: Lectura de sentencia

Por Jo-Marie Burt y María Rodríguez

7 de marzo 2013

Una audiencia está programagada en el sede de la Sala Penal Nacional para el 26 de marzo en la cual se dictará la tercera sentencia por el caso de desaparición forzada de 4 campesinos, Severino Quispe, Albino Quino, Tineo Pérez y Martín Escriba, en la comunidad de Matero, Ayacucho, entre el 26 y 30 de julio de 1986. Las dos sentencias anteriores fueron emitidas en los años 2008 y 2010, y ambas fueron anuladas por la Corte Suprema.

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Familiares caso MateroFamiliares caso MateroEn agosto del 2008 la Sala Penal absolvió a los 5 imputados, tres policías y dos militares: Capitán de la PIP Silvio Hugo Sartor Espinoza, Mayor de la PIP Teodoro Maraví Gómez, y el miembro de la Policía Javier Augusto Culquicondor Díaz; así como el Teniente Coronel del Ejército Carlos Armando Bardales Angulo y Teniente del Ejército Marino Nemesio Ambia Vivanco. La absolución fue basada en la desestimación de la evidencia vertida por la Fiscalía y la parte civil —el testimonio de familiares de las víctimas, que fueron testigos presenciales de la detención— con el argumento que dichas personas tenían “un interés directo en el resultado, y con una carga de subjetividad, que se advierte se sus propios declaraciones….” (Sentencia del 8 de agosto del 2008, Sala Penal Nacional).

Tanto el Ministerio Público como los familiares y sus abogados criticaron duramente la sentencia, que luego fue anulada por la Corte Suprema, por lo menos con respecto a 3 de los imputados, y se ordenó la apertura de un nuevo juicio oral.

Sin embargo, en el nuevo juicio oral, la Sala Penal volvió a absolver a los tres imputados en abril de 2010: los ex militares Carlos Bardales, Marino Ambia y el policía Javier Culquicóndor. Mientras la Sala confirmó la detención y desaparición forzada de los agraviados, argumentó que no hubo órdenes ni evidencia de que los tres imputados sean los responsables. Para ello, exigieron una prueba directa —una orden escrita— que casi nunca se dan en casos de desaparición forzada, que de hecho es una práctica clandestina e ilegal. Nuevamente la Fiscalía y los abogados de las víctimas apelaron, y La Corte Suprema volvió a anular la sentencia

En este tercer juicio para el caso Matero, el único acusado es el oficial EP Marino Nemesio Ambía Vivanco (a) “Rubén” o “Robin”, jefe de la patrulla que efectuó las detenciones, y que ha sido reconocido por los familiares y pobladores de la zona.

Este caso pone en evidencia la tendencia de la Sala Penal Nacional a absolver a los altos mandos (el capitán, teniente coronel y mayor) mientras que la responsabilidad recae en los ejecutores directos. Ello contradice la jurisprudencia del mismo Poder Judicial peruano —por ejemplo, la sentencia a Fujimori, que responsabiliza a los autores intelectuales o mediatos y establece la cadena de mando— así como jurisprudencia internacional al respecto.

Les alcanzamos algunas notas periodísticas sobre este caso tan complejo.

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Deslindes, Materio espera justicia

Por Gloria Cano (Abogada de Aprodeh)

Matero es una localidad anexa del distrito de Cangallo, ubicada en la provincia del mismo nombre, en Ayacucho. Matero fue una zona, como tantas otras en nuestro país, duramente golpeada por la violencia que azotó desde inicios de los años 80. En 1986, las fuerzas de seguridad encargadas de hacer frente a la subversión estaban acantonadas en una base militar en la capital de la provincia, Cangallo. Desde ahí salían frecuentes patrullas militares a rondar la zona. En esos años, los integrantes de Sendero asesinaban a todo aquel que se oponía a sus objetivos o se negaba a darle a ayuda. La respuesta del Estado no fue menos violenta: sospechaban que todos eran senderistas o posibles aliados de la subversión. Es así como en esos años ocurrieron masacres como las de Pucayacu, Accomarca, Umaru-Bellavista, Pujas y Pomatambo y Parcco Alto. Para esa época, la base militar de Cabitos se había convertido ya en el principal centro clandestino de reclusión, tortura, ejecución y desaparición de todo el departamento.

La mañana del 25 de julio, una patrulla militar al mando del teniente EP Marino Nemesio Ambía Vivanco, de apelativo “Rubén” o “Robin”, se dirigió desde la Base Militar BIM 34 de Cangallo hacia Putica. Una vez ahí, reclutó a un colaborador –quien previamente había tenido una rencilla con la población de Matero– para que acompañara a la patrulla y ayudara a identificar a las personas que aparecían en una lista. La misión en Matero era detener a cuatro ciudadanos de dicha localidad.

Los efectivos ingresaron con violencia a la casa de Seferino Quispe Pillaca (19), estudiante y obrero, y con la misma violencia lo arrancaron de su hogar sin que su madre Agripina Pillaca pudiera evitarlo. El domicilio de Albino Quino también fue incursionado de forma violenta, pero al no encontrarlo, los efectivos militares detuvieron a su esposa Francisca y sus dos menores hijos. Luego todos fueron llevados a la plaza de armas de la localidad. Los efectivos al mando de “Rubén” o “Robin” le dieron un mensaje a doña Francisca: la dejarían en libertad si su esposo se presentaba ante la Base Militar, acompañado de otros miembros de la comunidad.

Así, Melchor Tineo Pérez, Martín Escriba Pillaca y Albino Quino Sulca llegaron a Cangallo acompañados de autoridades y pobladores de Matero donde solicitaron ver al jefe del Puesto Policial, el mayor Javier Augusto Culquicóndor Díaz, cuyo sobrenombre era “Jerónimo”. La respuesta que les dieron fue que regresaran el día 30 a las oficinas de la PIP. Es en este lugar y en presencia de los pobladores que personal del ejército detuvo a Quino, Tineo y Escriba. Luego los internarían en la Base Militar BIM 34, en ese momento bajo el mando del teniente coronel EP Carlos Armando Bardales Angulo, alias “Tigre”.

Francisca y sus menores hijos fueron puestos en libertad poco después. Asimismo, el teniente gobernador de Matero, Baltazar de la Cruz Sulca, lograría entrevistarse con Martín Escriba, quien le entregó un dinero para su familia. Desde entonces no se tuvo más noticias sobre los detenidos. La PNP y el ejército negaron reiteradamente la detención de los comuneros.

La madre de Seferino Quispe, Agripina Pillaca; la esposa y los siete hijos del agricultor Martín Escriba; Carlota, esposa del campesino Melchor Tineo Pérez, así como sus cinco hijos; al igual que Francisca y sus hijas, familiares de Albino Quino, esperan, desde hace 22 años, no solo la sanción para quienes les arrebataron a sus seres queridos, sino respuestas a cada una de las preguntas que se han repetido: ¿por qué los llevaron? ¿Quién dio la orden de desaparecerlos? ¿Dónde están sus restos?

Los primeros días de agosto, la Sala Penal Nacional tendrá la responsabilidad de dar respuesta a estas interrogantes. Tras un proceso que puso en evidencia abundantes pruebas que demuestran la responsabilidad de los acusados, la justicia tiene nuevamente la oportunidad de vencer la impunidad y devolverles la dignidad arrebatada, hace 22 años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en La Republica el 29 de julio de 2008

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APRODEH: Indignante sentencia en caso Matero

Indignación. Ese es el sentir de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, pobladores de la comunidad de Matero, provincia de Cangallo, Ayacucho, quienes en julio del año 1986 fueron detenidos y posteriormente desaparecidos.

Hoy, la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, absolvió a los efectivos militares Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de la detención y desaparición forzada de las cuatro víctimas.

“Nos parece inaudito que la Sala, pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición, no haya resuelto y determinado la responsabilidad de Ambía y Bardales”, señaló Gloria Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), quien patrocina a tres de las víctimas.

Lamentamos también que por segunda vez los testimonios de los familiares e incluso de algunos efectivos y policías no hayan sido tomados en cuenta. Por el contrario, los califican como contradictorios. “Incluso uno de los familiares reconoció físicamente al acusado Ambía Vivanco, alias “Rubén”, quien fuera jefe de la patrulla militar que detuvo a las víctimas. Pero para el Tribunal, este reconocimiento no tuvo valor; como tampoco el testimonio del Teniente Gobernador de Matero, quien logró entrevistarse con uno de los detenidos en dicha base y luego se sorprendió cuando el jefe de la misma negó que ellos hayan estado detenidos”, agregó.

“Creemos que hay un trasfondo en la direccionalidad de este fallo. Bardales Angulo era jefe militar de la Base Cangallo, lugar donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos. Como jefe de base tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo, sin embargo la Sala lo ha absuelto”, señaló la doctora Cano.

A su vez, Fabio Quispe Pillaca, familiar de Seferino Quispe Pillaca, se mostró compungido ya que después de 24 años aún no encuentran justicia para sus familiares desaparecidos. “Ahora sólo esperamos encontrar sus restos y poder enterrarlos. Pedimos a las autoridades que nos ayuden a lograrlo”, demandó.

Para la doctora Cano, es preocupante el retroceso que viene sufriendo la lucha contra la impunidad, emprendida por los familiares desde hace 24 años. “A pesar de que es una situación desgastante y desesperanzadora, los familiares no se darán por vencidos. Por eso, apelarán la sentencia e informarán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya que, como corresponde a este caso, el Estado tiene el compromiso de hacer prevalecer la justicia para las víctimas”.

Frente al fallo absolutorio, el Fiscal encargado, Isidoro Prado León de la Tercera Fiscalía Superior Penal Nacional, interpuso recurso de nulidad, actitud que los familiares saludaron.

Publicado en Coordinadora Nacional de DDHH el 26 de abril de 2010

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Matero espera justicia

Por Francisco Soberón

El pasado lunes 26, participamos en la audiencia donde se resolvería, en primera instancia, el caso de la detención y desaparición de cuatro pobladores de la comunidad de Matero, ubicada en la provincia de Cangallo, Ayacucho, en julio de 1986.

Sin embargo, la decisión de la Sala Penal Nacional, integrada por las vocales Clotilde Cavero, Emma Benavides y Jimena Cayo, fue absolver a los efectivos militares: Carlos Armando Bardales Angulo, Marino Nemesio Ambía Vivanco y al efectivo policial Javier Augusto Culquicóndor Díaz, sindicados como presuntos responsables de los hechos.

La indignación y desesperanza de los familiares de Martín Escriba Pillaca, Melchor Tineo Pérez, Seferino Quispe Pillaca y Albino Quino Sulca, era comprensible. Después de 24 años veían nuevamente frustrada su expectativa de alcanzar justicia y de saber dónde se encuentran los restos de sus seres queridos desaparecidos.

A lo largo de este tiempo, el caso ha sufrido varios reveses. En agosto de 2008, la Sala presidida por la vocal Rosa Bendezú absolvió a los efectivos implicados en el caso. Sin embargo, ante la apelación de la fiscalía, la Corte Suprema de Justicia anuló el proceso, en julio de 2009, resolviendo el inicio de un segundo juicio oral en contra de Bardales, Ambía y Culquicóndor (como reo ausente). Finalmente, el segundo juicio culminó el pasado lunes 26 de abril, con la absolución de dichos efectivos.

En ese nuevo proceso y pese a reconocer el delito de detención y posterior desaparición de las cuatro víctimas, la Sala sostiene no haber encontrado responsabilidades en los acusados. Ello, a pesar de las abundantes pruebas presentadas y los testimonios de los familiares e, incluso, de algunos efectivos y policías que fueron testigos de los hechos. Sorprende, por ejemplo, que en el caso de Bardales Angulo, no se determine su responsabilidad en este caso ya que como jefe de la Base de Cangallo, lugar a donde fueron llevados los detenidos para luego ser desaparecidos, tenía el control de la zona y de las patrullas a su cargo.

Pese a este difícil momento, los familiares de las víctimas de Matero no se darán por vencidos y continuarán en su terca búsqueda de justicia. Desde el movimiento de derechos humanos los alentamos a continuar en esta lucha, pero también invocamos a las autoridades a no hacer oídos sordos a este clamor. Esperemos que, ante la apelación interpuesta por la Fiscalía, la justicia peruana se reivindique y logre devolverles la dignidad arrebatada, hace veinticuatro años, a los deudos de Seferino, Martín, Melchor y Albino.

Publicado en CNR el 28 de abril de 2010

Más sobre el Caso Matero:

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Sentencia absolutoria en el caso Navarrete severamente cuestionada

Por Jo-Marie Burt & María Rodríguez

RightsPeru, 2 de marzo de 2013 – La El Estadio de Huanta era utilizado como centro de detención y tortura por los militares durante la época de la violencia en el PerúEl Estadio de Huanta era utilizado como centro de detención y tortura por los militares durante la época de la violencia en el Perúlectura de sentencia en el caso de torturas en el Estadio de Huanta en 1984 fue originalmente convocado para el día jueves 28 de febrero, pero se suspendió hasta el día viernes por razones no explicadas.

El día viernes, la Sala Penal Nacional dio a conocer su sentencia: absolvió al único imputado en el caso, el ex Jefe Político Militar y jefe del destacamento de la Marina, el entonces Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Alberto Gustavo Silva Santisteban Larco, por el delito de lesiones graves (tortura) en agravio José Navarrete y Celestino Yaranga.

En la lectura de sentencia, los magistrados reconocieron que Navarrete y Yaranga habían sido detenidos, llevados al Estado de Huanta, que sirvía en ese momento como base militar de la Marina, y sometidos a crueles torturas. Reconocieron que no fue un episodio aislado, sino una práctica sistemática que por tanto se constituye en crímen de lesa humanidad. También reconocían que SIlva Santisteban era el jefe de la base y por tanto el autor mediato del crímen. Pero —utilizando una lógica poca entendible— los magistrados aducen que al no haber signos visibles de lesiones graves en las víctimas ahora —29 años después de los hechos— tenían que absolver al imputado.

La Dra. Gloria Cano, directora ejecutiva de APRODEH y abogada de las víctimas, cuestionó severamente a la La Sala, pues con esa sentencia “penaliza a las víctimas por haberse curado sus heridas.

La sentencia representa una larga lista de absoluciones que va emitiendo la Sala Penal Nacional que es de suma preocupación para los defensores de los derechos humanos.

Los dejamos con una nota elaborada por APRODEH, institución de derechos humanos que representa a las víctimas en el caso.

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Nota publicada por APRODEH el 01 de marzo de 2013

La Sala Penal Nacional absolvió al ex Jefe Político Militar y jefe del destacamento de la Marina, el entonces Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra Alberto Gustavo Silva Santisteban Larco por el delito de lesiones graves (tortura) en agravio José Navarrete y Celestino Yaranga.

Esta controversial absolución se dio pese a que la Sala reconoció que los agraviados fueron detenidos por los miembros de la marina, ingresados al Estadio Municipal de Huanta (donde se encontraba ubicada la base militar de la Marina de Guerra), interrogados y sometidos a torturas por parte de sus captores, probando de esta manera, que el acusado tenía responsabilidad sobre las acciones que se realizaban dentro de dicha base, pero que no existe evidencia suficiente que corrobore la lesión física o daño psíquico como secuela de dicha tortura.

Para la doctora Gloria Cano, Directora de la Asociación Pro Derechos Humanos – APRODEH y representante de los agraviados, “esta sentencia es contradictoria porque la Sala reconoció que estos hechos ocurrieron, no solo por los testimonios de los agraviados, sino también por los innumerables relatos que se presentaron en el juicio, los recortes periodísticos sobre detenciones y desapariciones en Huanta y la declaración del propio acusado.

Asimismo, se probó la existencia de un aparato organizado de poder donde Silva Santisteban es el autor mediato y pese a esto, lo absuelven porque no se probó que las secuelas de la tortura sufrida, fueran de carácter permanente”.

Asimismo, por toda la documentación existente, la Sala reconoció que estos hechos no fueron aislados, sino una práctica sistemática, lo cual constituye un delito de lesa humanidad.

Pese a la absolución, y tomando como ciertos los innumerables testimonios y documentos que se encuentran en el expediente, la sala dispuso la remisión en copias certificadas de los mismos a la fiscalía de Ayacucho para que ésta investigue la presunta comisión de delitos sucedidos en esos años en Huanta por los miembros de la Marina.

La fiscalía expresó su total rechazo a la absolución, por lo cual, inmediatamente terminada audiencia, impugnó la sentencia por considerar que si está acreditada la comisión del delito.

La Dra. Cano informó que APRODEH en representación de las víctimas presentará recurso de nulidad y va a informar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la decisión tomada por el poder judicial.

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CASO NAVARRETE: Hoy dictan sentencia

Por Jo Marie Burt & María Rodríguez

El 3 de febrero de 1984, José Navarrete Cabrera y Celestino Yaranga Pozo fueron detenidos por infantes de la Marina y llevados al Estadio de Huanta, donde fueron cruelmente torturados. Días después los pusieron en libertad y fueron obligados a salir de la ciudad.

En el año 2011 comenzó el juicio oral contra el único imputado, Alberto Silva Santisteban Larco quien fuera jefe del destacamento de Infantería de la Marina en Huanta.

El día de hoy, jueves 28 de febrero, la Sala Penal Nacional dictará sentencia por este caso.

Les dejamos dos notas periodísticas al respecto.

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La República

Enjuician a marinos por torturar a campesinos en base militar

Por Elías Navarro. Ayacucho

Imputado Alberto Silva Santisteban Larco © La RepúblicaImputado Alberto Silva Santisteban Larco
© La República
Después de 27 años de doliente espera, recién ayer, martes, empezó en la ciudad de Ayacucho el juicio de dos casos de torturas infligidas a campesinos por miembros de la Infantería de Marina acantonada en Huanta, en 1984.

La Fiscalía ha solicitado 10 años de prisión para Alberto Silva Santisteban Larco, entonces jefe del destacamento de Infantería de Marina en Huanta, quien es un reo libre.

El juicio se cumple en Ayacucho, hasta donde se trasladaron los miembros de la Sala Penal de Lima, a cargo del proceso.

Los agraviados son José Navarrete Cabrera y Celestino Yaranga Pozo, detenidos por infantes de la Marina el 3 de febrero de 1984.

Ambos fueron acusados de terrorismo y cruelmente torturados en la base de la Marina instalada en el estadio municipal de Huanta, y luego obligados a firmar documentos en los que se aseguraba que no habían sido maltratados. Ayer dieron su testimonio ante el tribunal.

Celestino Yaranga fue detenido por un marino llamado ‘Compositor’, a quien reconoció porque era comensal de su restaurante. En la audiencia no pudo evitar el llanto al recordar cómo lo torturaron.

Hoy el tribunal interrogará a los testigos, antes de inspeccionar el estadio de Huanta, donde funcionó la base de Infantería de la Marina.

Base militar fue centro de tortura

La base de infantería de la Marina era un centro de detención y tortura, aseguró José Navarrete, quien contó cómo durante su permanencia en el lugar vio a varios que habían sido torturados.

En su caso, los marinos ingresaron a su domicilio y se lo llevaron a golpes junto a su esposa Herminia Oré. Ella fue liberada 3 días después. “Me llevaron al estadio municipal de Huanta, vendaron los ojos y amarraron las manos. Luego de 2 días me torturaron colgándome 7 veces de una viga, me sumergieron boca abajo en un cilindro con agua, me pisaron el estómago una y otra vez”, dijo.

Publicado en La República el 13 de abril de 2011

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Noticias SER

Caso Navarrate-Yaranga sienta precedente en la justicia

Por Yuber Alarcón

Luego de 27 años de ocurrida la detención y tortura de José Navarrete Cabrera y Celestino Yaranga Pozo por infantes de la Marina de Guerra acantonados en el estadio municipal de Huanta, se inició el juicio oral contra Alberto Gustavo Silva Santisteban Larco, jefe político militar de Huanta en 1984, para quien la Fiscalía ha solicitado ocho años de pena privativa de la libertad.

El 3 de febrero de 1984, mientras José Navarrete dormía junto a su familia, en su domicilio del Jr. Saenz Peña 317 de la ciudad de Huanta, fue detenido -siendo la una de la madrugada- por infantes de la Marina quienes incursionaron en su domicilio. También fue detenida su esposa Herminia Oré, siendo trasladados al estadio de Huanta, donde funcionaba la Base de la Marina y el Comando Político Militar a cargo del acusado Silva Santisteban Larco. La misma suerte corrió aquel día, en horas de la tarde Celestino Yaranga en circunstancias que transitaba por el parque Alameda.

Los agraviados fueron sometidos a diversas formas de tortura a fin de que señalen nombres de presuntos elementos subversivos. Fueron maniatados, colgados en vigas y sumergidos en cilindros con agua fétida, y finalmente recluidos en condiciones infrahumanas. Fueron liberados luego de varios días y obligados a retirarse de la ciudad, bajo amenaza de ser desaparecidos.

El 2007, el Juzgado Supraprovincial de Ayacucho, abrió instrucción para iniciar el proceso judicial que demoró 4 años, para llegar a la etapa de juicio oral, a cargo de la Sala Penal Nacional en Lima, esto en razón a las Resoluciones Administrativas del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, que ampliaba la competencia de dicha Sala para el juzgamiento de los tipos penales referidos a los delitos contra la humanidad; contraviniendo así, preceptos constitucionales y reglas de competencia como el derecho al Juez Natural respetuoso de los principios constitucionales de igualdad, debido proceso, independencia e imparcialidad, derecho a la prueba y otros.

Con estas resoluciones lo que se pretendía era alejar a los familiares de las víctimas del derecho que tenían de conocer la verdad y alcanzar justicia sobre las graves violaciones a los derechos humanos que habían sufrido. Esta situación en los últimos tiempos se ha venido revirtiendo con las decisiones de la Sala Penal Nacional de trasladarse al lugar de los hechos y desarrollar audiencias de interrogatorio a testigos, peritos y demás diligencias.

Por ello, la Sala Penal Nacional en audiencia pública celebrada en Ayacucho del 12 al 15 de abril pasado, interrogó a los agraviados José Navarrete y Celestino Yaranga, a los testigos Herminia Oré y Rosa Palomino y, a los peritos. Se llevó a cabo la inspección judicial en el estadio municipal de Huanta, con presencia de los agraviados, el acusado y sus abogados, esto con el fin de verificar los espacios en los que fueron torturados, que se ubican en los servicios higiénicos ubicados bajo la tribuna.

Los agraviados al momento de ser interrogados, recordaron los dolorosos momentos que pasaron al ser detenidos y torturados por los infantes de la Marina. Asimismo, por tener en frente suyo al presunto responsable de estos hechos, el acusado Silva Santisteban Larco, quien en todo momento trato de eludir las cámaras de los periodistas, cubriéndose el rostro con gafas oscuras y chalina.

José Navarrete Cabrera señaló: “los marinos me llevaron con dirección al estadio municipal de Huanta, donde se encontraba asentada el Cuartel de la Marina…. Estuve a la intemperie y en plena lluvia que no cesó durante la noche, con las manos atadas, con el rostro cubierto y, a lo lejos oía el quejido de dolor de muchas personas, quejidos que provenían desde distintos ambientes del estadio municipal. Al día siguiente me trasladan a los servicios higiénicos, donde soy torturado, colgado de unas vigas, con las manos atadas a la espalda, los dolores eran insoportables y veía como una especie de chispas o centellas de relámpagos. Luego me sumergían en cilindros llenos de agua mal oliente o fétida, estando a punto de ahogarme y para que reaccionara, me metían golpes en el estomago y otras partes del cuerpo dejándome por momentos inconsciente. Por todo lo sufrido exijo se haga justicia y se sancione a los responsables de mi detención y tortura.”

La decisión de la Sala Penal Nacional de haber trasladado a Ayacucho, esla mejor forma de llegar a la verdad y hacer justicia es escuchando a las partes, en el lugar de los hechos, utilizando su idioma materno y haciendo constataciones de manera directa, evitándoles a los familiares, gastos innecesarios de traslado, hospedaje y alimentación.

Esta audiencia sienta un precedente para que las audiencias de los próximos juicios orales a iniciarse en los casos Cabitos, Cayara, Huancapi, Morales Ortega y otros, se programen en el lugar de los hechos, es decir en Ayacucho. Es importante que se conozca la verdad y que los familiares de las víctimas sientan que la justicia aunque tarda, llega.

Artículo publicado en revista RETABLO. Nro 40-41. Mayo-Junio 2011. Ayacucho. Asociación SER

Publicado en Noticias SER del 25 de mayo 2011

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Cambios en Sala Penal Nacional generan recelos entre los magistrados

Por César Romero C.

Desconcierto, preocupación y temor. Esto es lo que ha generado entre los jueces, los cambios de magistrados de la Sala Penal Nacional que viene promoviendo el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (CEPJ).

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© El Comercio© El ComercioEstos cambios no han sido coordinados ni puestos en conocimiento de la coordinadora de la Sala, la doctora Inés Villa Bonilla. Ella ha sido la última en enterarse, lo que pone en peligro todo este sistema.

La Sala Penal Nacional fue creada para atender los casos de criminalidad organizada: narcotráfico, lavado de activos, violación de DD.HH, terrorismo, mineria ilegal, crimenes contra periodistas, tráfico de armas, corrupción de alcance nacional, y otros.

Cuando se creó la Sala Penal Nacional, los jueces eran propuestos por el coordinador de este tribunal, entre los mejores y más experimentados de la Corte de Lima, para ser nombrados por el CEPJ.

Hoy, el que elige y nombra es el que CEPJ. De tal manera, que los nuevos magistrados son ex presidentes de Cortes Superiores, que son los que eligen a los consejeros. Otros son ex jueces de la Ocma, que tras la salida de Enrique Mendoza de ese cargo deberían regresar a provincias.

Pero, en medio de este desconcierto es poco claro quién o quiénes promueven estos cambios. El presidente del PJ y del CEPJ, Enrique Mendoza, guarda silencio y se dice que él no le encuentra sentido a este subsistema judicial.

Solo Interés político

Así, para la mayoría de jueces, los cambios serían por intereses políticos. Para otros, son movidas generadas por los miembros del Consejo Ejecutivo.

En el terreno político se habla de la cercanía del doctor Mendoza con el partido aprista y, en especial, con el ex secretario presidencial Luis Nava Gibert.

¿Cuál es el interés del Apra en estos cambios? Los jueces responden: está por resolverse el caso del comando Rodrigo Franco, que tiene entre los principales acusados al ex ministro Agustín Mantilla.

Pero, ¿Son los apristas los únicos interesados y con posibilidades de promover estos cambios? Los mismos jueces, son claros, en decir que no.

Un caso que también se ve afectado por estos cambios es el proceso contra la familia Sánchez Paredes por lavado de activos. Un proceso que promovió el ex presidente Alan García.

El jueves último, el Consejo Ejecutivo habría tomado la decisión de cambiar a la presidenta del colegiado “D”, que ve el caso Sánchez Paredes, la ex juez anticorrupción Victoria Sánchez Espinoza.

Ella sería reemplazada por la ex juez de la Ocma, Jacqueline Yalán y como segundo tendrá el ex presidente de la Corte de Piura, Luis Cevallos Vega.

Ex presidentes

Los jueces de la Sala Penal Nacional, incluyendo su actual coordinadora, Inés Villa, estarían evaluando una renuncia en bloque, si no son escuchados por el CEPJ ni por su presidente, Enrique Mendoza.

Entre los nuevos jueces de la SPN están los ex presidentes de Cortes de Ayacucho, César Prado, de Junin, Pablo Ilave, de Puno, Rómulo Carcauto y Piura, Luis Cevallos.

Publicado en La Republica el 23 de febrero de 2013

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News Reports on Transitional Justice in Peru

Médicos de Fujimori no forman parte de la junta médica

Por María Elena Castillo

“La Comisión de Gracias Presidenciales ha sido enfática en decir que estos dos médicos no integran la junta médica”, recalcó la ministra de Justicia, Eda Rivas, sobre los dos galenos que asistieron a la visita realizada ayer por los médicos oficialmente designados para verificar el estado de salud del ex presidente Alberto Fujimori, sentenciado por violaciones a derechos humanos.

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© La República© La República“(Los médicos tratantes de Fujimori) han estado presentes pero no han integrado ni van a integrar ninguna otra junta. Han estado observando”, precisó, refiriendo que dependerá de la Comisión de Gracias Presidenciales la fecha en que se emitirá el informe médico, que debe ser incluido en el expediente de solicitud de indulto humanitario del ex presidente.

De esta manera desmintió al vocero fujimorista, Alejandro Aguinaga, quien afirmó que de acuerdo a la Ley de Salud, los dos médicos del ex mandatario deberían participar en la junta.

“Esto no es una evaluación para ver qué opinión se seguirá para un tratamiento. Este es un tema especial vinculado al indulto humanitario que se ha pedido”, aclaró.

Solo observadores

Más tarde, la Comisión de Gracias Presidenciales emitió un comunicado informando que en la mañana se realizó la diligencia para evaluar la salud de Fujimori, como parte del trámite de indulto humanitario.

Precisaron que la junta médica penitenciaria estuvo compuesta por los médicos del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), así como especialistas designados por el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el Hospital Arzobispo Loayza, el Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hydeo Noguchi y el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público.

“Conforme a lo acordado, por unanimidad, por la Comisión de Gracias Presidenciales, en su sesión del 8 de febrero último, el INPE autorizó la presencia de dos médicos tratantes del interno Alberto Fujimori, con la exclusiva finalidad de absolver las eventuales interrogantes que puedan formular los médicos integrantes de la Junta Médica Penitenciaria”, dice el documento.

Dejaron bien claro que los “médicos tratantes del interno no forman ni integran la Junta Médica Penitenciaria; por lo tanto, no han participado en las deliberaciones ni suscrito el acta respectiva”.

Asimismo, la comisión señaló que el acta de la junta médica será evaluada, junto con otros documentos que han solicitado de acuerdo a la normativa vigente y serán evaluados en el momento correspondiente dentro del trámite regular de la solicitud.

Visita de la Comisión

Según reveló el semanario Hildebrandt en sus Trece, durante su visita a Fujimori, el 7 de febrero pasado, los miembros de la Comisión de Gracias Presidenciales pudieron comprobar que si bien está delgado, no está moribundo.

Según la transcripción de este encuentro, que duró hora y media, Fujimori se quejó por las filtraciones a la prensa de fotos y videos de su celda, así como por el cambio de los trabajadores del INPE que lo cuidaban.

Llamó la atención que en varios momentos haya recalcado que había sido diez años presidente del Perú, lo que fue interpretado por algunos miembros como un intento de dominar la situación.

Una persona que participó en la visita refirió que sus palabras no parecían ser las de una persona que solicita un indulto sino la de una autoridad que concedía una audiencia. Al punto que no permitió a los miembros de la comisión que tomarán fotos de la reunión, diciéndoles: “Quién sabe qué uso le darán.

Keiko se pronuncia

Ni bien la titular de Justicia anunció la visita, la hija del ex mandatario, Keiko Fujimori, a través de su cuenta de Twitter, mostró su conformidad con la diligencia realizada.

“Saludo que finalmente los doctores Postigo y Lozada hayan participado hoy en la junta evaluadora”, escribió, a pesar de que minutos antes la ministra Rivas precisó que ninguno de ellos era miembro de la junta médica, sino que estuvieron presentes como observadores.

“Espero que las opiniones de los médicos tratantes esclarezcan las dudas sobre el estado de salud de Alberto Fujimori”, insistió la hija del ex presidente.

La participación de los oncólogos Juan Postigo Díaz y del psiquiatra Hugo Lozada Roca en la junta médica fue cuestionada porque son médicos personales de Fujimori y ya han adelantado opinión a favor de su excarcelación.

El equipo oficial

Los miembros que integran la junta médica penitenciara y que suscribieron el acta son:

  • Los oncólogos de Cabeza y Cuello del INEN, Carlos Ernesto Oleachea Matto y Eduardo Salas Hurtado.
  • El médico cirujano del INPE, Jorge Cuzquén Salas, y los especialistas en medicina general Marco Villanueva Ramos y Víctor Bravo, y el psiquiatra Andrew Sidwey.
  • Los médicos legistas del Instituto de Medicina Legal, Marleny Huerta Valdivia y Manuel Laguerre.
  • Victoria Armas Rodríguez, cardióloga, y Gustavo Vásquez Rubio, psiquiatra del Hospital Loayza.
  • Los psiquiatras del Noguchi, Luis Matos Retamozo y Guillermo Ladd.

Publicado en La República el 23 de febrero de 2013

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CASO SORAS: Próxima semana se abrirá proceso contra terroristas de SL por matanza

El Fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, anunció que la próxima semana debe estar abriéndose un nuevo proceso contra los altos mandos terroristas de Sendero Luminoso, por el asesinato de 104 campesinos en la localidad de Soras, Ayacucho, ocurrido el 16 de julio de 1984.

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© La Mula© La Mula“Cuando nosotros fuimos en noviembre a entregar los restos a los deudos, la fiscal provincial de la zona formuló la denuncia correspondiente ante el juzgado penal de esa localidad contra la dirigencia de Sendero Luminoso, entre ellos Abimael Guzmán y toda la cúpula y también Osmán Morote”, recordó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.

“Esa denuncia ya está en manos del Poder Judicial y tenemos conocimiento que se estaría aperturando proceso ya contra la cúpula de Sendero Luminoso por estos hechos que fueron execrables realmente, porque mataron mucha gente inocente que no tenía ninguna participación en los sucesos que protagonizó Sendero Luminoso”, acotó.

Como se recuerda, el 16 de julio 1984, un grupo senderista vestidos de policías abordaron con engaños un bus de la empresa Expreso Cabanino que realizaba su recorrido de Lima hacia el sur de Ayacucho. En el trayecto ingresaron a diversos distritos, entre ellos Soras, y aniquilaron a más de 100 personas entre hombres, mujeres y niños que fueron enterrados en fosas comunes.

Publicado en Ideele Radio el 22 de febrero de 2013

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Caso Estudiantes de la Universidad del Centro: Familiares de universitarios desaparecidos piden justicia

Por María Elena Castillo

Entre 1989 y 1993 más de 50 estudiantes de la Universidad del Centro fueron secuestrados y asesinados por efectivos del orden. Dos décadas después, ninguno de los responsables ha sido sancionado.

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© La República© La RepúblicaSamuel Fernández Gómez ha pasado los últimos 20 años buscando justicia para su hijo, Francisco Fernández, un estudiante de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional del Centro que el 5 de octubre de 1990 fue secuestrado y desaparecido por efectivos militares.

Esa mañana, el joven de 24 años salió temprano de su casa. Asistió a clases y luego acudió a una sesión del Consejo Universitario –al cual pertenecía–, pero esta fue suspendida. Luego, junto a su compañero de estudios y también dirigente estudiantil Alcides Ccopa visitó un estudio de abogados en el centro de Huancayo.

Al salir, cerca de las 12 y 30 de la tarde, y cuando caminaban por la tercera cuadra de la transitada avenida Real, ambos fueron interceptados e introducidos en una camioneta por efectivos militares armados.

Desde entonces su padre, don Samuel, no ha dejado de buscarlo. “Su desaparición cambió nuestras vidas. Todo lo que queremos es que se haga justicia, que se sancione a los responsables y que nos digan dónde está mi Francisco. Solo quiero enterrarlo y tener un lugar donde llorarlo”, dice.

Su caso es una de las más de 50 denuncias sobre desapariciones y ejecuciones extrajudiciales cometidas por efectivos militares contra estudiantes de la Universidad Nacional del Centro entre 1989 y 1993, que investigaba el Ministerio Público. Sin embargo, fue extraído y denunciado de forma aislada.

En el 2006 se abrió instrucción contra el jefe político militar del Frente Mantaro de 1990, Manuel Delgado Rojas, y su jefe de Estado Mayor, Elías Espinoza del Valle. Pese a las evidencias que demostraron que los secuestros fueron práctica violatoria de los derechos humanos aplicada a la lucha antisubversiva, la Sala Penal Nacional los absolvió el 2010. La Corte Suprema anuló esta sentencia y en abril del año pasado se inició un nuevo juicio oral.

Segundo proceso

Por otro lado, en abril del 2010, el Primer Juzgado Penal de Huancayo abrió proceso a Delgado Rojas y jefes militares de otros años, entre ellos el general Luis Pérez Documet (1991), por la desaparición de un grupo de estudiantes de la Universidad del Centro.

Desde fines del 2011 este caso se encuentra en la Fiscalía Superior Penal Nacional, en espera de que presenten la denuncia fiscal y así puedan proseguir las investigaciones.

Clave

El abogado de las víctimas, Carlos Rivera, del IDL, pidió celeridad en las investigaciones y que se valoren adecuadamente las pruebas. Por lo pronto, la sesión prevista para ayer en el caso de Fernández se suspendió hasta el 4 de marzo.

Publicado en La República el 15 de febrero de 2013